Tradição

La shariyah comprende todo lo que el lenguaje occidental designaría como propiamente «religioso», y concretamente todo el lado social y legislativo que, en el islam, se integra esencialmente en la religión; se podría decir que la shariyah es ante todo una regla de acción, mientras que la haqiqah es conocimiento puro; pero debe entenderse bien que es este conocimiento el que da a la shariyah misma su sentido superior y profundo y su verdadera razón de ser, de suerte que, si bien todos los que participan en la Tradición no son conscientes de ello, la haqiqah es verdaderamente el principio de la misma, como el centro lo es de la circunferencia. AEIT EL ESOTERISMO ISLÁMICO

En todo caso, y esto debe bastar para zanjar la cuestión para cualquiera que no considere simplemente «lo exterior», la Tradición indica expresamente que el esoterismo, tanto como el exoterismo, procede directamente de la enseñanza misma del Profeta, y, de hecho, toda tariqah auténtica y regular posee una silsilah o «cadena» de transmisión iniciática que se remonta siempre en definitiva a éste a través de un mayor o menor número de intermediarios. AEIT EL ESOTERISMO ISLÁMICO

Sería menester añadir todavía que no hay en árabe ningún término por el cual pueda traducirse siquiera aproximadamente el de «misticismo», de tal modo que la idea que este expresa representa algo completamente extraño a la Tradición islámica? La doctrina iniciática es, en su esencia, puramente metafísica en el sentido verdadero y original de este término; pero, en el islam como en las demás formas Tradicionales, conlleva además, a título de aplicaciones más o menos directas a diversos dominios contingentes, todo un conjunto complejo de «ciencias Tradicionales»; y estando estas ciencias como suspendidas de los principios metafísicos de los que dependen y derivan enteramente, y extrayendo por otra parte de ese vinculamiento y de las «transposiciones» que el mismo permite todo su valor real, son por ahí, si bien que a un rango secundario y subordinado, parte AEIT EL ESOTERISMO ISLÁMICO

El jafr, que, según la Tradición, debe su origen a Seyidna Ali mismo, es una aplicación de esas mismas ciencias a la presión de los acontecimientos futuros; y esta aplicación en la que intervienen naturalmente las «leyes cíclicas» a las cuales hacíamos alusión hace un momento, presenta, para quien sepa comprenderla e interpretarla (pues hay ahí como una especie de «criptografía», lo que no es por lo demás más de sorprender que la notación algebraica), todo el rigor de una ciencia exacta y matemática. AEIT EL ESOTERISMO ISLÁMICO

En efecto, si se consideran los dos términos en cuestión en el sentido universal, y sin limitarse a la aplicación que de los mismos se hace lo más habitualmente en una forma Tradicional particular, puede uno decir que la shariyah, la «gran ruta» recorrida por todos los seres, no es otra cosa que lo que la Tradición extremo-Oriental denomina la «corriente de las formas», mientras que la haqiqah, la verdad una e inmutable, reside en el «invariable medio» (NA: se ha de precisar, a propósito de la Tradición extremo-Oriental, que se encuentran en ella los equivalentes muy claros de estos dos términos, no como dos aspectos exotérico esotérico de una misma doctrina, sino como dos enseñanzas separadas, al menos desde la época de Confucio y de Lao-tsen; puede decirse en efecto, en todo rigor, que el confucianismo corresponde a la shariyah y el taoísmo a la haqiqah). AEIT LA CORTEZA Y EL NÚCLEO

Estando su naturaleza entera (totalizada sintéticamente en la unidad principal), estando su espíritu vital intacto, ningún ser podría mermarle» (Ibid La última frase se refiere todavía a las condiciones del «estado primordial»: Es lo que la Tradición judeo-cristiana designa como la inmortalidad del hombre antes de la «caída», inmortalidad recobrada por el que, vuelto al «Centro del Mundo», se alimenta del «Árbol de la Vida»). AEIT Et-Faqru

Otra consideración que concuerda enteramente con esta interpretación es ésta: en la figuración del «Trono» (El-Arsh), Er-Ruh está colocado en el centro, y ese lugar es efectivamente el de Metatron; El «Trono» es el lugar de la «Presencia divina», es decir, de la Shekinah que, en la Tradición hebraica, es el «paredro» o el aspecto complementario de Metatron. AEIT Er-Ruh

Queda ahí, en efecto, el misterio de la manifestación «profética» (NA: puede hacerse observar que por ahí se juntan de una cierta manera la concepción del Profeta y la del Avatara, que proceden en sentido inverso la una de la otra, partiendo la segunda de la consideración del principio que se manifiesta, mientras que la primera parte de la consideración del «soporte» de esta manifestación (y el «Trono» es también el «soporte» de la Divinidad)); y se sabe que, según la Tradición hebraica igualmente, Metatron es el agente de las «teofanías» y el principio mismo de la profecía (NA: consultar El Rey del Mundo, p 30-33 (Edición francesa)), lo que, expresado en lenguaje islámico, viene a decir que no es otro que Er-Ruh el-mohammediyah, en quien todos los profetas y los enviados divinos no son más que uno, y que tiene, en el «mundo de aquí abajo», su expresión última en el que es su «sello» (Khatam el-anbiai wa l-mursalin), es decir, en el que los reúne en una síntesis final que es el reflejo de su unidad principal en el «mundo AEIT Er-Ruh

Se podrían seguramente desarrollar todavía muchas otras consideraciones partiendo de estos dones, pero estas pocas indicaciones bastarán para que al menos se pueda tener una apercepción de algunos de los procedimientos de la ciencia de las letras y de los números en la Tradición islámica. AEIT NOTA SOBRE LA ANGELEOLOGÍA DEL ALFABETO ÁRABE

000 según la Tradición). AEIT LA QUIROLOGÍA EN EL ESOTERISMO ISLÁMICO

Puesto que acabamos de tomar un término al lenguaje de la Tradición islámica, añadiremos esto: nadie se atrevería ciertamente a contestar que el islamismo, en cuanto a su lado religioso o exotérico, sea por lo menos tan «creacionista» como puede serlo el cristianismo mismo; sin embargo, eso no impide de ningún modo que, en su aspecto esotérico, haya un cierto nivel a partir del cual la idea de creación desaparece. AEIT CREACIÓN Y MANIFESTACIÓN

Ahí, el punto de vista religioso no es menos rebasado necesariamente, para hacer lugar al punto de vista metafísico puro; pero si el uno y el otro pueden así coexistir en la misma Tradición, cada uno en el rango que le conviene y en el dominio que le pertenece en propiedad, eso prueba muy evidentemente que los mismos no se oponen o no se contradicen de ninguna manera. AEIT CREACIÓN Y MANIFESTACIÓN

Sabemos que no puede haber ahí ninguna contradicción real, sea en el interior de cada Tradición, sea entre ésta y las demás Tradiciones, puesto que no hay en todo eso más que expresiones diversas de la Verdad una. AEIT CREACIÓN Y MANIFESTACIÓN

Los chinos constituyen, a este respecto, una excepción bastante destacable: son quizás el único pueblo que haya tenido constantemente cuidado, desde el origen mismo de su Tradición, de fechar sus anales por medio de observaciones astronómicas precisas, incluyendo la descripción del estado del cielo en el momento en que se han producido los acontecimientos cuyo recuerdo ha sido conservado. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Se puede pues, en lo que concierne a la China y a su antigua historia, ser más afirmativo que en muchos otros casos; y se sabe así que este origen de la Tradición que puede llamarse propiamente china se remonta a alrededor de 3700 años antes de la Era Cristiana. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Puede pues, e inclusive es la única cosa que se afirma con suficiente claridad, que lo que aparece como un comienzo no haya sido verdaderamente más que el despertar de una Tradición muy anterior, que debió, por lo demás, ser puesta entonces bajo otra forma, para adaptarse a condiciones nuevas. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Sea lo que ello fuere, la historia de la China, o de lo que se llama así hoy día, no comienza propiamente más que en Fo-hi, que se considera como su primer emperador; y es menester añadir de inmediato que este nombre de Fo-hi, al cual está vinculado todo el conjunto de los conocimientos que constituyen la esencia misma de la Tradición china, sirve en realidad para designar todo un periodo, que se extiende sobre una duración de varios siglos. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Fo-hi, para fijar los principios de la Tradición, hizo uso de símbolos lineales tan simples y al mismo tiempo tan sintéticos como es posible: el trazo continuo y el trazo quebrado, signos respectivos del yang y del ying, es decir, de los dos principios activo y pasivo que, procediendo de una especie de polarización de la suprema Unidad metafísica, dan nacimiento a toda la manifestación universal. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

De las combinaciones de estos dos signos, en todas sus disposiciones posibles, son formados los ocho koua o «trigrammas», que han permanecido siempre como los símbolos fundamentales de la Tradición Extremo-Oriental. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Toda la Tradición fue pues contenido primero esencialmente y como en germen en los trigrammas, símbolos maravillosamente aptos a servir de soporte a posibilidades indefinidas: no quedaba más que extraer de los mismos todos los desarrollos necesarios, sea en el domino del puro conocimiento metafísico, sea en el de sus aplicaciones diversas al orden cósmico y al orden humano. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

No hay pues lugar a sorprenderse de que las enseñanzas encerradas en el Yi-king, y que Fo-hi mismo declaraba haber sacado de un pasado muy antiguo y muy difícil de determinar, hayan devenido a su vez la base común de las dos doctrinas en que la Tradición china se ha continuado hasta nuestros días, y que, sin embargo, en razón de los dominios totalmente diferentes a que se refieren, pueden parecer a primera vista no tener ningún punto de contacto: el taoísmo y el confucianismo. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Los cambios que tuvieron lugar entonces presentaron por otra parte caracteres diferentes según los países: en la India, por ejemplo, se vio nacer el budismo, es decir, una revuelta contra el espíritu Tradicional, que llegó hasta la negación de toda autoridad, hasta una verdadera anarquía en el orden intelectual y en el orden social; en China, por el contrario, es estrictamente en la línea de la Tradición como se constituyeron simultáneamente las dos formas doctrinales nuevas a las cuales se dan los nombres de taoísmo y de confucianismo. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Esta anécdota, contada por el historiador Sse-matsien, define perfectamente las posiciones respectivas de las dos doctrinas, antes deberíamos decir de las dos ramas de doctrina, en las cuales iba en adelante a encontrarse dividida la Tradición extremo-Oriental: Conllevando una esencialmente la metafísica pura, a la cual se adjuntan todas las ciencias tradicionales que tienen un alcance propiamente especulativo o, para decirlo mejor, «cognitivo»; confinada la otra en el domino práctico y ateniéndose exclusivamente al terreno de las aplicaciones sociales. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Hemos dicho ya, por lo demás, que las dos doctrinas tienen una raíz común, que es la Tradición anterior; Kong-tseu, no más que Lao-tseu, jamás ha tenido la intención de exponer concepciones que no hubieran sido sino las suyas propias, y que, por eso mismo, estarían desprovistas de toda autoridad y de todo alcance real. « AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

Algunos, aún reconociendo la existencia del taoísmo y dándose cuenta de que esta Tradición está siempre viviente, se imaginan no obstante que, en razón de su carácter cerrado, su influencia sobre el conjunto de la civilización china es prácticamente desdeñable, cuando no enteramente nula; hay ahí también un grave error, y nos queda ahora explicar, en la medida en que es posible hacerlo aquí, lo que hay realmente a este respecto. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

La civilización China ha atravesado muchas otras crisis en el pasado, y siempre ha rencontrado finalmente su equilibrio; en suma, nada indica hasta aquí que la crisis actual sea mucho más grave que las precedentes, e, incluso admitiendo que lo sea, eso no sería todavía una razón para suponer que la misma deba forzosamente alcanzar a lo que hay de más profundo y de más esencial en la Tradición de la raza, y que un pequeño número de hombres puede, por lo demás, bastar para conservar intacto en los periodos de turbación, ya que las cosas de ese orden en punto ninguno se apoyan sobre la fuerza brutal de la multitud. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

El confucianismo, que no representa más que el lado exterior de la Tradición, puede inclusive desaparecer si las condiciones sociales llegan a cambiar hasta el punto de exigir la constitución de una forma enteramente nueva; pero el taoísmo está más allá de esas contingencias. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

cuentos que le están emparentados con los misterios antiguos, con lo que se termina el estudio de M Dermenghem, es particularmente digno de interés, así como la indicación de algunas aproximaciones con el tasawwuf; agregaremos solamente, a este propósito, que similitudes como las que pueden destacarse entre la terminología de éste y el vocabulario platónico no deben de ningún modo ser tomadas por marcas de una «toma en préstamo» cualquiera, ya que el tasawwuf es propia y esencialmente islámico, y las aproximaciones de este género no hacen nada más que afirmar tan nítidamente como es posible la «unanimidad» de la Tradición universal bajo todas sus formas. AEIT ÉMILE DERMENGHEM Contes Kabyles

deben dirigirse los que quieren «recibir iniciaciones superiores»; 3 lo que el llama, con un pleonasmo bastante cómico, «los últimos grados de la escala iniciática sufi» (sic), e inclusive los grados que están todavía lejos de ser los últimos, no se obtienen en punto ninguno por los medios exteriores y «humanos» que el parece suponer, sino únicamente como resultado de un trabajo del todo interior, y, desde que alguien ha sido vinculado a la silsilah, no está más en el poder de nadie impedirle acceder a todos los grados si es capaz de ello; 4 en fin, si hay una Tradición en que las cuestiones de raza y de origen no intervienen de ninguna manera, es ciertamente el islam, que, de hecho, cuenta entre sus adherentes a hombres pertenecientes a las razas más diversas. AEIT REVISTAS

Por eso mismo, hay necesariamente, en el simbolismo, algo cuyo origen se remonta más arriba y más allá de la humanidad, y se podría decir que este origen está en la obra misma del Verbo divino: está primero en la manifestación universal misma, y está después, más especialmente en relación a la humanidad, en la Tradición Primordial que es en efecto, ella también, «revelación» del Verbo; esta Tradición, de la que todas las demás no son más que formas derivadas, se incorpora por así decir en los símbolos que son transmitidos de edad en edad sin que se les pueda asignar ningún origen «histórico», y el proceso de esta suerte de incorporación simbólica es también análogo, en su orden, al de la manifestación (NA: Recordaremos todavía una vez más a este propósito, para no dejar lugar a ningún equívoco, que nos negamos absolutamente a dar el nombre de «tradición» a todo lo que es puramente humano RGAI SIMBOLISMO Y FILOSOFÍA

Por eso mismo, hay necesariamente, en el simbolismo, algo cuyo origen se remonta más arriba y más allá de la humanidad, y se podría decir que este origen está en la obra misma del Verbo divino: está primero en la manifestación universal misma, y está después, más especialmente en relación a la humanidad, en la Tradición Primordial que es en efecto, ella también, «revelación» del Verbo; esta Tradición, de la que todas las demás no son más que formas derivadas, se incorpora por así decir en los símbolos que son transmitidos de edad en edad sin que se les pueda asignar ningún origen «histórico», y el proceso de esta suerte de incorporación simbólica es también análogo, en su orden, al de la manifestación (NA: Recordaremos todavía una vez más a este propósito, para no dejar lugar a ningún equívoco, que nos negamos absolutamente a dar el nombre de «tradición» a todo lo que es puramente humano y profano, y, en particular, a una doctrina filosófica cualquiera que sea RGAI SIMBOLISMO Y FILOSOFÍA

en relación a la humanidad, en la Tradición Primordial que es en efecto, ella también, «revelación» del Verbo; esta Tradición, de la que todas las demás no son más que formas derivadas, se incorpora por así decir en los símbolos que son transmitidos de edad en edad sin que se les pueda asignar ningún origen «histórico», y el proceso de esta suerte de incorporación simbólica es también análogo, en su orden, al de la manifestación (NA: Recordaremos todavía una vez más a este propósito, para no dejar lugar a ningún equívoco, que nos negamos absolutamente a dar el nombre de «tradición» a todo lo que es puramente humano y profano, y, en particular, a una doctrina filosófica cualquiera que sea). RGAI SIMBOLISMO Y FILOSOFÍA

Es así como, para retomar siempre el mismo simbolismo, puesto que ya no están obligados a hablar una lengua determinada, pueden hablarlas todas, porque han tomado conocimiento del principio mismo del que todas las lenguas se derivan por adaptación; lo que llamamos aquí las lenguas, son todas las formas tradicionales, religiosas u otras, que no son, en efecto, más que adaptaciones de la gran Tradición primordial y universal, vestiduras diversas de la única verdad. RGAI EL DON DE LENGUAS

Esos podrán, según las circunstancias, aparecer como Rosacrucianos, como mutasawwufin, o en otros aspectos todavía; ellos son verdaderamente el lazo vivo entre todas las tradiciones, porque, por su consciencia de la unidad, participan efectivamente en la gran Tradición primordial, de la que todas las demás se derivan por adaptación a los tiempos y a los lugares, y que es una como la Verdad misma. RGAI ROSA-CRUZ Y ROSACRUCIANOS

Por otra parte, este enderezamiento deberá ser preparado, incluso visiblemente, antes del fin del ciclo actual; pero no podrá serlo más que por aquel que, uniendo en él las potencias del Cielo y de la Tierra, las del oriente y del occidente, manifestará al exterior, a la vez en el dominio del conocimiento y en el de la acción, el doble poder sacerdotal y real conservado a través de las edades, en la integridad de su principio único, por los detentadores ocultos de la Tradición primordial. RGAI INICIACIÓN SACERDOTAL E INICIACIÓN REAL

En otras palabras, existe una «Tierra Santa» por excelencia, prototipo de todas las demás, centro espiritual al cual todos los demás centros están subordinados, sede de la Tradición primordial de la que todas las tradiciones particulares se derivan por adaptación a tales o cuales condiciones definidas, que son las de un pueblo o las de una época. RGEC LOS GUARDIANES DE TIERRA SANTA

Media, era considerado como sustituto del peregrinaje a Tierra Santa para aquellos que no podían cumplirlo; es necesario recordar que el peregrinaje es precisamente una de las representaciones de la iniciación, de manera que el «peregrinaje a Tierra Santa» es, en el sentido esotérico lo mismo que la «búsqueda de la Palabra perdida» o la «conquista del Santo Grial») Debemos añadir ahora que el simbolismo de la «Tierra Santa» tiene un doble sentido: que sea referido al Centro supremo o a un centro subordinado, representa no solamente ese centro mismo sino también, por una asociación que es completamente natural, la tradición que emana o que es conservada, es decir, en el primer caso, la Tradición primordial y en el segundo, una cierta forma tradicional particular. ( RGEC LOS GUARDIANES DE TIERRA SANTA

podían cumplirlo; es necesario recordar que el peregrinaje es precisamente una de las representaciones de la iniciación, de manera que el «peregrinaje a Tierra Santa» es, en el sentido esotérico lo mismo que la «búsqueda de la Palabra perdida» o la «conquista del Santo Grial») Debemos añadir ahora que el simbolismo de la «Tierra Santa» tiene un doble sentido: que sea referido al Centro supremo o a un centro subordinado, representa no solamente ese centro mismo sino también, por una asociación que es completamente natural, la tradición que emana o que es conservada, es decir, en el primer caso, la Tradición primordial y en el segundo, una cierta forma tradicional particular. ( RGEC LOS GUARDIANES DE TIERRA SANTA

NA: Analógicamente, desde el punto de vista cosmogónico, el «Centro del Mundo» es el punto original desde donde es proferido el Verbo creador, y es también el Verbo mismo) Este doble sentido se vuelve a encontrar paralelamente y de una forma muy clara en el simbolismo del «Santo Grial», que es a la vez un vaso (NA: grasale) y un libro (NA: gradale o graduale); este último aspecto designa manifiestamente la tradición, mientras que el otro concierne más directamente al estado correspondiente a la comprensión efectiva de esa tradición; es decir, el «estado edénico» si se trata de la Tradición primordial, y aquel que ha llegado a este estado es, por ello mismo, reintegrado al Pardes, de tal manera que se puede decir que su residencia es desde entonces el «Centro del Mundo». ( RGEC LOS GUARDIANES DE TIERRA SANTA

Esto nos lleva directamente a hablar del segundo papel de los «guardianes» del Centro supremo, papel que consiste, como acabamos de decir, en asegurar ciertas relaciones exteriores y sobre todo, añadiremos, mantener el nexo entre la Tradición primordial y las tradiciones secundarias y derivadas. RGEC LOS GUARDIANES DE TIERRA SANTA

Para que pueda ser así, es necesario que haya para cada forma tradicional una o varias organizaciones constituidas de esta forma, según todas las apariencias, pero compuestas de hombres que tengan consciencia de lo que está más allá de las formas, es decir, de la doctrina única que es la fuente y la esencia de todas las demás y que no es otra cosa que la Tradición Primordial. RGEC LOS GUARDIANES DE TIERRA SANTA

Otra observación, que concierne más particularmente al simbolismo, se impone igualmente: hay símbolos que son comunes a las formas tradicionales más diversas y más alejadas unas de otras, no por «préstamos» que en la mayoría de casos serían totalmente imposibles, sino porque pertenecen en realidad a la Tradición primordial de la que todas derivan directa o indirectamente. RGEC EL SANTO GRIAL

Además, el primero de esos dos casos entra en cierta forma en el segundo, pues la constitución de los centros secundarios corresponde a formas tradicionales particulares, sean las que sean, marca ya un primer grado de oscurecimiento respecto a la Tradición primordial; en efecto, el Centro supremo, desde entonces, no está en contacto directo con el exterior y el nexo es mantenido por intermedio de los centros secundarios. RGEC EL SANTO GRIAL

«Según Dante, el octavo cielo del Paraíso, el cielo estrellado (o de las estrellas fijas) es el cielo de los Rosa-Cruz: en él los Perfectos están vestidos de blanco; exponen un simbolismo análogo al de los Caballeros de Heredom (La Orden de Heredom de Kilwining es el Gran Capítulo de los altos grados vinculado a la Grande Loge Royale d’Edimbourg, y fundada, según la Tradición, por el rey Robert Bruce (Thory, Acta Latomorum, t. RGED CAPÍTULO III

Todo ello es sin duda muy curioso y propio para suscitar abundantes reflexiones; esperamos que, señalando todas estas relaciones, habremos al menos logrado hacer sentir en cierta medida la identidad de todas las tradiciones, prueba manifiesta de su unidad original, y la perfecta conformidad del Cristianismo con la Tradición primordial de la que se encuentran así por todas partes vestigios esparcidos. EMS III: ACERCA DE ALGUNOS SÍMBOLOS HERMÉTICO-RELIGIOSOS

Si el simbolismo es, en su esencia, estrictamente conforme al “plan divino”, y si el Sagrado Corazón es el “centro del plan divino”, como el corazón es el centro del ser, de modo real y simbólico al unísono, este símbolo del Corazón, por sí mismo o por sus equivalentes, debe ocupar en todas las doctrinas emanadas más o menos directamente de la Tradición primordial un lugar propiamente central, aquel que le da, en medio de los círculos planetario y zodiacal, el Cartujo que esculpió el mármol de Saint-Denis d’Orques (ver Regnabitabit, febrero de 1924); es lo que precisamente intentaremos mostrar en otros estudios. EMS IV: EL VERBO Y EL SÍMBOLO

Es preciso, para comprenderlo, recordar que todo centro espiritual regularmente constituido era considerado como la imagen de un Centro supremo, donde se conservaba intacto el depósito de la Tradición primordial; hemos hecho alusión a este hecho en nuestro estudio sobre la leyenda del Santo Grial (agosto-septiembre de 1925) . EMS X: EL OMPHALOS, SÍMBOLO DEL CENTRO

El centro de cierta región era pues, verdaderamente, para el pueblo que habitaba esta región, la imagen visible del “Centro del Mundo” lo mismo que la tradición propia de ese pueblo no era en principio, más que una adaptación, bajo la forma más conveniente a su mentalidad y a sus condiciones de existencia, de la Tradición primordial, que fue siempre, como quiera que pudiesen pensar los que se detienen en las apariencias exteriores, la única verdadera Religión de la humanidad entera. EMS X: EL OMPHALOS, SÍMBOLO DEL CENTRO

Quizás algunos no verán, en algunas de las comparaciones que hemos señalado aquí, más que un asunto de simple curiosidad; pero tenemos que declarar que tienen para nosotros un alcance mucho mayor, como todo lo que permite reencontrar y reunir los vestigios esparcidos de la Tradición primordial. EMS X: EL OMPHALOS, SÍMBOLO DEL CENTRO

Esta connivencia profunda con el plan divino hace del simbolismo algo “no-humano”, según el término hindú que citábamos por entonces, algo que remonta más alto y más lejos que la humanidad, puesto que este origen está en la obra misma del Verbo: está primero en la creación misma, y está a continuación en la Revelación primordial, en la gran Tradición de la cual todas las demás no son sino formas derivadas, y que fue siempre en realidad, como también hemos ya dicho (junio de 1926, p 46), la única verdadera religión de la humanidad entera. EMS XIV: SIMBOLISMO Y FILOSOFÍA

Los que han conocido nuestros precedentes artículos, advertirán sin dificultad en este texto la idea del corazón como centro del ser, idea que, según lo hemos explicado (y volveremos sobre ella) es común a todas las tradiciones antiguas, procedentes de esa Tradición primordial cuyos vestigios se encuentran aún en todas partes para quien sabe verlos. EMS XV: CORAZÓN Y CEREBRO

Y, en primer lugar, por lo que hace a los orígenes prehistóricos de este símbolo, nos inclinamos por nuestra parte a reconocerle un origen nórdico, incluso puede que hiperbóreo; Charbonneau señala su presencia en Alemania del norte y en Escandinavia, y pensamos que, en esas regiones, está más cerca verosímilmente el punto de partida que en Asia central, adonde fue sin duda aportado por la gran corriente que, surgida directamente de la Tradición primordial, debía seguidamente dar nacimiento a las doctrinas de la India y de Persia. EMS XVI: A PROPÓSITO DEL PEZ

Hay, en efecto, en el Veda y en el Avesta, diversos textos que afirman muy explícitamente el origen hiperbóreo de la Tradición, y que indican incluso las principales etapas de su descenso hacia el Sur; parece que recuerdos análogos, del lado occidental, hayan sido conservados en las tradiciones célticas, que son difíciles de reconstruir sin duda con los datos fragmentarios que únicamente han llegado hasta nosotros. EMS XVI: A PROPÓSITO DEL PEZ

Otro hecho que, para nosotros, viene también en apoyo de estas consideraciones es que, en la India, la manifestación en forma de pez (Matsya-avatara) se considera como la primera de todas las manifestaciones de Vishnú2, la que se sitúa al comienzo mismo del ciclo actual, y por lo tanto en relación inmediata con el punto de partida de la Tradición primordial. EMS XVI: A PROPÓSITO DEL PEZ

No justifica esto ampliamente la importancia que atribuimos aquí a esta tradición, cuya profunda, armonía con el Cristianismo no podría escapar, a quienquiera la estudie, como lo ha hecho el R P Wallace, sin ideas preconcebidas? Nos consideraremos felices si logramos hacer sentir un poco esa armonía en los puntos que tenemos ocasión de tratar, y hacer comprender al mismo tiempo que la razón de ello ha de buscarse en el vínculo directo que une la doctrina hindú a la gran Tradición primordial”. EMS XVI: A PROPÓSITO DEL PEZ

Además, Maya, por lo mismo que es el “arte” Divino que reside en el Principio, se identifica a la “Sabiduría”, Sophia, entendida exactamente en el mismo sentido que lo es en la Tradición judeo-cristiana; y, como tal, Maya es la madre del Avatara: Y lo es primeramente, en cuanto a su generación eterna, en tanto que Shakti del Principio, Shakti que no forma por lo demás más que Uno con el Principio mismo, del cual ella no es más que el aspecto “natural” (Krishna dice: “Aunque sin nacimiento, …Yo nazco de mi propia Maya (NA: Bhagavad-Gita, IV, 6)); y lo es también, en cuanto a su nacimiento en el mundo manifestado en tanto que Prakriti, lo que muestra todavía más claramente la conexión que existe entre ambos aspectos superior e inferior de Maya RGEH MAYA (NA: Publicado en E T, de julio-agosto de 1947)

a su generación eterna, en tanto que Shakti del Principio, Shakti que no forma por lo demás más que Uno con el Principio mismo, del cual ella no es más que el aspecto “natural” (Krishna dice: “Aunque sin nacimiento, …Yo nazco de mi propia Maya (NA: Bhagavad-Gita, IV, 6)); y lo es también, en cuanto a su nacimiento en el mundo manifestado en tanto que Prakriti, lo que muestra todavía más claramente la conexión que existe entre ambos aspectos superior e inferior de Maya (Ver La Gran Triada, I, parte final; a este propósito debe ser bien entendido que la Tradición Cristiana, pues que no se considera distintamente el aspecto “maternal” en el Principio mismo, no puede, explícitamente al menos, emplazarse, en cuanto a su concepción de la “Theotokos”, más que en el segundo de los dos puntos de vista que acabamos de cuestionar. RGEH MAYA (NA: Publicado en E T, de julio-agosto de 1947)

Este aspecto no es en realidad más que una aplicación al orden social (NA: pero que por lo demás, como todas las demás aplicaciones, presupone necesariamente la doctrina puramente metafísica que es la parte esencial y fundamental de la Tradición), del conocimiento principal de lo que todo lo demás depende enteramente y sin el cual nada verdaderamente tradicional, en cualesquiera dominio que eso sea, podría existir de ninguna manera. RGEH SANATANA DHARMA (NA: Publicado en Cahiers du Sud, n especial Aproximaciones de la India)

Podemos notar aquí la coexistencia de dos puntos de vista, de sucesión uno, que se refiere a la manifestación en ella misma, y el otro de simultaneidad, que se refiere a su principio, o a lo que se podría llamar su «arquetipo»; y, en el fondo, la correspondencia de estos dos puntos de vista equivale de una cierta manera a la del simbolismo temporal y del simbolismo espacial, correspondencia a la cual acabamos de hacer alusión precisamente en lo que concierne a los Dwipas de la Tradición hindú. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

Apenas hay necesidad de hacer destacar que esa designación de «Polo» se vincula estrechamente al simbolismo «polar» del Meru que hemos mencionado hace un momento, teniendo como tiene el Meru mismo por lo demás como exacto equivalente la montaña de Qaf en la Tradición Islámica. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

Añadimos todavía que los siete «Polos» terrestres son considerados como reflejos de los siete «Polos» celestes, que presiden respectivamente los siete cielos planetarios; y esto evoca naturalmente la correspondencia con los Swargas en la Tradición hindú, lo que acaba de mostrar la perfecta concordancia que existe a este sujeto entre las dos Tradiciones. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

manifiesta de los cuatro Yugas con las cuatro edades de oro, de plata, de bronce y de hierro, tales como eran conocidas de la antigüedad grecolatina en relación al que le ha precedido; y esto, que se opone directamente a la idea de «progreso» tal y como la conciben los modernos, se explica muy simplemente por el hecho de que todo desarrollo cíclico, es decir, en suma, todo proceso de manifestación, implicando necesariamente un alejamiento gradual del principio, constituye muy verdaderamente en efecto, un «descenso», lo que es por lo demás también el sentido real de la «caída» en la Tradición Judeo-Cristiana. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

Esta precaución puede parecer extraña a primera vista, pero es, sin embargo, fácil de explicar: Si la duración real del Manvantara fuera conocida, y si además, estuviera determinado con exactitud su punto de partida, cada quien podría sin dificultad extraer de ello deducciones que permitirían prever algunos acontecimiento futuros; ahora bien, jamás ninguna Tradición ortodoxa ha encarecido las búsquedas por medio de las cuales el hombre puede llegar a conocer el porvenir en una medida más o menos extensa, presentando como presenta ese conocimiento prácticamente muchos más inconvenientes que ventajas verdaderas. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

Siendo dada la importancia enteramente particular que es así atribuida a este periodo, es de suponer que el Manvantara deberá comprender un número entero de esos «grandes años»; ¿pero cuál será entonces ese número? A este respecto, encontramos al menos, en otra parte que en la Tradición hindú, una indicación precisa, y que parece bastante plausible como para poder por esta vez ser aceptada literalmente: Entre los Caldeos, la duración del reino de Xisuthros que es manifiestamente idéntico a Vaivaswata, el Manú de la era actual, es fijada en 64. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

Al terminar, el autor ha creído bueno librarse a algunas tentativas de «previsión del porvenir», por lo demás en límites bastante restringidos; queda ahí uno de los peligros de estas especies de búsquedas, sobre todo en nuestra época en que las así dichas «profecías» están tan en boga; ninguna Tradición ha encarecido jamás estas cosas ciertamente y es inclusive para oponerles obstáculo en la medida de lo posible más que por toda otra razón, por lo que algunos lados de la doctrina de los ciclos han estado siempre envueltos en la obscuridad. FTCC RESEÑAS: GASTON GEORGEL: Los Ritmos en la Historia. (Casa del autor, Belfort).

A decir verdad, aunque esta expresión parece en efecto pertenecer en propiedad a M le Cour, no pensábamos únicamente en él al escribir aquella nota, ya que no es el solo el único en cometer la confusión en cuestión; se la encuentra igualmente en M Herman Wirth, autor de una importante obra sobre los orígenes de la humanidad (Der Aufgang der Menschheit) aparecido recientemente en Alemania, y que emplea constantemente el término «nor-atlántica» para designar la región que fue el punto de partida de la Tradición Primordial. FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

Es solamente en una época ya alejada del origen que la sede la Tradición Primordial, transferida a otras regiones, ha podido devenir, ya sea occidental, ya sea oriental, occidental para algunos periodos y oriental para otros, y, en todo caso, seguramente oriental en último lugar y ya mucho antes del comienzo de los tiempos dichos «históricos» (porque son los solos accesibles a las investigaciones de la historia «profana»). FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

La tierra en la que el Sol hacía el giro del horizonte sin ponerse debía estar en efecto situada bien cerca del polo, si no en el polo mismo; es dicho también que, más tarde, los representantes de la Tradición se trasladaron a una región en la que el día más largo era doble que el día más corto, pero esto se refiere ya a una fase ulterior, que, geográficamente, evidentemente nada más tiene que ver con la Hiperbórea. FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

Todas las demás «islas sagradas», que son designadas por todas partes con nombres de significación idéntica, no fueron más que imágenes de aquella; y esto se aplica inclusive al centro espiritual de la Tradición atlante, que no rige más que un ciclo histórico secundario, subordinado al Manvantara (A propósito de la Tula atlante, creemos interesante reproducir aquí una información que hemos relevado en una crónica geográfica del Journal del Débats (22 de Enero de 1929), sobre «las Indias del istmo de Panamá», y cuya importancia ha escapado ciertamente al autor mismo de ese artículo: «En 1925, una gran parte de los Indios Cuna se sublevaron, mataron a los gendarmes de Panamá que habitaban sobre su territorio y fundaron la República independiente de Tulé, cuya bandera es un swastika sobre fondo naranja bordado en rojo FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

Y agregábamos en nota: «Una enorme dificultad, para determinar el punto de juntura de la Tradición atlante con la Tradición hiperbórea, proviene de ciertas sustituciones de nombres que pueden dar lugar a múltiples confusiones; pero la cuestión, a pesar de todo, no es quizás enteramente insoluble». FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

En cuanto a la cuestión de anterioridad, sería menester primero sabe a qué época precisa se remonta el Druidismo, y es probable que se remonte mucho más atrás de lo que se cree de ordinario, tanto más cuanto que los Druidas eran los poseedores de una Tradición de la cual una parte notable era incontestablemente de proveniencia hiperboreana. FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

Sin poner en ello la menor animosidad, rogaríamos aquí a M le Cour no asimilar nuestro caso al suyo, ya que al final es menester en efecto decir las cosas como son: Nos le consideramos como un «buscador» (y eso no es de ningún modo disminuir su mérito), que propone explicaciones según sus opiniones personales, algo aventuradas a veces, y al efecto está en su derecho, dado que no está vinculado a ninguna Tradición actualmente viva y tampoco está en posesión de ningún dato Tradicional recibido por transmisión directa; podríamos decir, en otros términos, que hace arqueología, mientras que, en cuanto a nós, hacemos ciencia iniciática, y hay ahí dos puntos de vista que, aún cuando que toquen a los mismos sujetos, no podrían coincidir de ninguna manera. FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

En cuanto a la historia de Aor-Agni, que no «ignoramos» del todo, sería bueno acabar de una vez por todas con esas ensoñaciones, de las que M le Cour no tiene por otra parte la responsabilidad: Si «Agni se basta a él mismo», es por la buena razón de que este término, en sánscrito, designa el fuego bajo todos sus aspectos, sin ninguna excepción, y los que pretenden lo contrario prueban simplemente por ahí su total ignorancia de la Tradición hindú. FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

Esta pretensión es verdaderamente un poco extraordinaria; ¿se cree pues tan viejo M le Cour? No solamente los Occidentales modernos no son los antepasados de nadie, sino que ni siquiera son descendiente legítimos, ya que han perdido la llave de su propia Tradición; no es «en Oriente donde ha habido desviación», sea lo que fuere lo que puedan decir de ello los que ignoran todo de las doctrinas orientales. FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

Los «antepasados», para retomar el término de M le Cour, son los detentadores efectivos de la Tradición Primordial; no podría haber otros, y, en la época actual, éstos no se encuentran ciertamente en Occidente. FTCC ATLÁNTIDA E HIPERBÓREA

Precedentemente hemos señalado, bajo el título Atlántida e Hiperbórea, la confusión que se hace muy frecuentemente entre la Tradición Primordial, originalmente «polar» en el sentido literal del término, y cuyo punto de partida es el mismo del presente Manvantara, y la Tradición derivada y secundaria que fue la Tradición atlantiana, que se refiere a un periodo mucho más restringido. FTCC LUGAR DE LA TRADICIÓN ATLANTIANA EN EL MANVANTARA

Es también a la Tradición atlantiana a la que es menester atribuir la transferencia del sapta-riksha (la mansión simbólica de los siete Rishis), en una cierta época, de la misma Osa Mayor a las Pléyades, constelación igualmente formada de siete estrellas, pero de situación zodiacal; lo que no deja ninguna duda a este respecto, es que las Pléyades eran dichas hijas de Atlas y, como tales, llamadas también Atlántidas. FTCC LUGAR DE LA TRADICIÓN ATLANTIANA EN EL MANVANTARA

El punto de partida que puede llamarse normal, como estando directamente en conformidad con la Tradición Primordial, es el solsticio de invierno; el hecho de comenzar el año en uno de los equinoccios indica el vinculamiento a una Tradición secundaria, tal como la Tradición atlantiana. FTCC LUGAR DE LA TRADICIÓN ATLANTIANA EN EL MANVANTARA

Además, como el otoño en el año corresponde a la tarde en el día, se puede ver una alusión directa al mundo atlantiano en lo que indica la Tradición hebraica (cuyo nombre es por otra parte de los que marcan el origen occidental), de que el mundo fue creado en el equinoccio de otoño (en el primer día del mes de Thishri, según una cierta transposición de las letras del término Bereshith); y quizás es ésta también la razón más inmediata (hay otras de un orden más profundo) de la enunciación de la «tarde» (ereb) antes que la «mañana» (boqer) en el relato de los «días» del Génesis (Entre los árabes igualmente, el uso es el de contar las horas del día a partir del maghreb, es decir, de FTCC LUGAR DE LA TRADICIÓN ATLANTIANA EN EL MANVANTARA

Esto podría encontrar una confirmación en el hecho de que la significación literal del nombre de Adam es «rojo», habiendo sido precisamente la Tradición atlantiana la de la raza roja; y parece también que el diluvio bíblico corresponde directamente al cataclismo en que desapareció la Atlántida, y que, por consecuencia, no debe ser identificado al diluvio de Satyavrata quien, según la Tradición hindú, salido directamente de la Tradición Primordial, precedió inmediatamente al comienzo de nuestro Manvantara (Por el contrario, los diluvios de Decaulion y de Ogyges, entre los griegos, parecen reportarse a periodos todavía más restringidos y a cataclismos parciales posteriores al de la Atlántida). FTCC LUGAR DE LA TRADICIÓN ATLANTIANA EN EL MANVANTARA

Bien entendido que este sentido que uno puede llamar histórico no excluye de ningún modo los demás sentidos; es menester por otra parte no perder jamás de vista que, siguiendo la analogía que existe entre un ciclo principal y los ciclos secundarios en los cuales se subdivide, todas las consideraciones de este orden son siempre susceptibles de aplicaciones a grados diversos; pero lo que queremos decir, es que parece en efecto que el ciclo atlantiano haya sido tomado como base en la Tradición hebraica, y que la transmisión se haya hecho por lo demás por la mediación de los Egipcios, lo que al menos nada tiene de inverosímil, o por todo otro medio. FTCC LUGAR DE LA TRADICIÓN ATLANTIANA EN EL MANVANTARA

Si hacemos esta última reserva, es porque parece particularmente difícil determinar como se hizo la juntura de la corriente venida del Occidente, luego de la desaparición de la Atlántida, con otra corriente descendida del Norte y procedente directamente de la Tradición Primordial, juntura de la cual debía resultar la constitución de las diferentes formas Tradicionales propias a la última parte del Manvantara. FTCC LUGAR DE LA TRADICIÓN ATLANTIANA EN EL MANVANTARA

No se trata ahí, en todo caso, de una reabsorción pura y simple, en la Tradición Primordial, de lo que había salido de ella en una época anterior; se trata de una especie de fusión entre formas preliminarmente diferenciadas, para dar nacimiento a otras formas adaptadas a nuevas circunstancias de tiempo y de lugares; y el hecho de que las dos corrientes aparezcan entonces en cierto modo como autónomas puede todavía contribuir a mantener la ilusión de una independencia de la Tradición atlantiana. FTCC LUGAR DE LA TRADICIÓN ATLANTIANA EN EL MANVANTARA

Sin arriesgar la menor predicción sobre lo que podrá resultarse de estos descubrimientos, descubrimientos de los que aquellos que los hacen son incapaces de suponer el alcance posible, es menester ciertamente ver ahí un «signo de los tiempos»: ¿No debe reencontrarse todo al fin del Manvantara, para servir de punto de partida a la elaboración del ciclo futuro? En nuestro estudio sobre el «lugar de la Tradición atlantiana en el Manvantara», hemos dicho que la significación literal del nombre de Adam es «rojo», y que puede verse ahí uno de los indicios del vinculamiento de la Tradición hebraica a la Tradición atlantiana, que fue la de la raza roja. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE EL NOMBRE DE ADAM

Por otra parte, si se atribuye más especialmente este mismo nombre de Adam a la Tradición de la raza roja, ésta está en correspondencia con la tierra entre los elementos, de igual modo que con el Occidente entre los puntos cardinales, y esta última concordancia viene todavía a justificar lo que habíamos dicho precedentemente. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE EL NOMBRE DE ADAM

Se ve también la relación que este último punto presenta con la cuestión de lo que se denomina los «preadamitas»: Es así que si se toma a Adam como siendo el origen de la raza roja y de su Tradición particular, puede tratarse simplemente de otras razas que han precedido a ésta en el curso del ciclo humano actual; si se le toma, en un sentido más extenso, como el prototipo de toda la presente humanidad, se tratará entonces de esas humanidades anteriores a las cuales hacen precisamente alusión los «siete reyes de Edom». FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE EL NOMBRE DE ADAM

En todo caso, las discusiones a las cuales esta cuestión ha dado lugar aparecen como bastante vanas, ya que no debería haber ahí ninguna dificultad; de hecho, no la hay, al menos, para la Tradición islámica, en la cual existe un hadith (dicho del Profeta) que dice que, «antes del Adam que conocemos, Dios creó cien mil Adam» (es decir, un número indeterminado); lo que es una afirmación tan clara como es posible de la multiplicidad de los periodos cíclicos y de las humanidades correspondientes. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE EL NOMBRE DE ADAM

El estado sutil es denominado por la Tradición hindú Taijasa, por analogía con Tejas o el elemento ígneo; y, como el fuego está, en cuanto a sus cualidades propias, polarizado en luz y calor, el estado sutil está ligado al estado corpóreo de dos maneras diferentes y complementarias, por la sangre en cuanto a la cualidad calórica, y por el sistema nervioso en cuanto a la cualidad luminosa. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE EL NOMBRE DE ADAM

Por otra parte, puede decirse que, en el fuego, la luz representa el aspecto superior, y el calor el aspecto inferior: La Tradición islámica enseña que los ángeles fueron creados del «fuego divino» (o de la «luz divina»), y que los que se rebelaron en seguimiento de Iblis perdieron la luminosidad de su naturaleza para no guardar de la misma más que un calor obscuro (Esto se encuentra indicado en la relación que existe, en árabe, entre los términos mur, «luz», y nar, «fuego» (en el sentido de calor)). FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE EL NOMBRE DE ADAM

El término Qabbalah, en hebreo, no significa otra cosa que «Tradición», en el sentido más general; y, si bien que designa lo más habitualmente la Tradición esotérica o iniciática, cuando es empleado sin más precisión, sucede a veces también que sea aplicado a la Tradición exotérica misma (Esto no deja de causar algunas equivocaciones: Así, hemos visto a algunos pretender vincular el Talmud a la Qabbalah, entendida en el sentido esotérico; de hecho, el Talmud pertenece en efecto a la «Tradición», pero puramente exotérica, religiosa y legal). FTCC QABBALAH

Este término en él mismo, es pues susceptible de designar no importa que Tradición; pero, como pertenece a la lengua hebraica, es normal, cuando uno se sirve de otra lengua, reservarle, así como lo hemos hecho ya destacar en otras ocasiones, a la sola Tradición hebraica, o, si se prefiere otra manera de hablar quizás más exacta, a la forma específicamente hebraica de la Tradición. FTCC QABBALAH

mismo tiempo, es también el punto que uno tiene delante de sí cuando se «orienta» girándose hacia el sol en su salida (Es curioso notar que Cristo es a veces llamado Oriens; está designación puede sin duda ser referida al simbolismo del sol saliente; pero en razón del doble sentido que indicamos aquí, es posible que sea menester también, e inclusive sobre todo, aproximarla al hebreo Elohi Qedem, o a la expresión que designa al Verbo como el «Antiguo de los Días», es decir, El que es antes de los días por diversas Tradiciones (los «días de Brahma» en la Tradición hindú, los «días de la creación» en el Génesis hebraico)). FTCC QABBALAH

Así, quedem significa también «Oriente», y Qadmon «oriental»; pero sería menester no querer ver en esas designaciones la afirmación de una primordialidad del Oriente bajo el punto de vista de la historia de la humanidad terrestre, dado que, como hemos tenido frecuentemente la ocasión de decirlo, el origen primero de la Tradición es nórdico, «polar» mismo, y en punto ninguno oriental ni occidental; la explicación que acabamos de indicar nos parece por lo demás plenamente suficiente. FTCC QABBALAH

Ahora, uno puede plantearse esta cuestión: ¿Por qué la Tradición, en hebreo, es designada por un término proveniente de la raíz QBL, y no de la raíz QDM? Podríase estar tentado de decir, a este respecto, que, no constituyendo la Tradición hebraica más que una forma secundaria y derivada, una denominación que evocará la idea de origen o de primordialidad no podría convenirle; pero está razón no nos aparece como esencial, ya que, directamente o no, toda Tradición se vincula a los orígenes y procede de la Tradición Primordial, y hemos visto en otra parte que toda lengua sagrada, comprendido ahí el hebreo mismo y el árabe, es considerada como FTCC QABBALAH

Ahora, uno puede plantearse esta cuestión: ¿Por qué la Tradición, en hebreo, es designada por un término proveniente de la raíz QBL, y no de la raíz QDM? Podríase estar tentado de decir, a este respecto, que, no constituyendo la Tradición hebraica más que una forma secundaria y derivada, una denominación que evocará la idea de origen o de primordialidad no podría convenirle; pero está razón no nos aparece como esencial, ya que, directamente o no, toda Tradición se vincula a los orígenes y procede de la Tradición Primordial, y hemos visto en otra parte que toda lengua sagrada, comprendido ahí el hebreo mismo y el árabe, es considerada como representando de una cierta manera a la lengua primitiva. FTCC QABBALAH

La verdadera razón, parece, es que la idea que debe aquí ser puesta sobre todo en evidencia es la de una transmisión regular e ininterrumpida, idea que es también, por lo demás, la que expresa propiamente el término mismo de «Tradición», así como lo indicábamos al comienzo. FTCC QABBALAH

Esta transmisión constituye la «cadena» (shelsheteth en hebreo, silsilah en árabe) que une el presente al pasado y que debe continuarse desde el presente hacia el porvenir: Es la «cadena de la Tradición» (shel sheleth ha-Qabbalah), o la «cadena iniciática» de la cual hemos tenido la ocasión de hablar recientemente; y es también la determinación de una «dirección» (reencontramos aquí el sentido del árabe qiblah) que, a través de la sucesión de los tiempos, oriente el ciclo hacia su fin y reúne a éste con su origen, y que, extendiéndose inclusive más allá de estos dos puntos extremos por el hecho de que su fuente principal es intemporal y «no-humana», liga al ciclo considerado armónicamente a los demás, concurriendo a formar con estos una «cadena» más vasta, la que algunas Tradiciones orientales denominan FTCC QABBALAH

Es indispensable comprender bien este punto y no perderle jamás de vista si se quiere penetrar, por poco que sea, el verdadero espíritu de una Tradición; y es tanto más necesario llamar la atención sobre esto cuanto que se constata bastante frecuentemente en nuestros días, entre los que pretenden estudiar las doctrinas Tradicionales, una tendencia a no tener en cuenta ciencias como la que es cuestión, ya sea en razón de las dificultades especiales que presenta su asimilación, ya sea porque, además de la imposibilidad de hacerlas entrar en el cuadro de las clasificaciones modernas, su presencia es particularmente disgustante para quienquiera que se esfuerce en reducirlo todo a puntos de vista exotéricos y en interpretar las doctrinas en términos de «filosofía» o de «misticismo». FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

Esta hipótesis sería inclusive mucho más verosímil, primero porque la adopción de una doctrina extranjera apenas es conciliable con el «particularismo» que fue siempre uno de los rasgos dominantes del espíritu judaico, y después porque, sea lo que se piense por lo demás del neo-platonismo, no represente en todo caso más que una doctrina relativamente exotérica (ya que aún cuando que esté basada sobre datos de orden esotérico, la misma no es más que una «exteriorización» de aquellos), y que, como tal, no ha podido ejercer una influencia real sobre una Tradición esencialmente iniciática, e inclusive muy «cerrada», como lo es y lo fue siempre la Qabbalah (Esta última razón vale igualmente contra la pretensión de vincular el esoterismo islámico al mismo neo-platonismo; solo la filosofía, entre los Árabes, es de origen griego, como lo es por lo demás, dondequiera que se encuentre, todo aquello a lo que pueda aplicarse propiamente ese nombre de «filosofía» (en árabe falsafah); que es como una marca de este origen mismo; pero aquí no es de ningún modo de filosofía de lo que se trata). FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

todas las aplicaciones a las cuales pueden dar lugar; todo lo que es asunto de «adaptación», en una palabra, puede ser considerado como perteneciendo en propiedad a tal o a cual forma Tradicional particular, y si se encuentra el equivalente de ello en otra parte, es porque, de los mismos principios, debíanse naturalmente sacar las mismas consecuencias, cualesquiera que sea por lo demás la manera especial en que se las haya expresado aquí o acullá (bajo la reserva, bien entendido, de ciertos modos simbólicos de expresión que, siendo por todas partes los mismos, deben ser mirados como remontándose hasta la Tradición Primordial). FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

En cuanto a los casos de filiación real, no es decir que deban ser enteramente excluidos, ya que es evidente que todas las formas Tradicionales no proceden directamente de la Tradición Primordial, sino que otras formas han debido jugar a veces la función de intermediarias; pero estas últimas son, lo más frecuentemente, de aquellas que han desaparecido enteramente, y las transmisiones en cuestión se remontan en general a épocas demasiado alejadas como para que la historia ordinaria, cuyo campo de investigación es en suma muy limitado, pueda tener de ellas el menor conocimiento, ello, sin contar con que los medios por los cuales son efectuadas las antedichas transmisiones no son de los que pueden ser accesibles a sus métodos de búsqueda. FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

Todo esto no nos aleja de nuestro sujeto más que en apariencia, y, volviendo a las relaciones de la Qabbalah con el Pitagorismo, podemos ahora plantearnos esta cuestión: Si aquella no puede ser derivada directamente de éste, inclusive suponiendo que no le sea realmente anterior, y si esto no fuera sino en razón de una demasiado grande diferencia de forma, sobre la cual hemos de volver dentro de un momento de una manera más precisa, ¿no se podría considerar al menos para la una y para el otro un origen común, que sería, según el parecer de algunos, la Tradición de los antiguos Egipcios (lo que, no hay que decirlo, nos llevaría este vez mucho más allá del periodo alejandrino)? Es ésta, digámoslo de inmediato, una teoría de la que se ha abusado mucho; y, en lo que concierne al Judaísmo, nos es imposible, a despecho de algunas aserciones más o menos fantásticas, descubrir en el mismo la menor relación con todo lo que se puede conocer de la Tradición egipcia (y hablamos en cuanto a la forma, que es la sola a considerar en eso, dado que, por lo demás, el fondo es necesariamente idéntico en todas las Tradiciones FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

momento de una manera más precisa, ¿no se podría considerar al menos para la una y para el otro un origen común, que sería, según el parecer de algunos, la Tradición de los antiguos Egipcios (lo que, no hay que decirlo, nos llevaría este vez mucho más allá del periodo alejandrino)? Es ésta, digámoslo de inmediato, una teoría de la que se ha abusado mucho; y, en lo que concierne al Judaísmo, nos es imposible, a despecho de algunas aserciones más o menos fantásticas, descubrir en el mismo la menor relación con todo lo que se puede conocer de la Tradición egipcia (y hablamos en cuanto a la forma, que es la sola a considerar en eso, dado que, por lo demás, el fondo es necesariamente idéntico en todas las Tradiciones); sin duda habría lazos más reales con la Tradición caldea, ya sea por derivación o por simple afinidad, y en tanto que sea posible apercibirse verdaderamente de algo de esas Tradiciones extinguidas desde hace tantos siglos. FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

que decirlo, nos llevaría este vez mucho más allá del periodo alejandrino)? Es ésta, digámoslo de inmediato, una teoría de la que se ha abusado mucho; y, en lo que concierne al Judaísmo, nos es imposible, a despecho de algunas aserciones más o menos fantásticas, descubrir en el mismo la menor relación con todo lo que se puede conocer de la Tradición egipcia (y hablamos en cuanto a la forma, que es la sola a considerar en eso, dado que, por lo demás, el fondo es necesariamente idéntico en todas las Tradiciones); sin duda habría lazos más reales con la Tradición caldea, ya sea por derivación o por simple afinidad, y en tanto que sea posible apercibirse verdaderamente de algo de esas Tradiciones extinguidas desde hace tantos siglos. FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

Ahora bien, ya sea que se trate del Pitagorismo mismo o del Orfismo anterior, no es en punto ninguno en Eleusis donde es menester buscar el «punto de incidencia» de los mismos, sino en Delfos; y el Apolo délfico no es de ningún modo egipcio, sino hiperbóreo, origen que, de cualquier manera, es imposible considerar para la Tradición hebraica (Se trata aquí de la derivación directa; aún cuando que la Tradición Primordial es hiperbórea, y aún cuando que por consecuencia todas las formas Tradicionales sin excepción se vinculan finalmente a ese origen, casos hay; como el de la Tradición hebraica, en los que esto no es quizás sino muy indirectamente y a través de una más o menos larga serie de intermediarios, que sería por otra parte bien difícil de pretender reconstituir exactamente); esto nos conduce por lo demás directamente al punto más importante en lo que concierne a la ciencia de los números y a las formas FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

Ahora bien, ya sea que se trate del Pitagorismo mismo o del Orfismo anterior, no es en punto ninguno en Eleusis donde es menester buscar el «punto de incidencia» de los mismos, sino en Delfos; y el Apolo délfico no es de ningún modo egipcio, sino hiperbóreo, origen que, de cualquier manera, es imposible considerar para la Tradición hebraica (Se trata aquí de la derivación directa; aún cuando que la Tradición Primordial es hiperbórea, y aún cuando que por consecuencia todas las formas Tradicionales sin excepción se vinculan finalmente a ese origen, casos hay; como el de la Tradición hebraica, en los que esto no es quizás sino muy indirectamente y a través de una más o menos larga serie de intermediarios, que sería por otra parte bien difícil de pretender reconstituir exactamente); esto nos conduce por lo demás directamente al punto más importante en lo que concierne a la ciencia de los números y a las formas diferentes de que se ha revestido. FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

gematría (que siendo de origen griego, debe, como un cierto número de otros términos de la misma proveniencia, haber sido introducido en una época relativamente reciente, lo que no quiere decir de ningún modo que lo que designa no hay existido anteriormente), no deriva de geometría como se pretende frecuentemente, sino de grammateia; es pues todavía la ciencia de los números que se trata), y que no se reencuentra en ninguna otra parte, al menos bajo este aspecto y con ese desarrollo, si no es, como lo hemos dicho ya, en el esoterismo islámico, es decir, en suma, en la Tradición árabe. FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

fenicia» como se dice lo más habitualmente, sea en todo caso «qadmeana», es decir, «oriental» sin especificación más precisa, y los nombres mismos de las letras dan fe de ello), y porque, en su simbolismo numérico u otro, jamás verdaderamente, si puede expresarse así, ha hecho cuerpo con la lengua misma (Inclusive en la interpretación simbólica de las palabras (por ejemplo en el Crátilo de Platón), la consideración de las letras de las cuales están compuestas no interviene; es por lo demás la misma cosa del nirukta para la lengua sánscrita, y, si existe empero en algunos aspectos de la Tradición hindú un simbolismo literal, que está inclusive muy desarrollado, el mismo se basa sobre principios enteramente diferentes de los tratados aquí). FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

algo que, como lo hemos dicho al comienzo, queda esencialmente en la constitución misma de esas lenguas, algo que está ligado a ellas de una manera propiamente «orgánica» antes bien lejos de haber venido a agregarse a las mismas desde el exterior, y después de un tiempo como en el caso de la lengua griega; y, encontrándose este elemento a la vez en el hebreo y en el árabe, puede legítimamente mirársele como procediendo de la fuente común de esas dos lenguas y de las dos Tradiciones que las mismas expresan, es decir, de lo que uno puede denominar la Tradición «abrahámica». FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

Además, la hipótesis misma de un origen común inmediato debe igualmente ser descartada, ya que vemos a la Tradición de la cual esta ciencia forma parte integrante remontarse, de una parte, a una fuente «apoloniana», es decir, directamente hiperbórea, y, de la otra, a una fuente «abrahámica», que se vincula versosímilmente sobre todo ella misma (como lo sugieren por lo demás los nombres mismos de los hebreos y de los árabes) a la corriente Tradicional venida de la «isla perdida del Occidente» (Empleamos constantemente la expresión de «ciencia de los números» para evitar toda confusión con la aritmética profana; quizás que se pudiera adoptar empero un término como el de «aritmología»; pero es menester rechazar, en razón del «barbarismo FTCC Qabbalah Y CIENCIA DE LOS NÚMEROS

M Vulliaud que se preocupa de no recurrir más que a fuentes hebraicas para saber lo que es verdaderamente la Qabbalah y tiene sobre este punto una enorme razón, dado que la Qabbalah es la Tradición hebraica misma, ¿No podría admitir que uno no debe actuar de otro modo cuando se trata de estudiar las demás Tradiciones? Hay otras cosas que M Vulliaud no conoce mucho mejor que las doctrinas del Extremo-Oriente, y que empero hubieran debido serle más accesibles, aunque no fuera más que por el hecho de que son occidentales. FTCC «La Qabbalah Judía»

Ahora debemos decir que M Vulliaud, contrariamente a los autores modernos que le contestan (y entre éstos, cosa extraña, hay muchos israelitas), ha establecido muy bien la antigüedad de la Qabbalah, su carácter específicamente judaico y estrictamente ortodoxo; en efecto está de moda, entre los «críticos racionalistas» oponer la Tradición esotérica al rabbinismo exotérico, como si éstos no fueran los dos aspectos complementarios de una sola y misma doctrina. FTCC «La Qabbalah Judía»

A propósito de lo que podrían denominarse las aplicaciones de la Qabbalah, que aunque secundarias en relación a la doctrina pura, no son seguramente de descuidar, mencionaremos en el segundo volumen los capítulos consagrados al ritual (cap XIV), los consagrados a los amuletos (cap XV), y a las ideas mesiánicas (XVI); contienen cosas verdaderamente nuevas o al menos bastante poco conocidas; en particular, pueden encontrarse en el capítulo XVI numerosas informaciones sobre el lado social y político que constituye en buena medida a dar a la Tradición Kabbalística su carácter neta y propiamente judáico. FTCC «La Qabbalah Judía»

Ahora bien, justamente, hay en la Tradición cristiana, una frase que designa con el máximo de claridad los dos aspectos de que habla: Gloria in excelsis Deo, et in terra Pax hominibus bonae voluntatis. FTCC «La Qabbalah Judía»

Podríase de la misma manera interpretar de un modo preciso un cierto número de texto evangélicos, tanto más cuanto que «la Tradición secreta concerniente a la Shekinah tendría alguna relación con la luz del Mesías» (p 503). ¿ FTCC «La Qabbalah Judía»

Es pues sin intención que M Vulliaud, al dar esta última indicación, dice que se trata de la Tradición «reservada a los que prosiguen el camino que conduce al Pardes», es decir, como lo hemos explicado en otra parte, al Centro espiritual supremo? Esto nos lleva todavía a otra observación; un poco más adelante es cuestión de un «misterio relativo al jubileo» (p 506), el cual se vincula en un cierto sentido a la idea de «Paz» y a este propósito se cita este texto del Zohar (III, 586): «El río que sale del Edén lleva el nombre de Jobel, como del de Jeremías (XVII, 8): El extenderá sus raíces hacia el río, de donde resulta que la idea FTCC «La Qabbalah Judía»

Si ello es así, por lo demás, la semejanza con el Mitra hindú y zoroastriano no constituye una razón suficiente para admitir una toma en préstamo del judaísmo a doctrinas extranjeras, como tampoco constituye otro tanto la función atribuida a la lluvia en las diferentes Tradiciones orientales, y a este propósito señalaremos que la Tradición judía habla de un «rocío de luz» que emana del «Árbol de Vida» y por medio del cual se efectuará la resurrección de los muertos (p 99), como también de una «efusión de rocío» que representa la influencia celeste que se comunica a todos los mundos (p 465), y que recuerda singularmente el simbolismo alquímico y rosicruciano. FTCC «La Qabbalah Judía»

Lo que se dice aquí de los israelitas puede decirse de todos los pueblos que poseen una Tradición verdaderamente ortodoxa; con mayor razón es menester decirlo de los representantes de la Tradición Primordial de la cual todas las demás derivan y a la cual están todas subordinadas. FTCC «La Qabbalah Judía»

Este «río de lo alto» y las aguas que del mismo fluyen nos recuerdan extrañamente la función atribuida al río celeste Ganga en la Tradición hindú, y se podría también hacer observar que la Shakti, de la cual Ganga es un aspecto, no carece de una cierta analogía con la Shekinah, aunque no fuera más que en razón de la función «providencial» que les es común. FTCC «La Qabbalah Judía»

Todos los centros espirituales secundarios, constituidos en vista de las diferentes adaptaciones de la Tradición Primordial a unas condiciones determinadas, son imágenes del centro supremo; Sión puede no ser en realidad más que uno de estos centros secundarios, y puede a pesar de eso identificarse simbólicamente al centro supremo en virtud de esta analogía, y lo que hemos dicho ya en otra parte a propósito de la «Tierra Santa», que no lo es solamente la Tierra de Israel, permitirá comprenderlo más fácilmente. FTCC «La Qabbalah Judía»

Sin duda, esto es exacto en el sentido literal; pero, ¿no corresponderían simbólicamente estas siete tierras a los siete dwipas que, según la Tradición hindú tienen el Meru como centro común? Y, si ello es así, cuando los mundos antiguos o las creaciones anteriores a la nuestra son representados por los «siete reyes de Edom» (el número se encuentra aquí en relación con los siete «días» del Génesis), ¿no hay en eso una semejanza, demasiado fuertemente acentuada como para ser accidental, con las eras de los siete Manús contados desde el comienzo del Kalpa hasta la época actual? No damos estas pocas reflexiones más que como un ejemplo de las consecuencias que es posible sacar de los datos contenidos en la obra de M FTCC «La Qabbalah Judía»

Parece por otra parte que la posición de esa «crítica», que se creía tan segura de sí misma, esté hoy día seriamente comprometida a los ojos de muchos, ya que todos los descubrimientos arqueológicos recientes no hacen más que aportarles desmentidos; quizás es la primera vez que tales descubrimientos sirven por fin para algo cuyo alcance rebasa el de la simple erudición… Ni que decir tiene, por lo demás, que los que saben verdaderamente lo que es la Tradición jamás tienen necesidad de ese género de pruebas; pero se debe reconocer que, basándose sobre hechos en cierto modo «materiales» y tangibles, las mismas son particularmente propias para tocar al espíritu moderno, que no es sensible más que a las cosas de este orden. FTCC RESEÑAS: SIR CHARLES MARSTON: La Biblia ha dicho verdad. Versión francesa de LUCE CLARENCE (Librería Plon, París).

Apenas podemos detenernos aquí sobre algunos puntos más particulares; señalamos empero esto: ¿cómo, reconociendo que «Melquisedek» ha sido tenido por un personaje muy misterioso» en toda la Tradición, puede uno esforzarse en hacer de él simplemente el rey de una pequeña ciudad cualquiera, que ni siquiera se llamaba Salem, sino Jebus? Y todavía, si se quiere situar el país de Madiam más allá del golfo de Akabah, ¿qué se hace de la Tradición siguiendo la cual el emplazamiento de la Zarza ardiente se encuentra en la cripta del monasterio de Santa Catalina, al pie mismo del Sinaí? Pero, bien entendido, todo eso no disminuye en nada el valor de los descubrimientos realmente importantes, que irán sin duda multiplicándose, tanto más cuanto que su comienzo no se remonta en FTCC RESEÑAS: SIR CHARLES MARSTON: La Biblia ha dicho verdad. Versión francesa de LUCE CLARENCE (Librería Plon, París).

Apenas podemos detenernos aquí sobre algunos puntos más particulares; señalamos empero esto: ¿cómo, reconociendo que «Melquisedek» ha sido tenido por un personaje muy misterioso» en toda la Tradición, puede uno esforzarse en hacer de él simplemente el rey de una pequeña ciudad cualquiera, que ni siquiera se llamaba Salem, sino Jebus? Y todavía, si se quiere situar el país de Madiam más allá del golfo de Akabah, ¿qué se hace de la Tradición siguiendo la cual el emplazamiento de la Zarza ardiente se encuentra en la cripta del monasterio de Santa Catalina, al pie mismo del Sinaí? Pero, bien entendido, todo eso no disminuye en nada el valor de los descubrimientos realmente importantes, que irán sin duda multiplicándose, tanto más cuanto que su comienzo no se remonta en suma más que a una decena de años; y no podemos sino aconsejar la lectura de esta exposición clara y concienzuda a todos los que desean encontrar argumentos contra la «crítica» destructiva y antitradicional. FTCC RESEÑAS: SIR CHARLES MARSTON: La Biblia ha dicho verdad. Versión francesa de LUCE CLARENCE (Librería Plon, París).

Este término indica que se trata esencialmente de una Tradición de origen egipcio, revestida después de una forma helenizada, sin duda en la época alejandrina, y transmitida bajo esta forma, en la Edad Media, a la vez al mundo islámico y al mundo cristiano, y, agregaremos que al segundo en gran parte por la intermediación del primero, como lo prueban los numerosos términos árabes o arabizados adoptados por los hermetistas europeos, comenzando por el término mismo de «alquimia» (el-Kimia) (Este término es árabe en su forma, pero no en su raíz; deriva verosímilmente del nombre de Kémi o «Tierra negra» dado al antiguo Egipto). FTCC LA TRADICIÓN HERMÉTICA

En efecto, la doctrina así designada es por ello mismo atribuida a Hermes, en tanto que éste era considerado por los griegos como idéntico al Thoth egipcio; y haremos destacar de inmediato que esto va contra la tesis de M Evola, al presentar esta doctrina como esencialmente derivada de una enseñanza sacerdotal, ya que Thoth, en su función de conservador y de transmisor de la Tradición, no es otra cosa que la representación misma del antiguo sacerdocio egipcio, o antes, para hablar más exactamente, del principio de inspiración de quien éste tenía su autoridad y en el nombre del cual formulaba y comunicaba el conocimiento iniciático. FTCC LA TRADICIÓN HERMÉTICA

No es pues admisible que el hermetismo, en el sentido que este término ha tomado desde la época alejandrina y que ha guardado constantemente desde entonces, represente la integralidad de la Tradición egipcia; aunque, en ésta, el punto de vista cosmológica parece haber sido particularmente desarrollado, y aunque sea en todo caso lo que hay de más visible en todos los vestigios que de la misma subsisten, ya sea que se trate de textos o de monumentos; es menester no olvidar que jamás puede ser más que un punto de vista secundario y contingente, una aplicación de la doctrina al conocimiento de lo que podemos denominar el «mundo intermediario». FTCC LA TRADICIÓN HERMÉTICA

Sería interesante, pero sin duda bastante difícil, buscar cómo esta parte de la Tradición egipcia ha podido encontrarse en cierto modo aislada y conservarse de una manera aparentemente independiente, y después incorporarse al esoterismo islámico y al esoterismo cristiano de la Edad Media (lo que no hubiera podido hacer una doctrina completa), hasta el punto de devenir verdaderamente parte integrante de uno y otro, y de proveerles todo un simbolismo que, por una transposición conveniente, ha podido incluso servir en los mismos a veces de vehículo a verdades de un orden más elevado. FTCC LA TRADICIÓN HERMÉTICA

La alquimia, que podría definirse como siendo por así decir la «técnica» del hermetismo, es muy realmente un «arte real», si se entiende por ahí un modo de iniciación más especialmente apropiado a la naturaleza de los kshatriyas; pero eso mismo marca su lugar exacto en el conjunto de una Tradición regularmente constituida, y, además, es menester no confundir los medios de una realización iniciática, cualesquiera que puedan ser, con su meta final, que es siempre de conocimiento puro. FTCC LA TRADICIÓN HERMÉTICA

Al hablar de la Tradición hermética precedentemente, decíamos que ésta se refiere propiamente a un conocimiento de orden no metafísico, sino solo cosmológico, entendiéndole por lo demás en su doble aplicación «macrocósmica» y «microcósmica». FTCC HERMES

Sin preocuparnos en medida de más de lo que cada uno puede pensar o decir, ya que no está en nuestros hábitos tener en cuenta esas opiniones individuales que no existen al respecto de la Tradición, no nos parece inútil aportar algunas nuevas precisiones que confirman lo que ya hemos dicho, y eso refiriéndonos más particularmente a lo que concierne a Hermes, dado que al menos nadie puede contestar que es de éste de quien el hermetismo extrae su nombre (Debemos mantener que el hermetismo es en efecto de proveniencia heleno-egipcia, y que no se puede sin abuso extender esta denominación a lo que, bajo formas diversas, corresponde a éste en otras Tradiciones, como tampoco se puede por ejemplo, llamar Qabbalah a una doctrina que no fuera específicamente hebraica. FTCC HERMES

Sin duda, si escribiéramos en hebreo, diríamos Qabbalah para designar la Tradición en general, de igual modo que en árabe, llamaríamos tasawwuf a la iniciación bajo cualesquiera forma que esto sea: Pero, trasladados a otra lengua, los términos hebreos, árabes, etc…, deben ser reservados a las formas Tradicionales cuya expresión respectiva son sus lenguas de origen, cualesquiera que sean por lo demás las comparaciones o incluso las asimilaciones a las que pueden dar lugar legítimamente; y es menester no confundir en ningún caso un cierto orden de conocimiento, considerado en sí mismo, con tal o cual forma especial de la cual ha sido revestido en circunstancias históricas determinadas). FTCC HERMES

que responden muy exactamente a lo que es cuestión aquí, y que son expresados concretamente por su principal atributo, el caduceo, del cual habremos sin duda de examinar más completamente el simbolismo en alguna otra ocasión; por el momento, nos bastará decir que este simbolismo se refiere esencial y directamente a lo que puede llamarse la «alquimia humana» (Ver El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap XXI), y que concierne a las posibilidades del estado sutil, incluso si éstas no deben ser tomadas más que como el medio preparatorio de una realización superior, como lo son, en la Tradición hindú, las prácticas equivalente que relevan del Hatha-Yoga. FTCC HERMES

– Es por lo demás en virtud de esta correspondencia que una cierta realización en el orden «microcósmico» podrá entrañar a título de consecuencia accidental para el ser que ha llegado a ella, una realización exterior refiriéndose al orden «macrocósmico», sin que esta última haya sido buscada especialmente y por ella misma, así como lo hemos indicado a propósito de algunos casos de transmutaciones metálicas en nuestro precedente capítulo sobre la «Tradición hermética»); aquí todavía, y en razón de esta correspondencia misma, se tratará propiamente del «mundo intermediario», donde son puestas en obra fuerzas cuya naturaleza dual está muy nítidamente figurada por las dos serpientes del caduceo. FTCC HERMES

Se podría quizás objetar, cuando se trata de hermetismo, que Hermes tiene aquí el lugar del Thoth egipcio al cual ha sido identificado, y que Thoth representa propiamente la Sabiduría, atribuida al sacerdocio en tanto que conservado y transmisor de la Tradición; eso es verdad, pero, como esa asimilación no ha podido ser hecha sin razón, es menester admitir que en eso debe considerarse más especialmente un cierto aspecto de Thoth, correspondiente a una cierta parte de la Tradición, la que comprende los conocimientos que se refieren al «mundo intermediario»; y, de hecho, todo lo que puede saberse de la antigua civilización egipcia, según los vestigios que la misma ha dejado, muestra precisamente que los conocimientos de este orden estaban allí mucho más desarrollados y que habían tomado una importancia mucho más considerable que por cualquier otra parte. FTCC HERMES

Agregaremos que una figura como la del águila teniendo una serpiente en sus garras (como se encuentra precisamente en México) no evoca exclusivamente la idea de antagonismo que representa, en la Tradición hindú, el combate del Garuda contra el Naga; sucede, concretamente en el simbolismo heráldico, que la serpiente es aquí reemplazada por la espada flamígera, que es de aproximar por otra parte a los rayos que tiene el águila de Júpiter), y la espada, en su significación más elevada, figura la Sabiduría y el Poder del Verbo (Ver por ejemplo Apocalipsis, I:16). FTCC HERMES

Otro punto que no es menos interesante es éste: en la Tradición islámica, Seyidna Idris es identificado a la vez a Hermes y a Henoch; esta doble asimilación parece indicar una continuidad de Tradición que se remontaría más allá del sacerdocio egipcio, habiendo debido éste solamente recoger la herencia de lo que represente Henoch, que se refiere manifiestamente a una época anterior (¿Sería menester concluir de esta asimilación que el Libro de Henoch, o al menos lo que es conocido bajo este título, debe ser considerado como formando parte integrante del conjunto de los «libros herméticos»?. FTCC HERMES

Por otro lado, hay casi siempre una estrecha conexión establecido entre Henoch (Seyidna Idris) y Elías (Seyidna Dhul-Kifl), elevados uno y otro al cielo sin haber pasado por la muerte corporal (Se dice que deben manifestarse de nuevo sobre la tierra al fin del ciclo: Son los dos «testigos» de los que se habla en el capítulo XI del Apocalipsis), y la Tradición islámica los sitúa a ambos en las esfera solar. FTCC HERMES

Del mismo modo, según la Tradición rosicruciana, Elías Artista, que preside en la «Gran Obra» hermética (Encarna en cierto modo la naturaleza del «fuego filosófico», y se sabe que, según el relato bíblico, el profeta Elías fue elevado al cielo sobre un «carro de fuego»; esto se refiere al vehículo ígneo (taijasa en la doctrina hindú) que, en el ser humano, corresponde al estado sutil (Ver El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap XIV)), reside en la «Ciudadela solar», que es por lo demás propiamente la morada de los «inmortales» (en el sentido de los Chirajivis de la Tradición hindú, es decir, de los FTCC HERMES

Del mismo modo, según la Tradición rosicruciana, Elías Artista, que preside en la «Gran Obra» hermética (Encarna en cierto modo la naturaleza del «fuego filosófico», y se sabe que, según el relato bíblico, el profeta Elías fue elevado al cielo sobre un «carro de fuego»; esto se refiere al vehículo ígneo (taijasa en la doctrina hindú) que, en el ser humano, corresponde al estado sutil (Ver El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap XIV)), reside en la «Ciudadela solar», que es por lo demás propiamente la morada de los «inmortales» (en el sentido de los Chirajivis de la Tradición hindú, es decir, de los seres «dotados de longevidad», o cuya vida se perpetúa a través de toda la duración del ciclo) (Ver El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap I- Recordaremos también, bajo el punto de vista alquímico, la correspondencia del Sol con el oro, designado por la Tradición hindú como la «luz mineral»; el «oro potable» de los hermetistas es por lo demás la misma cosa que el «brebaje de inmortalidad», que también se llama «licor de oro» en el Taoísmo), y que representa uno de los aspectos del «Centro del Mundo». FTCC HERMES

en la doctrina hindú) que, en el ser humano, corresponde al estado sutil (Ver El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap XIV)), reside en la «Ciudadela solar», que es por lo demás propiamente la morada de los «inmortales» (en el sentido de los Chirajivis de la Tradición hindú, es decir, de los seres «dotados de longevidad», o cuya vida se perpetúa a través de toda la duración del ciclo) (Ver El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap I- Recordaremos también, bajo el punto de vista alquímico, la correspondencia del Sol con el oro, designado por la Tradición hindú como la «luz mineral»; el «oro potable» de los hermetistas es por lo demás la misma cosa que el «brebaje de inmortalidad», que también se llama «licor de oro» en el Taoísmo), y que representa uno de los aspectos del «Centro del Mundo». FTCC HERMES

la influencia solar con el hermetismo, en tanto que éste, como los «misterios menores» de la antigüedad, tiene por meta esencial la restauración del «estado primordial» humano: ¿No es la «Ciudadela solar» de los Rosa-Cruz la que debe «descender del cielo a la tierra», al fin del ciclo, bajo la forma de la «Jerusalén celeste», realizando la «cuadratura del círculo» según la medida perfecta de la «caña de oro»? Lo que hemos dicho sobre algunas empresas «pseudo-iniciáticas» puede hacer comprender fácilmente las razones por las cuales estamos poco tentado a abordar cuestiones tocantes, más o menos directamente, a la antigua Tradición egipcia. FTCC LA TUMBA DE HERMES

La verdad es que entre el Egipto antiguo y el Egipto actual, no hay más que una coincidencia geográfica, sin la menor continuidad histórica; es así que la Tradición de que se trata es todavía más completamente extraña en los países donde existió antiguamente, de lo que lo es el druidismo para los pueblos que habitan hoy los antiguos países célticos; y el hecho de que subsistan de aquella monumentos mucho más numerosos no cambia nada en este estado de cosas. FTCC LA TUMBA DE HERMES

Es menester decir, por otra parte, que estas explicaciones no se referirán en realidad a la Tradición egipcia misma, sino solo a lo que la concierne en la Tradición árabe; en efecto, hay en eso algunas indicaciones bastante curiosas, y que son quizás susceptibles de contribuir a pesar de todo a esclarecer algunos puntos obscuros, si bien que no entendemos de ningún modo exagerar la importancia de las conclusiones que es posible extraer de las mismas. FTCC LA TUMBA DE HERMES

Otra observación que tiene también su importancia, es la de que el nombre mismo de Hermes está lejos de ser desconocido a la Tradición árabe (Al lado de la forma correcta Hermes, se encuentra también, en algunos autores, la forma Armis que es evidentemente una alteración); y, ¿es menester no ver más que una «coincidencia» en la similitud que presenta con el término Haram (en plural Ahram), designación árabe de la Pirámide, del cual no difiere más que por la simple agregación de una letra final que no forma parte en punto ninguno de su raíz? Hermes es llamado El-muthalleth bil-hikam, literlamente «triple por la sabiduría» (Hikam es el plural de hikmah, pero las dos formas del singular y del plural son igualmente empleadas FTCC LA TUMBA DE HERMES

lo demás todavía otra significación, ya que la misma se encuentra a veces desarrollada bajo la forma de tres Hermes distintos: El primero, llamado «Hermes de los Hermes» (Hermes El-Haramesah), y considerado como antediluviano, es el que se identifica propiamente a Seyidna Idris; los otros dos, que serían postdiluvianos, son el «Hermes Babilonio» (El-Babeli) y el «Hermes Egipcio» (El-Misri); esto parece indicar bastante claramente que las dos Tradiciones caldea y egipcia habrían sido derivadas directamente de una sola y misma fuente principal, la cual, siendo dado el carácter antediluviano que le es reconocido, no puede apenas ser otra que la Tradición atlantiana (Es fácil de comprender que todo esto se sitúa, en todo caso, bastante lejos ya de la Tradición Primordial; y sería por lo demás bien poco útil designar especialmente ésta como la fuente común de dos Tradiciones particulares, dado que la misma es necesariamente la fuente común de todas las formas Tradicionales sin excepción. FTCC LA TUMBA DE HERMES

Hermes distintos: El primero, llamado «Hermes de los Hermes» (Hermes El-Haramesah), y considerado como antediluviano, es el que se identifica propiamente a Seyidna Idris; los otros dos, que serían postdiluvianos, son el «Hermes Babilonio» (El-Babeli) y el «Hermes Egipcio» (El-Misri); esto parece indicar bastante claramente que las dos Tradiciones caldea y egipcia habrían sido derivadas directamente de una sola y misma fuente principal, la cual, siendo dado el carácter antediluviano que le es reconocido, no puede apenas ser otra que la Tradición atlantiana (Es fácil de comprender que todo esto se sitúa, en todo caso, bastante lejos ya de la Tradición Primordial; y sería por lo demás bien poco útil designar especialmente ésta como la fuente común de dos Tradiciones particulares, dado que la misma es necesariamente la fuente común de todas las formas Tradicionales sin excepción. FTCC LA TUMBA DE HERMES

– Por otra parte, se podría concluir del orden de enumeración de los tres Hermes, en tanto que parece haber alguna significación cronológica, en una cierta anterioridad de la Tradición caldea en relación a la Tradición egipcia). FTCC LA TUMBA DE HERMES

Es seguramente bien difícil, y quizás incluso completamente imposible actualmente, saber lo que fue en realidad la antigua Tradición egipcia, enteramente extinguida desde hace tantos siglos; así las diversas interpretaciones y reconstituciones intentadas por los egiptólogos son en gran parte hipotéticas, y por lo demás, frecuentemente contradictorias entre ellas. FTCC RESEÑAS: ENEL: Los Orígenes del Génesis y la enseñanza de los Templos del antiguo Egipto. Volumen I, 1a y 2a parte (Instituto francés de Arqueología oriental, El Cairo).

Resultan de ahí, asimilaciones más o menos forzadas, y por ejemplo, nos preguntamos si está bien seguro de que la doctrina egipcia haya considerado la manifestación universal bajo el aspecto de la «creación», que parece tan exclusivamente especial a la Tradición hebraica y a las que a ella se vinculan; los testimonios de los Antiguos, que debían saber mejor que nosotros a qué atenerse a este respecto, no lo indican de ningún modo; y, sobre este punto, nuestra desconfianza se acrecienta todavía cuando constatamos que el mismo principio es calificado ora de «Creador», ora simplemente de «Demiurgo»; entre estas dos funciones evidentemente incompatibles, sería menester al menos escoger… Por otro lado, las consideraciones lingüísticas harían llamada sin duda también a muchas reservas, puesto que es bien sabido que la lengua en la cual se expresaba la Tradición egipcia no nos es FTCC RESEÑAS: ENEL: Los Orígenes del Génesis y la enseñanza de los Templos del antiguo Egipto. Volumen I, 1a y 2a parte (Instituto francés de Arqueología oriental, El Cairo).

exclusivamente especial a la Tradición hebraica y a las que a ella se vinculan; los testimonios de los Antiguos, que debían saber mejor que nosotros a qué atenerse a este respecto, no lo indican de ningún modo; y, sobre este punto, nuestra desconfianza se acrecienta todavía cuando constatamos que el mismo principio es calificado ora de «Creador», ora simplemente de «Demiurgo»; entre estas dos funciones evidentemente incompatibles, sería menester al menos escoger… Por otro lado, las consideraciones lingüísticas harían llamada sin duda también a muchas reservas, puesto que es bien sabido que la lengua en la cual se expresaba la Tradición egipcia no nos es conocida con mayor seguridad que esa Tradición misma; y es menester también añadir que algunas interpretaciones están visiblemente demasiado influenciadas por concepciones ocultistas. FTCC RESEÑAS: ENEL: Los Orígenes del Génesis y la enseñanza de los Templos del antiguo Egipto. Volumen I, 1a y 2a parte (Instituto francés de Arqueología oriental, El Cairo).

ella se vinculan; los testimonios de los Antiguos, que debían saber mejor que nosotros a qué atenerse a este respecto, no lo indican de ningún modo; y, sobre este punto, nuestra desconfianza se acrecienta todavía cuando constatamos que el mismo principio es calificado ora de «Creador», ora simplemente de «Demiurgo»; entre estas dos funciones evidentemente incompatibles, sería menester al menos escoger… Por otro lado, las consideraciones lingüísticas harían llamada sin duda también a muchas reservas, puesto que es bien sabido que la lengua en la cual se expresaba la Tradición egipcia no nos es conocida con mayor seguridad que esa Tradición misma; y es menester también añadir que algunas interpretaciones están visiblemente demasiado influenciadas por concepciones ocultistas. FTCC RESEÑAS: ENEL: Los Orígenes del Génesis y la enseñanza de los Templos del antiguo Egipto. Volumen I, 1a y 2a parte (Instituto francés de Arqueología oriental, El Cairo).

inmortalizar el conocimiento de las leyes del Universo»; esta suposición es al menos más plausible que muchas otras que han sido hechas a este propósito; ¡pero, en cuanto a decir que «el simbolismo oculto de las Escrituras hebraicas y cristianas se refiere directamente a los hechos, que tuvieron lugar en el curso de la construcción de la Gran Pirámide», es ésta una aserción que nos parece carecer en demasía de verosimilitud bajo todas las relaciones! Las reservas que hemos formulado el año pasado, en cuanto al carácter puramente hipotético de todo ensayo de reconstitución y de interpretación de la antigua Tradición egipcia, a propósito de otra obra del mismo autor, se aplicarían igualmente a ésta, en cuya primera parte reencontramos, más brevemente expuestas algunas de las mismas ideas. FTCC RESEÑAS: ENEL: A Message from the Sphinx (Rider and Co, London).

La segunda parte está consagrada a la Qabbalah hebraica, lo que podría sorprender si uno no conociera las ideas del autor sobre este punto: Para él, en efecto, la Tradición hebraica ha salido directamente de la Tradición egipcia, las mismas son como «dos eslabones consecutivos de una misma cadena». FTCC RESEÑAS: ENEL: A Message from the Sphinx (Rider and Co, London).

Hemos dicho ya lo que pensamos de ello, pero precisaremos todavía: El autor tiene seguramente razón en admitir que la Tradición egipcia fue derivada de la Atlántida (que por otra parte, podemos declararlo más claramente de lo que él lo hace, no fue ella misma por eso la sede de la Tradición Primordial), pero ella no fue la única, y la misma cosa parece verdad concretamente de la Tradición Caldea; la enseñanza árabe sobre los «tres Hermes», de la cual hemos hablado en otra ocasión, indica con bastante claridad este parentesco; pero, si la fuente principal es así la misma, la diferencia de estas formas fue probablemente determinada sobre todo por el encuentro con otras corrientes, viniendo una del Sur para FTCC RESEÑAS: ENEL: A Message from the Sphinx (Rider and Co, London).

Hemos dicho ya lo que pensamos de ello, pero precisaremos todavía: El autor tiene seguramente razón en admitir que la Tradición egipcia fue derivada de la Atlántida (que por otra parte, podemos declararlo más claramente de lo que él lo hace, no fue ella misma por eso la sede de la Tradición Primordial), pero ella no fue la única, y la misma cosa parece verdad concretamente de la Tradición Caldea; la enseñanza árabe sobre los «tres Hermes», de la cual hemos hablado en otra ocasión, indica con bastante claridad este parentesco; pero, si la fuente principal es así la misma, la diferencia de estas formas fue probablemente determinada sobre todo por el encuentro con otras corrientes, viniendo una del Sur para Egipto, y la otra del Norte para Caldea. FTCC RESEÑAS: ENEL: A Message from the Sphinx (Rider and Co, London).

Ahora bien, la Tradición hebraica es esencialmente «abrahámica», y por tanto, de origen Caldeo; la «readaptación» operada por Moisés ha podido sin duda, a consecuencia de las circunstancias de lugar, ayudarse accesoriamente de elementos egipcios, sobre todo en lo que concierne a algunas ciencias Tradicionales más o menos secundarias; pero la misma no podría de ninguna manera haber tenido por efecto hacer salir a esta Tradición de su línea propia, para trasladarla a otra línea, extranjera al pueblo al cual estaba expresamente destinada y en la lengua del cual debía ser formulada. FTCC RESEÑAS: ENEL: A Message from the Sphinx (Rider and Co, London).

Por lo demás, desde que se reconoce la comunidad de origen y de fondo de todas las doctrinas Tradicionales, la constatación de ciertas similitudes no entraña de ningún modo la existencia de una filiación directa: La cosa es así, por ejemplo, en relaciones como las que el autor quiere establecer entre los Sephiroth y la «Eneada» egipcia, ello, admitiendo que las mismas estén justificadas; y, en rigor, incluso si se estima que se trata de semejanzas incidentes sobre puntos muy particulares como para remontarse hasta la Tradición Primordial, el parentesco de las Tradiciones egipcia y caldea bastaría en todo caso ampliamente para rendir cuenta de ello. FTCC RESEÑAS: ENEL: A Message from the Sphinx (Rider and Co, London).

Además, las similitudes estrechas que existen entre el hebreo y el árabe, y a las cuales no se hace aquí la menor alusión, van todavía manifiestamente a la contra de esta hipótesis, pues sería sin embargo bien difícil de sostener seriamente que la Tradición árabe también ha debido salir de Egipto! Pasaremos rápidamente sobre la tercera parte, donde se encuentran primero pareceres sobre el arte que, si contienen a despecho de todo cosas justas, por ello no parten menos de una afirmación más que contestable; no es posible decir, al menos sin precisar más, que «no hay más que un arte», ya que es demasiado evidente que la unidad de fondo, es decir, de las ideas expresadas simbólicamente, no excluye de ningún modo la multiplicidad de las formas. FTCC RESEÑAS: ENEL: A Message from the Sphinx (Rider and Co, London).

En fin, no podemos dispensarnos de revelar algunos errores de detalle, pues los hay que son verdaderamente sorprendentes; ¡Así, la imagen bien conocida del «batimiento del mar» es dada por la de un «dios Samudra Mutu» (sic)! Pero eso es quizás todavía más excusable que las faltas concernientes a cosas que deberían ser más familiares al autor que la Tradición hindú, y especialmente la lengua hebraica. FTCC RESEÑAS: ENEL: A Message from the Sphinx (Rider and Co, London).

Sabemos que el origen primero de la Tradición, y por consecuencia de toda «civilización», fue en realidad hiperbóreo, y no occidental ni oriental; pero, en la época en cuestión, es evidente que una corriente secundaria puede ser considerada como habiendo dado más directamente nacimiento a esta «civilización alesiana», y, de hecho, diversos indicios podrían hacer pensar sobre todo, a este respecto, en la corriente atlantiana, en el periodo en que se extendió de Occidente hacia Oriente luego de la desaparición de la Atlántida misma; no es esto, bien entendido, más que una simple sugestión, pero que, al menos, haría entrar cómodamente en el cuadro de los datos Tradicionales FTCC RESEÑAS: XAVIER GUICHARD: Éleusis Alésia: Encuesta sobre los orígenes de la civilización europea. (Imprimerie F Paillart, Abbeville).

Lo que sigue, y que concierne más propiamente a Roma y a Italia, es mucho más hipotético: La aproximación del nombre de Eneas y del nombre latino del bronce, aunque puede no ser imposible, parece empero bastante discutible; y es quizás una interpretación bien restringida de la leyenda de Eneas no ver, en las diferentes etapas de sus viajes, nada más que las etapas de la propagación de la moneda de bronce; cualquier importancia que haya podido tener ésta, no puede empero ser considerada más que como un hecho secundario, sin duda ligado a todo el conjunto de una Tradición. FTCC RESEÑAS: NOËL DE LA HOUSSAYE: Los Bronces italiotas arcáicos y su simbología. (Ediciones del Trident, París).

Por otra parte, el autor parece creer seriamente en la existencia de una cierta organización denominado «Hermanos de Heliopolis» y en sus relaciones con una Tradición egipcia; uno se hace frecuentemente, en Europa, muchas ideas curiosas sobre el Egipto… Por lo demás, ¿está bien seguro de que sea a la Heliopolis de Egipto a la que el Fénix estuvo primitivamente asociado? Hubo también Heliopolis de Siria, y, si de destaca que Siria no fue siempre únicamente el país que lleva este nombre todavía hoy, esto puede aproximarnos más a los orígenes; la verdad, en efecto, es que estas diversas «Ciudades del Sol» de una época relativamente reciente no fueron jamás más que imágenes secundarias de la «Tierra solar» hiperborea, y que así, por encima de todas FTCC RESEÑAS: NOËL DE LA HOUSSAYE: Los Bronces italiotas arcáicos y su simbología. (Ediciones del Trident, París).

bien seguro de que sea a la Heliopolis de Egipto a la que el Fénix estuvo primitivamente asociado? Hubo también Heliopolis de Siria, y, si de destaca que Siria no fue siempre únicamente el país que lleva este nombre todavía hoy, esto puede aproximarnos más a los orígenes; la verdad, en efecto, es que estas diversas «Ciudades del Sol» de una época relativamente reciente no fueron jamás más que imágenes secundarias de la «Tierra solar» hiperborea, y que así, por encima de todas las formas derivadas que se conocen «históricamente», el simbolismo del Fénix se encuentra directamente vinculado a la Tradición Primordial misma. FTCC RESEÑAS: NOËL DE LA HOUSSAYE: Los Bronces italiotas arcáicos y su simbología. (Ediciones del Trident, París).

De lo que se trata esencialmente, es de desprender los elementos que en la Tradición romana, parezcan remontarse directamente a la época en que los pueblos que se ha convenido en llamar «indoeuropeos» no se habían todavía dividido en varias ramas distintas, de las cuales cada una debía después proseguir su existencia de una manera independiente de las demás. FTCC RESEÑAS: GEORGES DUMÉZIL: La Herencia indo-europea en Roma. (Gallimard, París).

Tríada» y de la Masonería, sin poder apoyarlo, por lo demás, con razones muy sólidas, lo que ciertamente no tiene nada de extraño; no obstante, no es que esta idea haya que rechazarla absolutamente, pero a condición de entenderla en un sentido muy diferente de como lo han hecho, es decir, de referirla, no a un origen histórico más o menos lejano, sino solo a la identidad de los principios que presiden en toda iniciación, ya sea de Oriente o de Occidente; para tener su verdadera explicación, sería menester remontar mucho más allá de la historia, queremos decir hasta la Tradición primordial misma (NA: Es cierto que la iniciación como tal no ha devenido necesaria sino a partir de un cierto período del ciclo de la humanidad terrestre, y a consecuencia de la degeneración espiritual de la generalidad de ésta; pero todo lo que conlleva constituía anteriormente la parte superior de la Tradición primordial, del mismo modo que, analógicamente y en relación a un ciclo mucho más restringido en el tiempo y en el espacio, todo lo que está implicado en el Taoísmo constituía primeramente la parte de la tradición única que existía en Extremo Oriente antes de la separación de RGGT PREFACIO

referirla, no a un origen histórico más o menos lejano, sino solo a la identidad de los principios que presiden en toda iniciación, ya sea de Oriente o de Occidente; para tener su verdadera explicación, sería menester remontar mucho más allá de la historia, queremos decir hasta la Tradición primordial misma (NA: Es cierto que la iniciación como tal no ha devenido necesaria sino a partir de un cierto período del ciclo de la humanidad terrestre, y a consecuencia de la degeneración espiritual de la generalidad de ésta; pero todo lo que conlleva constituía anteriormente la parte superior de la Tradición primordial, del mismo modo que, analógicamente y en relación a un ciclo mucho más restringido en el tiempo y en el espacio, todo lo que está implicado en el Taoísmo constituía primeramente la parte de la tradición única que existía en Extremo Oriente antes de la separación de sus dos aspectos esotérico y exotérico). RGGT PREFACIO

remontar mucho más allá de la historia, queremos decir hasta la Tradición primordial misma (NA: Es cierto que la iniciación como tal no ha devenido necesaria sino a partir de un cierto período del ciclo de la humanidad terrestre, y a consecuencia de la degeneración espiritual de la generalidad de ésta; pero todo lo que conlleva constituía anteriormente la parte superior de la Tradición primordial, del mismo modo que, analógicamente y en relación a un ciclo mucho más restringido en el tiempo y en el espacio, todo lo que está implicado en el Taoísmo constituía primeramente la parte de la tradición única que existía en Extremo Oriente antes de la separación de sus dos aspectos esotérico y exotérico). RGGT PREFACIO

Esta división es atribuida a Yu el Grande (NA: Ta-Yu (NA: Es al menos curioso constatar la semejanza singular que existe entre el nombre y el epíteto de Yu el Grande y los del Hu Gadarn de la tradición céltica; ¿sería menester concluir de ello que hay ahí como «localizaciones» ulteriores y particularizadas de un mismo «prototipo» que se remontaría mucho más lejos, y quizás hasta la Tradición primordial misma? Por lo demás, esta aproximación no es más extraordinaria que lo que hemos contado en otra parte sobre el tema de la «isla de los cuatro Señores» visitada por el Emperador Yao, de quien, precisamente, Yu el Grande fue primeramente ministro (NA: El Rey del Mundo, cap IX))), que, se dice, recorrió el mundo para «medir la Tierra»; y, al efectuarse esta medida según la forma cuadrada, se ve RGGT EL «MING-TANG»

Esta división es atribuida a Yu el Grande (NA: Ta-Yu (NA: Es al menos curioso constatar la semejanza singular que existe entre el nombre y el epíteto de Yu el Grande y los del Hu Gadarn de la tradición céltica; ¿sería menester concluir de ello que hay ahí como «localizaciones» ulteriores y particularizadas de un mismo «prototipo» que se remontaría mucho más lejos, y quizás hasta la Tradición primordial misma? Por lo demás, esta aproximación no es más extraordinaria que lo que hemos contado en otra parte sobre el tema de la «isla de los cuatro Señores» visitada por el Emperador Yao, de quien, precisamente, Yu el Grande fue primeramente ministro (NA: El Rey del Mundo, cap IX))), que, se dice, recorrió el mundo para «medir la Tierra»; y, al efectuarse esta medida según la forma cuadrada, se ve aquí el uso de la escuadra atribuida al Emperador como «Señor de la Tierra» (NA: Como ya lo hemos indicado, esta escuadra es de brazos iguales porque la forma RGGT EL «MING-TANG»

En efecto, este centro era una emanación o un reflejo del centro espiritual supremo, es decir, del centro de la Tradición primordial de la que todas las formas tradicionales regulares se derivan por adaptación a circunstancias particulares de tiempo y de lugar, y, por consiguiente, estaba constituido a la imagen de este centro supremo al que se identificaba en cierto modo virtualmente (NA: Ver El Rey del Mundo, y también Apercepciones sobre la Iniciación, cap X). RGGT EL «MING-TANG»

supraesencial» (y no «suprasubstancial» como lo dicen algunos, debido a la confusión sobre el sentido del término ousia que hemos indicado en El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap I), o «supraceleste» si se entiende el Cielo en el sentido extremo oriental, es decir, que procede del Principio mismo y que, por consiguiente, da al hombre el medio de ponerse en comunicación con éste); por eso también, es una imagen de los centros espirituales que tienen en efecto esta función, y, ante todo, es una imagen del centro supremo que guarda el depósito de la Tradición primordial. RGGT LA CIUDAD DE LOS SAUCES

Únicamente, había ya desde entonces, al menos en la época clásica, algo que no se comprendía en el principio mismo sobre el cual hubiera debido reposar intelectualmente esta tradición; se puede ver en eso una de las primeras manifestaciones de la inaptitud metafísica común a los occidentales, inaptitud que tiene como consecuencia fatal y constante una extraña confusión en las modalidades del pensamiento. IGEDH Tradición y Religión

Se podría decir que el cristianismo, o, si se prefiere la tradición judeocristiana, al adoptar con la lengua latina esta palabra «religión» que le ha tomado, le ha impuesto una significación casi enteramente nueva; por lo demás, hay otros ejemplos en este hecho, y uno de los más destacables es el que ofrece la palabra «creación», de la que hablaremos más adelante. IGEDH Tradición y Religión

El chino, que, en cierto modo, tiene por naturaleza el mayor respeto hacia todo lo que es de orden tradicional, adoptará gustosamente, cuando se encuentre trasladado a otro medio, lo que le parezca que constituye su tradición; ahora bien, puesto que en Occidente sólo la religión presenta este carácter, podrá adoptarla así, pero de una manera completamente superficial y pasajera. IGEDH Tradición y Religión

definitiva, ya que la «solidaridad de la raza» es demasiado poderosa para permitírselo, ese mismo chino ya no se preocupará lo más mínimo de la religión cuyos usos había seguido temporalmente; eso se debe a que esa religión, que es tal para los otros, él mismo no la había concebido nunca en modo religioso, puesto que ese modo es extraño a su mentalidad, y, por lo demás, como no ha encontrado en Occidente nada que tenga, por poco que sea, un carácter metafísico, ella no podía ser a sus ojos más que el equivalente más o menos exacto de una tradición de orden puramente social, a la manera del confucionismo. IGEDH Tradición y Religión

Es que, en cualquier otro lugar, las tres partes que acabamos de caracterizar no se encuentran reunidas en una misma concepción tradicional; así, en China, vemos el punto de vista intelectual y el punto de vista social, representados, por lo demás, por dos cuerpos de tradición distintos, pero el punto de vista moral esta totalmente ausente, incluso de la tradición social. IGEDH Tradición y Religión

Agregamos para terminar que, de estas dos maneras occidentales de considerar la religión, la primera es la única que sea capaz de presentar, con las particularidades propias al modo religioso, los caracteres de una verdadera tradición tal como la concibe, sin ninguna excepción, la mentalidad oriental. IGEDH Tradición y Religión

La Gnosis debe pues descartar todas esas doctrinas, y no apoyarse más que sobre la Tradición ortodoxa contenida en los Libros sagrados de todos los pueblos. RGM LA GNOSIS Y LAS ESCUELAS ESPIRITUALISTAS

Tradición que es por todas partes la misma, a pesar de las formas diversas que reviste para adaptarse a cada raza y a cada época. RGM LA GNOSIS Y LAS ESCUELAS ESPIRITUALISTAS

Pero, aquí aún, se precisa tener mucho cuidado en distinguir esta Tradición verdadera de todas las interpretaciones erróneas y de todos los comentarios de fantasía que se han dado en nuestros días por una multitud de escuelas más o menos ocultistas, que han desgraciadamente querido hablar demasiado frecuentemente de lo que ignoraban. RGM LA GNOSIS Y LAS ESCUELAS ESPIRITUALISTAS

En realidad, la sola unión posible, es la de todos los centros iniciáticos ortodoxos que han conservado la verdadera Tradición en toda su pureza original; pero esta unión no solamente es posible sino que existe actualmente como ha existido en todo tiempo. RGM LA GNOSIS Y LAS ESCUELAS ESPIRITUALISTAS

No obstante, nada de todo eso alcanza todavía el corazón de la Tradición, que es lo único que importa desde nuestro punto de vista, y sería sin duda un error dar una importancia demasiado grande a apariencias que no pueden ser más que transitorias; en todo caso, basta con que el punto de vista tradicional, con todo lo que implica, se preserve enteramente en Oriente en algún reducto inaccesible a la agitación de nuestra época. RGOO ADDENDUM

El SWASTIKA Una de las formas más destacables de lo que hemos llamado la cruz horizontal, es decir, de la cruz trazada en el plano que representa un cierto estado de existencia, es la figura del swastika, que bien parece vincularse directamente a la Tradición Primordial, ya que se encuentra en los países más diversos y más alejados los unos de los otros, y eso desde las épocas más remotas; lejos de ser un símbolo exclusivamente oriental como se cree a veces, es uno de los que están más generalmente extendidos, desde el extremo oriente hasta el extremo occidente, ya que existe hasta en algunos pueblos indígenas de América ( NA: Bastante recientemente, hemos observado incluso una información que parecería indicar que las tradiciones de la América antigua no están tan completamente perdidas como se piensa; por lo demás, el autor del artículo donde la hemos RGSC X

En cuanto a los orígenes primeros de este símbolo, parece que haya de reconocérsele proveniencia nórdica, y aun hiperbórea: en efecto, se ha señalado su presencia en Alemania del Norte y en Escandinavia (Cf L Charbonneau-Lassay, “Le Poisson”, en Regnabit, número de diciembre de 1926), y en esas regiones está verosímilmente más cerca de su punto de partida que en el Asia central, a donde fue llevado sin duda por la gran corriente que, salida directamente de la Tradición primordial, debía en seguida dar nacimiento a las doctrinas de India y Persia. SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DEL PEZ

Otro hecho que viene también en apoyo de estas consideraciones es que, en la India, la manifestación en forma de pez (Matsyaavatara) se considera como la primera de todas las manifestaciones de Vishnu (Debemos hacer notar que no decimos “encarnaciones”, como se hace habitualmente en Occidente, pues esta palabra es enteramente inexacta; el sentido propio del vocablo avatara es ‘descenso’ del Principio divino en el mundo manifestado), la que se sitúa al comienzo mismo del ciclo actual, y por lo tanto en relación inmediata con el punto de partida de la Tradición primordial. SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DEL PEZ

Hay aún, en el Matsya-avatara, otro aspecto que debe retener particularmente nuestra atención: después del cataclismo, o sea al comienzo mismo del presente Manvantara, él aporta a los hombres el Veda, que ha de entenderse, según la significación etimológica de la palabra (derivada de la raíz vid-, ‘saber’), como la Ciencia por excelencia o el Conocimiento sagrado en su integridad: es ésta una de las más netas alusiones a la Revelación primordial, o al origen “no humano” de la Tradición. SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DEL PEZ

Este encuentro del islamismo, que es la última posibilidad emanada de la tradición primordial, y del hinduismo, que es sin duda la rama más directa de ella, es por lo demás muy significativa y daría lugar a consideraciones harto complejas”)): lo que acabamos de decir en último lugar permite entrever que el cumplimiento del ciclo, tal como lo hemos encarado, debe guardar cierta correlación, en el orden histórico, con el encuentro de las dos formas tradicionales que corresponden a su comienzo y su fin, y que tienen respectivamente por lenguas sagradas el sánscrito y el árabe: la tradición hindú, en cuanto representa la herencia más directa de la Tradición primordial, y la tradición SFCS LOS MISTERIOS DE LA LETRA NUN

Este encuentro del islamismo, que es la última posibilidad emanada de la tradición primordial, y del hinduismo, que es sin duda la rama más directa de ella, es por lo demás muy significativa y daría lugar a consideraciones harto complejas”)): lo que acabamos de decir en último lugar permite entrever que el cumplimiento del ciclo, tal como lo hemos encarado, debe guardar cierta correlación, en el orden histórico, con el encuentro de las dos formas tradicionales que corresponden a su comienzo y su fin, y que tienen respectivamente por lenguas sagradas el sánscrito y el árabe: la tradición hindú, en cuanto representa la herencia más directa de la Tradición primordial, y la tradición islámica, en cuanto “sello de la Profecía” y, por consiguiente, forma última de la ortodoxia tradicional en el actual ciclo. SFCS LOS MISTERIOS DE LA LETRA NUN

posibilidad emanada de la tradición primordial, y del hinduismo, que es sin duda la rama más directa de ella, es por lo demás muy significativa y daría lugar a consideraciones harto complejas”)): lo que acabamos de decir en último lugar permite entrever que el cumplimiento del ciclo, tal como lo hemos encarado, debe guardar cierta correlación, en el orden histórico, con el encuentro de las dos formas tradicionales que corresponden a su comienzo y su fin, y que tienen respectivamente por lenguas sagradas el sánscrito y el árabe: la tradición hindú, en cuanto representa la herencia más directa de la Tradición primordial, y la tradición islámica, en cuanto “sello de la Profecía” y, por consiguiente, forma última de la ortodoxia tradicional en el actual ciclo. SFCS LOS MISTERIOS DE LA LETRA NUN

tradición primordial, y del hinduismo, que es sin duda la rama más directa de ella, es por lo demás muy significativa y daría lugar a consideraciones harto complejas”)): lo que acabamos de decir en último lugar permite entrever que el cumplimiento del ciclo, tal como lo hemos encarado, debe guardar cierta correlación, en el orden histórico, con el encuentro de las dos formas tradicionales que corresponden a su comienzo y su fin, y que tienen respectivamente por lenguas sagradas el sánscrito y el árabe: la tradición hindú, en cuanto representa la herencia más directa de la Tradición primordial, y la tradición islámica, en cuanto “sello de la Profecía” y, por consiguiente, forma última de la ortodoxia tradicional en el actual ciclo. SFCS LOS MISTERIOS DE LA LETRA NUN

Como lo hemos indicado en otro lugar (Autorité spirituelle et Pouvoir temporel, cap I), este simbolismo, de origen netamente hiperbóreo, es una de las señales de la directa vinculación de la tradición céltica con la Tradición primordial del presente Manvantara, cualesquiera fueren, por lo demás, los otros elementos, provenientes de tradiciones anteriores pero ya secundarias y derivadas, que hayan podido venir a agregarse a esa corriente principal para reabsorberse en cierto modo en ella. SFCS EL JABALI Y LA OSA

Notemos ante todo la importancia dada igualmente al símbolo del jabalí en la tradición hindú, que a su vez procede directamente de la Tradición primordial y en el Veda afirma expresamente su propio origen hiperbóreo. SFCS EL JABALI Y LA OSA