Via – Caminho – Tariqah (RG)

Pero esto no es todo: Puede decirse que el esoterismo comprende no solo la haqiqah, sino también los medios destinados a llegar a ella; y el conjunto de estos medios se llama tariqah, «vía» o «sendero» que conduce de la shariyah hasta la haqiqah. AEIT EL ESOTERISMO ISLÁMICO

Por lo que es de la desviación de estas designaciones, las mismas vienen evidentemente del término Sufi; pero, al respecto de éste, hay lugar primeramente a precisar esto: Es que nadie puede decirse jamás Sufi, si ello no es por pura ignorancia, ya que prueba por ahí mismo que no lo es realmente, siendo esta cualidad necesariamente un «secreto» (sirr) entre el verdadero Sufi y Allah; uno puede solamente decirse mutascawwuf, término que se aplica a quienquiera que entra en la «vía» iniciática, y ello, a cualquier grado que haya llegado, pero el Sufi, en el verdadero sentido de esta palabra, es solamente aquel que ha alcanzado el grado supremo. AEIT EL ESOTERISMO ISLÁMICO

La transmisión regular de la «influencia espiritual» es lo que caracteriza esencialmente a la «iniciación», e incluso lo que la constituye propiamente, y es por lo que hemos empleado este término más atrás para traducir tasawwuf; el esoterismo islámico, como todo verdadero esoterismo, es «iniciático» y no puede ser otra cosa; y, sin entrar siquiera en la cuestión de la diferencia de las metas, diferencia que se resulta por otra parte de la misma de los dominios a que se refieren, podemos decir que la «vía mística» y la «vía iniciática» son radicalmente incompatibles en razón de sus caracteres respectivos. ¿ AEIT EL ESOTERISMO ISLÁMICO

Para pasar de la una a la otra, y pues de la circunferencia al centro, es menester seguir uno de los radios: Es la tariqah, es decir, el «sendero», la vía estrecha que no es seguida más que por un pequeño número (NA: los términos shariyah y tariqah contienen uno y otro la idea de «marcha», y por consiguiente de movimiento (y es menester notar el simbolismo del movimiento circular para la primera y del movimiento rectilíneo para la segunda); hay en efecto cambio y multiplicidad en los dos casos, debiendo adaptarse la primera a la diversidad de las condiciones exteriores, y la segunda a la diversidad de las naturalezas individuales; solo el ser que ha alcanzado efectivamente la haqiqah participa por ahí mismo de su unidad y de su inmutabilidad AEIT LA CORTEZA Y EL NÚCLEO

resulta directa y necesariamente de la naturaleza misma de los seres, de las posibilidades y de las aptitudes que cada uno lleva en sí mismos, ello, si bien que el lado exotérico de la doctrina juega siempre también exactamente la función que debe jugar para cada uno, dando a los que no pueden ir más lejos todo lo que les es posible recibir en su estado actual, y proporcionando al mismo tiempo a los que le rebasan los «soportes», que sin ser jamás de una estricta necesidad, puesto que son contingentes, pueden sin embargo ayudarles enormemente a avanzar en la vía interior, y sin los cuales, las dificultades serían tales, en algunos casos, que equivaldrían de hecho a una verdadera imposibilidad. AEIT LA CORTEZA Y EL NÚCLEO

El recorrido indefinido de la multiplicidad es figurado precisamente por las espiras de la serpiente enrollada alrededor del árbol que simboliza el «Eje del Mundo»: Es el camino de los «extraviados» (Ed-dallin), de aquellos que están en el «error» en el sentido etimológico de esta palabra, por oposición al «camino recto» (Es-siratul-mustaqim), en ascensión vertical siguiendo el eje mismo, de quien se habla en la primera Abdul-Hadi Surat del Corán (NA: este «camino recto» es idéntico al Te o Rectitud de Lao-tseu, que es la dirección que un ser debe seguir para que su existencia sea según la «Vía» (Tao), o, en otros términos, en conformidad con el Principio). AEIT Et-Faqru

Por lo que se refiere a las invenciones que no son más que aplicaciones de las ciencias naturales, han seguido igualmente la misma vía de transmisión, es decir, la mediación musulmana, y la historia del «reloj de agua» ofrecido por el Khalifa Haroun-el-Rachid al emperador Carlomagno, todavía no ha desaparecido de las memorias. AEIT INFLUENCIA DE LA CIVILIZACIÓN ISLÁMICA EN OCCIDENTE

Lao-tseu no escribió más que un solo tratado, por lo demás extremadamente conciso, el Tao-te-King o «Libro de la Vía y de la Rectitud»; todos los demás textos taoístas son, o comentarios de ese libro fundamental, o redacciones más o menos tardías de algunas enseñanzas complementarias que, primeramente, habían sido puramente orales. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

El Tao, que se traduce literalmente por «Vía», y que ha dado su nombre a la doctrina misma, es el Principio supremo, considerado bajo el punto de vista estrictamente metafísico: es a la vez el origen y el fin de todos los seres, así como lo indica muy claramente el carácter ideográfico que le representa. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

El Te, que preferimos traducir por «Rectitud» antes que por «Virtud» como se hace a veces, y eso a fin de no parecer darle una acepción «moral» que de ningún modo está en el espíritu del taoísmo, el Te, decimos, es lo que se podría denominar una «especificación» del Tao en relación a un ser determinado, tal como el ser humano por ejemplo: es la dirección que este ser debe seguir para que su existencia, en el estado en que se encuentra al presente, sea según la Vía, o, en otros términos, en conformidad con el Principio. AEIT TAOÍSMO Y CONFUCIANISMO

una de ellas, donde es cuestión de los derviches, contiene concretamente declaraciones de un Sheikh Mawlawi cuyo sentido está, sin ninguna duda, fielmente reproducido: así, para disipar la incomprensión que el autor manifiesta al respecto de algunos turuq, este Sheikh le explica que «no hay para ir a Dios una vía única estrecha y directa, sino un número infinito de senderos»; es lastimoso que no haya tenido la ocasión de hacerle comprender también que el sufismo nada tiene en común con el panteísmo ni con la heterodoxia… Por el contrario, hay muchas sectas heterodoxas, y más pasablemente enigmáticas, de las que son cuestión en las otras dos partes: los drusos y los Yézidis; y, sobre unos y otros, hay informaciones interesantes, sin pretensión ninguna de hacer conocerlo todo y de explicarlo todo. AEIT W B Seabrook. Aventuras en Arabia (Gallimard, París)

El autor piensa con razón que es imposible traducir exactamente el término «Tao»; pero quizás que no haya tantos inconvenientes como parece creer para traducirle por «Vía», que es el sentido literal, con la condición de hacer destacar bien que no es esa más que una designación del todo simbólica, y que por lo demás no podría la cosa ser de otro modo, sea cual fuera la palabra que se tome, dado que se trata en realidad de lo que no puede ser nombrado. AEIT HENRI BOREL wou-wei

No iremos más lejos en estas reflexiones preliminares, ya que, lo repetimos una vez más, no es a nós a quien pertenece intervenir activamente en tentativas de ese género; indicar la vía a aquellos que puedan y quieran comprometerse en ello, eso es todo lo que pretendemos a este respecto; y, por lo demás, el alcance de lo que vamos a decir está muy lejos de limitarse a la aplicación que se pueda hacer de ello en una forma iniciática particular, puesto que se trata ante todo de los principios fundamentales que son comunes a toda iniciación, ya sea de oriente o de occidente. RGAI PREFACIO

Ahora bien, todo el mundo sabe lo que se entiende por «misticismo», desde hace ya muchos siglos, de suerte que ya no es posible emplear este término para designar otra cosa; y es eso lo que, decimos, no tiene y no puede tener nada en común con la iniciación, primero porque ese misticismo depende exclusivamente del dominio religioso, es decir, exotérico, y después porque la vía mística difiere de la vía iniciática por todos sus caracteres esenciales, y porque esta diferencia es tal que resulta entre ellas una verdadera incompatibilidad. RGAI VÍA INICIÁTICA Y VÍA MÍSTICA

Por lo demás, precisamos que se trata de una incompatibilidad de hecho más bien que de principio, en el sentido de que, para nós, no se trata de ningún modo de negar el valor al menos relativo del misticismo, ni contestarle el lugar que puede pertenecerle legítimamente en algunas formas tradicionales; así pues, la vía iniciática y la vía mística pueden coexistir perfectamente (NA: Podría ser interesante, a este respecto, hacer una comparación entre la «vía seca» y la «vía húmeda» de los alquimistas, pero esto se saldría del cuadro del presente estudio), pero lo que queremos decir, es que es imposible que alguien siga a la vez la una y la otra, y eso incluso sin prejuzgar nada de la meta a la cual pueden conducir, aunque, por lo demás, ya se pueda presentir, en razón de la diferencia profunda de los dominios a los que cada una se refiere, que esa meta no RGAI VÍA INICIÁTICA Y VÍA MÍSTICA

Por lo demás, precisamos que se trata de una incompatibilidad de hecho más bien que de principio, en el sentido de que, para nós, no se trata de ningún modo de negar el valor al menos relativo del misticismo, ni contestarle el lugar que puede pertenecerle legítimamente en algunas formas tradicionales; así pues, la vía iniciática y la vía mística pueden coexistir perfectamente (NA: Podría ser interesante, a este respecto, hacer una comparación entre la «vía seca» y la «vía húmeda» de los alquimistas, pero esto se saldría del cuadro del presente estudio), pero lo que queremos decir, es que es imposible que alguien siga a la vez la una y la otra, y eso incluso sin prejuzgar nada de la meta a la cual pueden conducir, aunque, por lo demás, ya se pueda presentir, en razón de la diferencia profunda de los dominios a los que cada una se refiere, que esa meta no podría ser la misma RGAI VÍA INICIÁTICA Y VÍA MÍSTICA

Por lo demás, precisamos que se trata de una incompatibilidad de hecho más bien que de principio, en el sentido de que, para nós, no se trata de ningún modo de negar el valor al menos relativo del misticismo, ni contestarle el lugar que puede pertenecerle legítimamente en algunas formas tradicionales; así pues, la vía iniciática y la vía mística pueden coexistir perfectamente (NA: Podría ser interesante, a este respecto, hacer una comparación entre la «vía seca» y la «vía húmeda» de los alquimistas, pero esto se saldría del cuadro del presente estudio), pero lo que queremos decir, es que es imposible que alguien siga a la vez la una y la otra, y eso incluso sin prejuzgar nada de la meta a la cual pueden conducir, aunque, por lo demás, ya se pueda presentir, en razón de la diferencia profunda de los dominios a los que cada una se refiere, que esa meta no podría ser la misma en realidad. RGAI VÍA INICIÁTICA Y VÍA MÍSTICA

Algunos, después de haberse librado más o menos tiempo a esta búsqueda de los fenómenos extraordinarios o supuestos tales, acaban no obstante por cansarse de ella, por una razón cualquiera, o por estar decepcionados ante la insignificancia de los resultados que obtienen y que no responden a su expectativa, y, cosa bastante digna de precisión, ocurre frecuentemente que esos se vuelven entonces hacia el misticismo (NA: Es menester decir que también ha ocurrido a veces que otros, después de haber entrado realmente en la vía iniciática, y no solo en las ilusiones de la pseudoiniciación, como aquellos de quienes hablamos aquí, han abandonado esta vía por el misticismo; los motivos son entonces, naturalmente, bastante diferentes, y principalmente de orden sentimental, pero, cualesquiera que puedan ser, es menester ver sobre todo, en parecidos casos, la consecuencia de un defecto cualquiera bajo la relación de las cualificaciones iniciáticas, al menos en lo que concierne a la aptitud para realizar la iniciación efectiva; uno de los ejemplos más típicos que se puede citar en este género es el de L Cl. RGAI MAGIA Y MISTICISMO

librado más o menos tiempo a esta búsqueda de los fenómenos extraordinarios o supuestos tales, acaban no obstante por cansarse de ella, por una razón cualquiera, o por estar decepcionados ante la insignificancia de los resultados que obtienen y que no responden a su expectativa, y, cosa bastante digna de precisión, ocurre frecuentemente que esos se vuelven entonces hacia el misticismo (NA: Es menester decir que también ha ocurrido a veces que otros, después de haber entrado realmente en la vía iniciática, y no solo en las ilusiones de la pseudoiniciación, como aquellos de quienes hablamos aquí, han abandonado esta vía por el misticismo; los motivos son entonces, naturalmente, bastante diferentes, y principalmente de orden sentimental, pero, cualesquiera que puedan ser, es menester ver sobre todo, en parecidos casos, la consecuencia de un defecto cualquiera bajo la relación de las cualificaciones iniciáticas, al menos en lo que concierne a la aptitud para realizar la iniciación efectiva; uno de los ejemplos más típicos que se puede citar en este género es el de L Cl. RGAI MAGIA Y MISTICISMO

Esto resulta directamente de ese carácter de «pasividad» del que hemos hablado más atrás: en efecto, en parecido caso, no podría tratarse de un esfuerzo o de un trabajo personal cualquiera, que el místico nunca tendrá que efectuar, y del que incluso deberá guardarse cuidadosamente, como de algo que estaría en oposición con su «vía» (NA: También los teólogos ven de buena gana, y no sin razón, un «falso místico» en aquel que busca, por un esfuerzo cualquiera, obtener visiones u otros estados extraordinarios, aunque ese esfuerzo se limite solo al mantenimiento de un simple deseo), mientras que, al contrario, en lo que respecta a la iniciación, y en razón de su carácter «activo», un tal trabajo constituye otra condición no menos estrictamente necesaria que la primera, y sin la cual el paso de la «potencia» al «acto», que es propiamente la «realización», no podría cumplirse de ninguna manera (NA: De eso resulta, entre otras RGAI DE LAS CONDICIONES DE LA INICIACIÓN

todo lo que se quiera, no significa verdaderamente nada en el fondo), sería verdaderamente muy fácil; y la cuestión previa de la «cualificación» se encontraría por eso mismo enteramente suprimida, ya que cada uno, al ser llevado naturalmente a estimarse «bien y debidamente cualificado», y al ser así a la vez juez y parte en su propia causa, descubriría ciertamente sin esfuerzo excelentes razones (excelentes al menos a sus propios ojos y según las ideas particulares que se haya forjado) para considerarse como iniciado sin más formalidades, y ya no vemos siquiera por qué habría de detenerse en tan buena vía, y habría de vacilar en atribuirse de un solo golpe los grados más transcendentes. RGAI DE LA REGULARIDAD INICIÁTICA

Así, para retomar un ejemplo que ya hemos citado en otras ocasiones, existe una multitud de agrupaciones, de origen muy reciente, que se titulan «rosacrucianos», sin haber tenido jamás el menor contacto con los Rosa-Cruz, bien entendido, aunque no fuera más que por alguna vía indirecta y desviada, y sin saber siquiera lo que éstos han sido en realidad, puesto que se los representan casi invariablemente como habiendo constituido una «sociedad», lo que es un error grosero y también específicamente moderno. RGAI DE LA REGULARIDAD INICIÁTICA

Para retomar la comparación que hemos empleado hace un momento, todas las vías, partiendo de puntos diferentes, van acercándose cada vez más, pero permaneciendo siempre distintas, hasta que desembocan en ese centro único (1 En el caso de una forma tradicional devenida e incompleta como lo explicábamos más atrás, se podría decir que la vía se encuentra cortada en un cierto punto antes de alcanzar el centro, o, quizás más exactamente todavía, que es impracticable de hecho a partir de ese punto, que marca el paso del dominio exotérico al dominio esotérico); pero, vistas desde el centro mismo, ya no son en realidad sino otros tantos radios que emanan de él y por los cuales él está en relación con los puntos múltiples de la circunferencia (NA: Entiéndase bien que, desde este punto de vista central, las vías que, como tales, no son practicables hasta el final, así como acabamos de decirlo en la nota RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

Por eso es por lo que quienquiera que tenga la voluntad bien decidida de seguir una vía iniciática, no sólo no debe buscar nunca adquirir o desarrollar esos famosísimos «poderes», sino que debe al contrario, caso de que ocurra que se presenten a él espontáneamente y de manera completamente accidental, apartarlos inexorablemente como obstáculos propios a desviarle de la meta única hacia la que tiende. RGAI EL RECHAZO DE LOS «PODERES»

Eso es lo que les ocurre generalmente a aquellos que ceden al atractivo del dominio psíquico: aunque hubieran emprendido primeramente un trabajo de realización iniciática, se encuentran entonces detenidos en esta vía y no irán más lejos, felices todavía si permanecen ahí y no se dejan arrastrar poco a poco en la dirección que, así como lo hemos explicado en otra parte, va propiamente al revés de la espiritualidad y no puede desembocar finalmente más que en la «desintegración» del ser consciente (NA: Ver El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap XXXV ); pero incluso dejando de lado este caso extremo, la simple detención de todo desarrollo espiritual es ya, ciertamente, una consecuencia bastante grave en sí misma y que debería hacer reflexionar a los aficionados a los RGAI EL RECHAZO DE LOS «PODERES»

Para concluir en algunas palabras, diremos que la iniciación no podría tener de ninguna manera como meta adquirir «poderes» que, lo mismo que el mundo en el que se ejercen, no pertenecen en definitiva más que al dominio de la «gran ilusión»; para el hombre en vía de desarrollo espiritual, no se trata de atarse aún más fuertemente a ésta con nuevos lazos, sino, al contrario, de llegar a liberarse enteramente de ella; y esta liberación no puede ser obtenida más que por el puro conocimiento, a condición, bien entendido, de que éste no se quede como simplemente teórico, sino que pueda devenir plenamente efectivo, puesto que es en eso solo en lo que consiste la «realización» misma del ser a todos sus grados. RGAI EL RECHAZO DE LOS «PODERES»

Aclarado eso, nos es menester indicar también la explicación de un hecho que podría parecer, a los ojos de algunos, susceptible de dar lugar a una objeción: aunque las circunstancias difíciles o penosas sean ciertamente, como lo decíamos hace un momento, comunes a la vida de todos los hombres, ocurre bastante frecuentemente que aquellos que siguen una vía iniciática las ven multiplicarse de una manera desacostumbrada. RGAI DE LAS PRUEBAS INICIÁTICAS

Cuando el individuo que sigue esta vía llega a la «muerte psíquica», no se encuentra en una situación exactamente semejante a la del profano puro y simple, sino mucho peor todavía, en razón del desarrollo que ha dado a las posibilidades más inferiores del orden sutil; pero no insistiremos más en ello, y nos contentaremos con remitir a las alusiones que ya hemos hecho al respecto en otras ocasiones (NA: Ver El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, capítulos XXXV y XXXVIII ), ya que, a decir verdad, ese es un caso que no puede presentar interés más que bajo un punto de vista RGAI DE LA MUERTE INICIÁTICA

cómo podría ser comprendida esta doctrina por aquellos que pretenden hacer del hombre individual, e incluso únicamente de su modalidad corporal, un todo completo y cerrado, un ser que se basta a sí mismo, en lugar de no ver en eso más que lo que es en realidad, la manifestación contingente y transitoria de un ser en un dominio muy particular entre la multitud indefinida de los dominios cuyo conjunto constituye la Existencia universal, y a los cuales corresponden, para este mismo ser, otras tantas modalidades y estados diferentes, de los que le será posible tomar consciencia siguiendo precisamente la vía que se le abre por la iniciación? Hemos comparado hace un momento la confusión de un ser con su manifestación exterior y profana a la que se cometería al querer identificar a un actor con un personaje cuyo papel representa; para hacer comprender hasta qué punto esta comparación es exacta, algunas consideraciones generales sobre el simbolismo del teatro no estarán aquí fuera de propósito, aunque no se apliquen de una manera exclusiva a lo que concierne propiamente al dominio iniciático. RGAI NOMBRES PROFANOS Y NOMBRES INICIÁTICOS

Por consiguiente, esta iniciación virtual es la iniciación entendida en el sentido más estricto de esta palabra, es decir, como una «entrada» o un «comienzo»; bien entendido, eso no quiere decir de ninguna manera que pueda considerarse como algo que se basta a sí mismo, sino que es sólo el punto de partida necesario de todo lo demás; cuando se ha entrado en una vía, todavía es menester esforzarse por seguirla, e incluso, si se puede, por seguirla hasta el final. RGAI INICIACIÓN EFECTIVA E INICIACIÓN VIRTUAL

Todo esto se podría resumir en estas pocas palabras: entrar en la vía, es la iniciación virtual; seguir la vía, es la iniciación efectiva; pero desafortunadamente, de hecho, muchos se quedan en el umbral, no siempre porque ellos mismos son incapaces de ir más lejos, sino también, sobre todo en las condiciones actuales del mundo occidental, debido a la degeneración de algunas organizaciones que, devenidas únicamente «especulativas» como acabamos de explicarlo, no pueden por eso mismo ayudarles de ninguna manera en el trabajo «operativo», aunque no sea más que en sus etapas más elementales, y no les proporcionan nada que pueda permitirles siquiera sospechar la existencia de una «realización» cualquiera. RGAI INICIACIÓN EFECTIVA E INICIACIÓN VIRTUAL

Es en el punto preciso de su desarrollo en que un ser toma consciencia realmente de esta finalidad cuando comienza para él la iniciación efectiva, que debe conducirle por grados, y según su vía personal, a esta realización integral que se cumple, no en el desarrollo aislado de algunas facultades especiales, sino en el desarrollo completo, armónico y jerárquico, de todas las posibilidades implícitas en la esencia de este ser. RGAI DE LA ENSEÑANZA INICIÁTICA

Así, la instrucción iniciática, considerada en su universalidad, debe comprender, como otras tantas aplicaciones, en variedad indefinida, de un mismo principio transcendente, todas las vías de realización que son propias, no sólo a cada categoría de seres, sino también a cada ser individual considerado en particular; y, al comprenderlas todas así en sí misma, las totaliza y las sintetiza en la unidad absoluta de la Vía universal (NA: Esta Vía universal es el Tao de la tradición extremo oriental). RGAI DE LA ENSEÑANZA INICIÁTICA

También se le puede indicar la vía a seguir, el plan a realizar, y disponerle a tomar la actitud mental e intelectual necesaria para llegar a una comprehensión efectiva y no simplemente teórica; también se le puede asistir y guiar controlando su trabajo de una manera constante, pero eso es todo, ya que nadie más, aunque sea un «Maestro» en la acepción más completa de la palabra (NA: Por esto entendemos lo que se llama un Gurú en la tradición hindú, o un Sheikh en la tradición islámica, y que no tiene nada en común con las ideas fantásticas que se han hecho a su respecto en RGAI DE LA ENSEÑANZA INICIÁTICA

Para la contrainiciación, es doblemente ventajoso, cuando no puede lograr disimular enteramente sus procedimientos y sus metas, hacer atribuir los unos y las otras a la iniciación verdadera, puesto que con eso perjudica incontestablemente a ésta, y puesto que, al mismo tiempo, desvía el peligro que la amenaza a ella misma extraviando a los espíritus que podrían encontrarse en la vía de algunos descubrimientos. RGAI INICIACIÓN Y «PASIVIDAD»

Que no se objete que, allí donde es así cuestión de «servicio», podría tratarse en suma de lo que la tradición hindú llamaría una vía de bhakti; a pesar del elemento sentimental que ésta implica en una cierta medida (pero, no obstante, sin degenerar nunca en «sentimentalismo» por eso), se trata de algo muy diferente; e, incluso si se quiere traducir bhakti, en lenguaje occidental, por «devoción», como se hace más ordinariamente, aunque esa no sea más que una acepción derivada y aunque el sentido primero y esencial de la palabra sea en realidad el de «participación», así como lo ha mostrado A K Coomaraswamy, «devoción» no es «servicio», o, al menos, sería exclusivamente «servicio divino», y no, como lo decíamos hace un momento, «servicio RGAI INICIACIÓN Y «SERVICIO»

Por lo demás, se hace comúnmente del nombre de (Abdul-Hadi Abdul-Hadi Sufi el mismo abuso que del nombre de Rosa-Cruz, hasta aplicarle a veces a los que están sólo en la vía que conduce a la iniciación efectiva, sin haber alcanzado todavía ni siquiera los primeros grados de ésta; y, a este propósito, se puede notar que, no menos corrientemente, se da una parecida extensión ilegítima a la palabra Yogi en lo que concierne a la tradición hindú, de suerte que esta palabra, que, ella también, designa propiamente al ser que ha alcanzado la meta suprema, y que es así el exacto equivalente de (Abdul-Hadi Abdul-Hadi Sufi, llega a ser aplicada allí a aquellos que no están todavía más que en sus etapas preliminares e incluso en su preparación más exterior. RGAI ROSA-CRUZ Y ROSACRUCIANOS

Bien entendido, por eso no conviene menos mantener, entre Tasawwuf y Rosacrucianismo, la distinción que es la de las dos formas diferentes de enseñanza tradicional; y los Rosacrucianos, discípulos más o menos directos de los Rosa-Cruz, son únicamente aquellos que siguen la vía especial del hermetismo Cristiano; pero no puede haber ninguna organización iniciática plenamente digna de este nombre y que posea la consciencia efectiva de su meta, que no tenga, en la cima de su jerarquía, seres que hayan rebasado la diversidad de las apariencias formales. RGAI ROSA-CRUZ Y ROSACRUCIANOS

Lo que es menester comprender bien ante todo, es que en eso no hay géneros de iniciación diferentes, sino etapas o grados de una misma iniciación, si se considera ésta como debiendo constituir un conjunto completo y proseguirse hasta su término último; así pues, en principio, los «misterios menores» no son más que una preparación a los «misterios mayores», puesto que su término mismo no es todavía más que una etapa de la vía iniciática. RGAI MISTERIOS MAYORES Y MISTERIOS MENORES

Decimos en principio, ya que es muy evidente que, de hecho, cada ser no puede ir más que hasta el punto donde se detienen sus posibilidades propias; por consiguiente, algunos podrán no estar cualificados más que para los «misterios menores», o incluso para una porción más o menos restringida de éstos; pero eso sólo quiere decir que no son capaces de seguir la vía iniciática hasta el final, y no que siguen otra vía diferente de la de aquellos que pueden ir más lejos que ellos. RGAI MISTERIOS MAYORES Y MISTERIOS MENORES

Por lo demás, es fácil comprender por qué la segunda presupone necesariamente la primera: el punto central del estado humano es el único donde es posible la comunicación directa con los estados superiores, puesto que ésta se efectúa según el eje vertical que encuentra en este punto al dominio humano; así pues, es menester haber llegado primeramente a este centro para poder después elevarse, según la dirección del eje, a los estados supraindividuales; y es por eso por lo que, para emplear el lenguaje de Dante, el «Paraíso terrestre» no es más que una etapa en la vía que conduce al «Paraíso celeste» (NA: En la tradición islámica, los estados en los que terminan respectivamente los «misterios menores» y los «misterios mayores» se designan como el «hombre primordial» (el-insan el-qadim) y el «hombre universal» (el-insan el-kamil); estos dos términos corresponden así propiamente al «hombre verdadero» y al «hombre transcendente» del Taoísmo, que ya hemos recordado en una nota precedente). RGAI MISTERIOS MAYORES Y MISTERIOS MENORES

De todo eso resulta que la posibilidad de extravío subsiste en tanto que el ser no está reintegrado todavía al «estado primordial», pero que cesa de existir desde que ha alcanzado el centro de la individualidad humana; y es por eso por lo que se puede decir que aquel que ha llegado a este punto, es decir, a la terminación de los «misterios menores», está ya virtualmente «liberado» (NA: Es lo que la terminología budista llama anagami, es decir, «el que no retorna» a un estado de manifestación individual), aunque no pueda estarlo efectivamente más que cuando haya recorrido la vía de los «misterios mayores» y realizado finalmente la «Identidad Suprema». RGAI MISTERIOS MAYORES Y MISTERIOS MENORES

Por lo demás, es menester no ver ahí nada de «transcendente» en el verdadero sentido de esta palabra, puesto que en eso no se trata todavía más que de posibilidades humanas, cuya realización no puede tener interés más que para un ser al que hace capaz de desempeñar alguna «misión» especial; fuera de este caso, eso no sería en suma más que una simple «digresión» en el curso del proceso iniciático, y una detención más o menos prolongada en la vía que debe conducir normalmente a la restauración del «estado primordial». RGAI TRANSMUTACIÓN Y TRANSFORMACIÓN

En efecto, una y otra se refieren a la «iluminación» iniciática, la primera directamente y la segunda por vía de consecuencia, puesto que es la vibración original del Fiat Lux la que determina el comienzo del proceso cosmogónico por el que el «caos» será ordenado para devenir el «cosmos» (NA: Cf El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap III). RGAI SOBRE DOS DIVISAS INICIÁTICAS

Por lo demás, el desarrollo que se efectúa en el interior de ese dominio no es una profundización como algunos se lo imaginan; permanece al contrario completamente superficial, y no consiste más que en esa dispersión en el detalle que ya hemos señalado, en un análisis tan estéril como penoso, y que puede proseguirse indefinidamente sin que se avance un solo paso en la vía del verdadero conocimiento. CMM CAPÍTULO IV

Así pues, incluso si ocurre accidentalmente que la ciencia moderna desemboca, por una vía muy desviada, en algunos resultados que parecen concordar con algunos datos de las antiguas «ciencias tradicionales», se cometería un gran error si se viera en ello una confirmación de la que estos datos no tienen ninguna necesidad; y sería perder el tiempo querer conciliar puntos de vista totalmente diferentes, o establecer una concordancia con teorías hipotéticas que, quizás, se encontrarán enteramente desacreditadas en pocos años (Desde el punto de vista religioso, la misma observación vale al respecto de una cierta «apologética» que pretende ponerse de acuerdo con los resultados de la ciencia moderna, trabajo perfectamente ilusorio y siempre por rehacer CMM CAPÍTULO IV

Esta inversión de toda jerarquía comienza desde que el poder temporal quiere hacerse independiente de la autoridad espiritual, y después subordinársela pretendiendo hacerla servir a fines políticos; en eso hay una primera usurpación que abre la vía a todas las demás, y así se podría mostrar que, por ejemplo, la realeza francesa, desde el siglo XIV, ha trabajado inconscientemente en preparar la Revolución que debía derrocarla; quizás tendremos algún día la ocasión de desarrollar como lo merecería este punto de vista que, por el momento, no podemos más que indicar de una manera muy sumaria. CMM CAPÍTULO VI

Como el peligro de las invenciones, incluso de aquellas que no están destinadas expresamente a desempeñar un papel funesto para la humanidad, y que por eso no causan menos catástrofes, sin hablar de las perturbaciones insospechadas que provocan en el ambiente terrestre, como este peligro, decimos, no hará sin duda más que aumentar aún en proporciones difíciles de determinar, es permisible pensar, sin demasiada inverosimilitud, así como ya lo indicábamos precedentemente, que es quizás por ahí por donde el mundo moderno llegará a destruirse a sí mismo, si es incapaz de detenerse en esta vía mientras aún haya tiempo de ello. CMM CAPÍTULO VII

porque disponen de medios de comunicación más rápidos o de otras cosas de este género, porque tienen una vida agitada y más complicada? Nos parece que es todo lo contrario: el desequilibrio no puede ser la condición de una verdadera felicidad; por lo demás, cuantas más necesidades tiene un hombre, más riesgo corre de que le falte algo, y por consiguiente de ser desdichado; la civilización moderna apunta a multiplicar las necesidades artificiales, y como ya lo decíamos más atrás, creará siempre más necesidades de las que podrá satisfacer, ya que, una vez que uno se ha comprometido en esa vía, es muy difícil detenerse, y ya no hay siquiera ninguna razón para detenerse en un punto determinado. CMM CAPÍTULO VII

Este cambio se produciría así sin ninguna catástrofe, lo que parece casi imposible para toda otra vía; ¿carecemos pues de razón si afirmamos que un tal conocimiento es susceptible de consecuencias prácticas verdaderamente incalculables? Pero, por otro lado, desafortunadamente parece difícil admitir que todos lleguen a este conocimiento, del que la mayor parte de los hombres están ciertamente más lejos de lo que hayan estado nunca; es cierto que eso no es en modo alguno necesario, ya que basta una élite poco numerosa, pero constituida lo bastante fuertemente como para dar una dirección a la masa, que obedecería a sus sugestiones sin tener siquiera la menor idea de su existencia ni de sus medios de acción; ¿es CMM CAPÍTULO IX

Para aquellos que todavía no han llegado al punto a partir del cual una dirección infalible ya no permite apartarse de la vía, las desviaciones más graves son siempre de temer; así pues, es necesaria la mayor prudencia, y diríamos incluso de buena gana que debe ser llevada hasta la desconfianza, ya que el «adversario», que hasta ese punto no está definitivamente vencido, sabe tomar las formas más diversas y a veces las más inesperadas. CMM CAPÍTULO IX

Se puede encontrar una confirmación en el hecho de que la tradición islámica considera al Cristianismo primitivo como habiendo sido propiamente una tariqah, es decir en suma una vía iniciática, y no una shariyah o legislación de orden social y dirigida a todos; y esto es de tal forma cierto que, seguidamente, esta falta se tuvo que suplir con la constitución de un derecho «canónico» (NA: A este respecto, no carece quizás de interés subrayar que en árabe, la palabra qanun, derivada del griego, es empleada para designar toda ley adoptada por razones puramente contingentes y no formando parte íntegramente de la shariyah o de la legislación tradicional) que no fue en realidad más que una adaptación del antiguo derecho romano, así pues algo que vino completamente del exterior RGEC CRISTIANISMO E INICIACIÓN

Sólo que hay conceptos que, concerniendo especialmente a aquellos que siguen una vía iniciática y aplicables por consiguiente en un medio restringido y en alguna forma cualitativamente homogéneo, llegan a ser impracticables de hecho si se les quiere extender a todo el conjunto de la sociedad humana; es esto lo que se reconoce bastante explícitamente al considerarlos solamente como «consejos de perfección», a los cuales no se da ningún carácter de obligación; (NA: No pensamos hablar de los abusos a los cuales esta especie de restricción o de «minimización» ha podido a veces dar lugar, sino de las necesidades reales de una adaptación a un medio social que comprende individuos tan diferentes y RGEC CRISTIANISMO E INICIACIÓN

lo que se reconoce bastante explícitamente al considerarlos solamente como «consejos de perfección», a los cuales no se da ningún carácter de obligación; (NA: No pensamos hablar de los abusos a los cuales esta especie de restricción o de «minimización» ha podido a veces dar lugar, sino de las necesidades reales de una adaptación a un medio social que comprende individuos tan diferentes y desiguales como es posible en cuanto a su nivel espiritual, y a los cuales un exoterismo debe no obstante dirigirse al mismo nivel y sin ninguna excepción) esto quiere decir que cada uno debe seguir la vía evangélica en la medida no sólo de su propia calidad, lo cual es evidente, sino incluso de lo que le permitan las circunstancias contingentes en las que se encuentra localizado, y esto es en efecto todo lo que se puede exigir razonablemente a aquellos que no aspiran a superar la simple práctica exotérica. ( RGEC CRISTIANISMO E INICIACIÓN

Para el mundo occidental no hay «Tierra Santa» que guardar, puesto que el camino que conduce a ella está completamente perdido desde entonces; ¿cuánto tiempo durará esta situación todavía? Ésta es una cuestión a la que no nos pertenece aportar una repuesta; no queremos arriesgar ninguna predicción, la solución depende de Occidente mismo, pues sólo volviendo a las condiciones normales y reinstaurando el espíritu de su propia tradición, tiene aún posibilidad de hacerlo, y podrá ver abrirse de nuevo la vía que lleva al «Centro del Mundo». RGEC LOS GUARDIANES DE TIERRA SANTA

Una tradición «caballeresca», precisamente, no es otra cosa que una forma tradicional para el uso de los kshatriyas, y por eso no puede constituir una vía puramente intelectual como la de los brahmanes; ésta es la «vía seca» de los alquimistas mientras que la otra es la «vía húmeda», (NA: Estas dos vías podrían también, en otro sentido y siguiendo otra correlación, ser respectivamente la de los iniciados en general y la de los místicos, pero esta última es «irregular» y no ha de ser considerada cuando uno se atiene estrictamente a la norma tradicional) simbolizando el agua lo femenino y el fuego lo masculino, y correspondiendo la primera a la emotividad y el segundo a la intelectualidad que predomina respectivamente en la naturaleza de los RGEC EL LENGUAJE SECRETO DE DANTE Y DE LOS «FIELES DE AMOR»

Una tradición «caballeresca», precisamente, no es otra cosa que una forma tradicional para el uso de los kshatriyas, y por eso no puede constituir una vía puramente intelectual como la de los brahmanes; ésta es la «vía seca» de los alquimistas mientras que la otra es la «vía húmeda», (NA: Estas dos vías podrían también, en otro sentido y siguiendo otra correlación, ser respectivamente la de los iniciados en general y la de los místicos, pero esta última es «irregular» y no ha de ser considerada cuando uno se atiene estrictamente a la norma tradicional) simbolizando el agua lo femenino y el fuego lo masculino, y correspondiendo la primera a la emotividad y el segundo a la intelectualidad que predomina respectivamente en la naturaleza de los kshatriyas y de los brahmanes. RGEC EL LENGUAJE SECRETO DE DANTE Y DE LOS «FIELES DE AMOR»

Valli que abren la vía a otras investigaciones, una de ellas concierne a las relaciones de Joaquín de Fiore con los «Fieles de Amor»: Fiore es uno de los símbolos más utilizados en la poesía de éstos, como sinónimo de Rosa; y, bajo este título de Fiore, ha sido escrita una adaptación italiana del Roman de la Rose por un florentino llamado Durante, que es casi con toda certeza el mismo Dante. ( RGEC EL LENGUAJE SECRETO DE DANTE Y DE LOS «FIELES DE AMOR»

algunos, al designar por un nombre femenino a la Sabiduría divina pueden haber adoptado, a título puramente simbólico, el nombre de una persona que haya vivido realmente, e incluso puede haber para ello dos razones: primeramente, como acabamos de decir hace poco, no importa cuál ha podido ser según la naturaleza de los individuos, la ocasión y el punto de partida de un desarrollo espiritual, y éste puede ser tanto con un amor terrestre como en cualquier otra circunstancia (NA: de tal modo que no hay que olvidar que lo que aludimos aquí puede, en suma, ser caracterizado como una vía de Kshatriya); por otra parte el verdadero sentido de la designación así empleada era difícilmente penetrable para los profanos, que se atenían naturalmente a la letra, y esta ventaja, aunque de orden contingente, no era quizá completamente despreciable. RGEC «FIELES DE AMOR» Y «CORTES DE AMOR»

Sea como sea, en la época de Dante, el hermetismo existía ciertamente en la Orden del Temple, lo mismo que el conocimiento de algunas doctrinas de origen más ciertamente árabe, doctrinas que Dante mismo parece no haber ignorado tampoco, y que le fueron transmitidas sin duda también por esta vía; nos explicaremos más adelante sobre este último punto. RGED CAPÍTULO III

En estas condiciones, se comprenderá sin esfuerzo que nuestras pretensiones se limiten a proporcionar un punto de partida a la reflexión de aquellos que, al interesarse verdaderamente en estos estudios, son capaces de comprender su alcance real, y a indicarles la vía de algunas investigaciones de las que nos parece que se podría sacar un provecho muy particular. RGED CAPÍTULO IX

Este movimiento, indefinido en todos los sentidos, representa la multiplicidad de los puntos de vista parciales, fuera de la unidad del punto de vista central, del cual, no obstante, proceden todos como los radios emanados del centro común, y que constituye así su unidad esencial y fundamental, aunque no actualmente realizada en relación a su vía de exteriorización gradual, contingente y multiforme, en la indefinidad de la manifestación. EMS LOS CONFINES DE LO INDEFINIDO

Debe entenderse bien, por lo demás, que esta forma no está necesariamente determinada como espacial y temporal, así como lo está en el caso especial de la modalidad corporal humana; no puede estarlo en modo alguno en los estados no humanos, que no están sometidos al espacio ni al tiempo, sino a condiciones muy diferentes ( Ver L’Homme et son devenir selon le Vedanta, XIX, y también Le Symbolisme de la Croix, cap I- «La forma, geométricamente hablando, es el contorno: es la apariencia del límite» ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 85 ). EMS LOS DOS CAOS

Así, no puede haber ningún grado espiritual que sea superior al del Yogi, ya que éste, habiendo llegado a esta «Liberación», que es al mismo tiempo la «Unión» ( Yoga ) o la «Identidad Suprema», ya no tiene nada más que obtener ulteriormente; pero, si la meta a alcanzar es la misma para todos los seres, entiéndase bien que cada uno la alcanza según su «vía personal», y, por consiguiente, por modalidades susceptibles de variaciones indefinidas. EMS LAS JERARQUÍAS ESPIRITUALES

francesa )), o, en otros términos, «no hay cosas ininteligibles, hay solo cosas actualmente incomprehensibles» ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 86), es decir, inconcebibles, no en sí mismas y de manera absoluta, sino solo para nosotros en tanto que seres condicionados, es decir, limitados, en nuestra manifestación actual, a las posibilidades de un estado determinado. EMS CONOCIMIENTO Y CONSCIENCIA

en realidad ilimitado, y, por consiguiente, rebasa el Ser, como lo hemos establecido en primer lugar, y es coextensivo a la Posibilidad total misma; constituye lo que se puede llamar figurativamente un «estado de consciencia universal» ( Esto deberá aproximarse a lo que hemos dicho más atrás sobre las reservas que conviene hacer cuando se quiere universalizar el sentido del término «consciencia» por transposición analógica — La expresión empleada aquí es, en el fondo, casi equivalente a la de «aspecto del Infinito», que tampoco puede tomarse literalmente), que participa de la «permanente actualidad» inherente a la «causa inicial» misma ( Ver Matgioi, La Vía Metafísica, pp 73-74). EMS NOCIÓN METAFÍSICA DE LA LIBERTAD

Se ve aparecer aquí otra significación de los dos rostros de Jano: es el “Dueño de las dos vías” a las cuales dan acceso las dos puertas solsticiales, esas dos vías de la derecha y de la izquierda que los Pitagóricos representaban por la letra Y, y que la tradición hindú, por su lado, designa como la “vía de los dioses” y la “vía de los antepasados” (Deva-yana y pitri-yana; la palabra sánscrita yana tiene la misma raíz aún que el latín IRE, y su forma le aproxima singularmente al nombre de Janus). EMS III: ACERCA DE ALGUNOS SÍMBOLOS HERMÉTICO-RELIGIOSOS

Así, gracias a esta pulsación regia, el hombre conserva su palabra de divinidad y opera bajo la égida de su Creador, observante de su Ley, feliz de una dicha, que le pertenece a él únicamente, de raptarse a sí mismo, apartándose de la vía secreta que lleva de su corazón al Corazón universal, al Corazón divino… Recaído al nivel de la animalidad, por superior que tenga el derecho de llamarse, el hombre ya no tiene que hacer uso sino del cerebro y sus anexos. EMS XV: CORAZÓN Y CEREBRO

La segunda de esas fases, el movimiento de retorno al origen, que marca la vía seguida por el sabio para llegar a la unión con el Principio: concentración de su naturaleza, la reunión de todas sus potencias, en el texto que citábamos hace un momento, lo indican tan claramente como es posible; y la simplicidad de la que ya se ha tratado corresponde a la unidad sin dimensiones del punto primordial. EMS XIX: EL CENTRO DEL MUNDO EN LAS DOCTRINAS EXTREMO-ORIENTALES

Por lo demás, en todo esto no hay elemento de contradicción ninguno: Es así que los nombres son múltiples como las vías a las cuales se refieren, pero esas vías, en modo más o menos directo conducen todas al mismo fin; la doctrina tradicional hindú no conoce nada semejante al exclusivismo occidental, para el cual una sola y misma vía debería convenir parejamente a todos los seres, sin tener en cuenta ninguna de las diferencias de naturaleza que existen entre los mismos. RGEH ATMA-GÎTA (Publicado en VJ, en marzo de 1930)

Por consiguiente tales serán los seis grados preparatorios que deberá atravesar sucesivamente aquel que sigue esta vía de «disolución», franqueándose así gradualmente de las diferentes condiciones limitativas de la individualidad, antes de alcanzar el estado supra-individual en el que podrá ser realizada, en la Consciencia pura (NA: Chit), total e informal, la unión efectiva con el «Sí mismo» Supremo (NA: Paramatma), unión de la que, de inmediato, resulta la «Liberación» (NA: Moksha). RGEH KUNDALINÎ-YOGA (Publicado en VJ, octubre y noviembre de 1933)

Es así, que como lo hace observar muy justamente el autor, el yogi (NA: o, para hablar más exactamente, aquel que está en vía de devenir tal) no aspira a la posesión de ningún estado condicionado, ni tan siquiera a un estado superior o «celeste», por elevado que el mismo pudiera ser, no, sino que aspira únicamente a la «liberación»; si es ello así, con mayor razón no podría vincularse a los «poderes» cuyo ejercicio releva enteramente del dominio de la manifestación más exterior. RGEH KUNDALINÎ-YOGA (Publicado en VJ, octubre y noviembre de 1933)

Aquel que busca los «poderes» en cuestión por ellos mismos y que hace de esto el fin de su desarrollo, en lugar de no ver en ellos más que simples resultados accidentales, no será jamás un verdadero yogi, ya que esos «poderes» constituirán para él obstáculos infranqueables que le habrán de impedir el continuar en seguir la vía ascendente hasta su último término; toda su «realización» no consistirá pues jamás en otra cosa que en algunas extensiones de la individualidad humana, resultado cuyo valor es rigurosamente nulo al respecto del fin supremo. RGEH KUNDALINÎ-YOGA (Publicado en VJ, octubre y noviembre de 1933)

está evidentemente en ese caso, no contestaremos en punto ninguno que encuentre aquí un lugar; pero lo que es menester decir claramente, es que ella no podría constituir de ningún modo lo esencial del Tantrismo: Cultivar la magia por ella misma, al mismo título que tomar como fin el estudio o la producción de “fenómenos” de no importa qué género, es encerrarse en la ilusión en lugar de tender a liberarse a ella; esto no es más que la desviación, y en consecuencia, eso no es ya en punto ninguno el Tantrismo, aspecto que es de una tradición ortodoxa y “vía” destinada a conducir al ser a la verdadera “realización”. RGEH TANTRISMO Y MAGIA (NA: Publicado en E T, de agosto-septiembre de 1937)

Lo que acabamos de indicar en último lugar se aplica exactamente al Tantrismo, cuya “vía“, de una manera general, aparece como más “activa” que “contemplativa”, o, en otros términos, como situándose antes del lado del “poder” o de la “potencia” que del lado del conocimiento; y un hecho particularmente significativo, bajo ese aspecto, es la importancia que el Tantrismo da a lo que es designado como la “vía del héroe” vira-marga. RGEH EL QUINTO VÊDA (NA: Publicado en E T, de agosto-septiembre de 1937)

El peligro, en efecto, está aquí en que el “poder” no sea buscado por él mismo y no devenga así un obstáculo en lugar de ser un apoyo, y en que el individuo en cuestión no llegue a tomarle por su propio fin; pero va de suyo que no sería esto más que la desviación y el abuso, los que no resultan jamás en definitiva más que de una incomprensión de la cual la doctrina no podría ser de ningún modo vuelta responsable; y, por lo demás, lo que acabamos de decir no concierne más que a la “vía” en tanto que tal, no al fin que, en realidad, insistimos en ello todavía, es siempre el mismo y no puede ser en caso ninguno otro que el conocimiento, pues que no es sino por este y en este que el ser “se realiza” verdaderamente en todas sus posibilidades. RGEH EL QUINTO VÊDA (NA: Publicado en E T, de agosto-septiembre de 1937)

Para nos la Qabbalah es mucho más una metafísica que una filosofía, y es en efecto mas iniciática que mística; tendremos por lo demás un día la ocasión de exponer las diferencias esenciales que existen entre la vía de los iniciados y la vía de los místicos (los cuales, anotémoslo de pasada, corresponde respectivamente a la «vía seca» y a la «vía húmeda» de los alquimistas). FTCC «La Qabbalah Judía»

punto de vista, este rayo, en lugar de corresponder al Cielo mismo, representa solo la dirección según la cual la influencia del Cielo actúa sobre la Tierra), y que precisamente los separa y los une a la vez, o que, en otros términos, mide la distancia entre el Cielo y la Tierra, es decir, la extensión misma del Cosmos según el sentido vertical que marca la jerarquía de los estados de la existencia manifestada, ligándolos uno a otro a través de esta multiplicidad de estados, que aparecen a este respecto como otros tantos escalones por los que un ser en vía de retorno hacia el Principio puede elevarse de la Tierra al Cielo (NA: Por eso es por lo que, como lo veremos más adelante, el eje vertical es también la «Vía del Cielo» (NA: Tien-Tao)). RGGT CIELO Y TIERRA

separa y los une a la vez, o que, en otros términos, mide la distancia entre el Cielo y la Tierra, es decir, la extensión misma del Cosmos según el sentido vertical que marca la jerarquía de los estados de la existencia manifestada, ligándolos uno a otro a través de esta multiplicidad de estados, que aparecen a este respecto como otros tantos escalones por los que un ser en vía de retorno hacia el Principio puede elevarse de la Tierra al Cielo (NA: Por eso es por lo que, como lo veremos más adelante, el eje vertical es también la «Vía del Cielo» (NA: Tien-Tao)). RGGT CIELO Y TIERRA

Este (primavera) y al Oeste (otoño); estas relaciones tienen concretamente una gran importancia, desde el punto de vista ritual, en la tradición extremo oriental); así pues, debe ser colocado verticalmente, lo que concuerda por lo demás con su carácter de símbolo masculino (NA: Su complementario femenino es, en la tradición hindú, la concha shankha, y, en la tradición tibetana, la campanilla ritual dilbu, sobre la que se ve frecuentemente una figura femenina que es la de la Prajna-paramita o «Sabiduría transcendente» de la que ella es el símbolo, mientras que el vajra es el símbolo del «Método» o de la «Vía»), así como con el hecho de que es esencialmente un atributo sacerdotal (NA: Los lamas tienen el vajra en la mano derecha y la campanilla en la mano izquierda; estos dos objetos rituales no deben estar separados nunca). RGGT «SOLVE» Y «COAGULA»

Puesto así en la posición vertical, el vajra representa la «Vía del Medio» (que es también, como se verá más adelante, la «Vía del Cielo»); pero también puede estar inclinado de un lado o de otro, y entonces estas dos posiciones corresponden a las «vías» tántricas de derecha y de izquierda (dakshina-marga y vama-marga), pudiendo esta derecha y esta izquierda, por otra parte, ser puestas en relación con los puntos equinocciales, de igual modo en que lo alto y lo bajo lo están con los puntos solsticiales (NA: Se encuentra a veces, en el simbolismo tibetano, una figura formada de dos vajras cruzados, que es evidentemente un equivalente del swastika; las RGGT «SOLVE» Y «COAGULA»

Puesto así en la posición vertical, el vajra representa la «Vía del Medio» (que es también, como se verá más adelante, la «Vía del Cielo»); pero también puede estar inclinado de un lado o de otro, y entonces estas dos posiciones corresponden a las «vías» tántricas de derecha y de izquierda (dakshina-marga y vama-marga), pudiendo esta derecha y esta izquierda, por otra parte, ser puestas en relación con los puntos equinocciales, de igual modo en que lo alto y lo bajo lo están con los puntos solsticiales (NA: Se encuentra a veces, en el simbolismo tibetano, una figura formada de dos vajras cruzados, que es evidentemente un equivalente del swastika; las cuatro puntas corresponden entonces exactamente a las cuatro llaves del swastika clavijero RGGT «SOLVE» Y «COAGULA»

Hacia la misma época, se dice también: «La humanidad, es la derecha; la Vía, es la izquierda» (NA: Li-ki), lo que implica manifiestamente una inferioridad de la derecha en relación a la izquierda; relativamente la una a la otra, la izquierda correspondía entonces al yang y la derecha al yin. RGGT CUESTIONES DE ORIENTACIÓN

Es lo que indica muy claramente un texto como éste: «La Vía del Cielo prefiere la derecha, el Sol y la Luna se desplazan hacia el Occidente; la Vía de la Tierra prefiere la izquierda, el curso del agua corre hacia el Oriente; igualmente se les dispone arriba (es decir, que uno y otro de ambos lados tienen títulos a la preeminencia)» (NA: Tcheou-li). RGGT CUESTIONES DE ORIENTACIÓN

Este pasaje es particularmente interesante, primero porque afirma, cualesquiera que sean las razones que da para ello y que deben tomarse más bien como simples «ilustraciones» sacadas de las apariencias sensibles, que la preeminencia de la derecha está asociada a la «Vía del Cielo» y la de la izquierda a la «Vía de la Tierra»; ahora bien, la primera es necesariamente superior a la segunda, y, se puede decir que es porque los hombres han perdido de vista la «Vía del Cielo» por lo que han llegado a conformarse a la «Vía de la Tierra», lo que marca bien la diferencia entre la época primordial y las épocas ulteriores de degeneración espiritual. RGGT CUESTIONES DE ORIENTACIÓN

Para terminar estas precisiones, señalaremos todavía la importancia dada al número 11, en tanto que es la suma de 5 y de 6, lo que hace de él el símbolo de esta «unión central del Cielo y de la Tierra» de que hemos hablado más atrás, y, por consiguiente, «el número por el cual se constituye en su perfección (tcheng) (NA: Este término tcheng es, en el Yi-king, el último de la fórmula tetragramática de Wen-wang (ver Matgioi, La Voie métaphysique, cap V)) la Vía del Cielo y de la Tierra» (NA: Tsien-Han-chou). RGGT NÚMEROS CELESTES Y NÚMEROS TERRESTRES

Al mismo tiempo, Fo-hi tiene la escuadra de la mano izquierda, y Niu-koua tiene el compás de la mano derecha; aquí, en razón de la significación respectiva del compás y de la escuadra en sí mismos, es menester acordarse de estas palabras que ya hemos mencionado: «La Vía del Cielo prefiere la derecha, la Vía de la Tierra prefiere la izquierda» (NA: Tcheou-li). RGGT ENTRE LA ESCUADRA Y EL COMPÁS

Por otra parte, esta identificación del Wang al «Hombre Universal» se encuentra confirmada aún por textos tales como este pasaje de Lao-tseu: «La Vía es grande; el Cielo es grande; la Tierra es grande; el Rey también es grande. RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

Así pues, si el Wang es esencialmente el «Hombre Universal», el que le representa y desempeña su función debería, en principio al menos, ser un «hombre transcendente», es decir, debería haber realizado la meta final de los «misterios mayores»; y es en tanto que tal como puede, así como ya lo hemos indicado más atrás, identificarse efectivamente a la «Vía Central» o «Vía del Medio» (NA: Tchoung-Tao), es decir, al eje mismo, ya sea que este eje sea representado por el mástil del carro, por el pilar central del Ming-tang o por cualquier otro símbolo equivalente. RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

En tanto que el Wang se identifica al eje vertical, éste es designado como la «Vía Real» (NA: Wang-Tao); pero, por otra parte, este mismo eje es también la «Vía del Cielo» (NA: Tien-Tao), como se ve por la figura en la que la vertical y la horizontal representan respectivamente el Cielo y la Tierra (NA: Fig. RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

7), de suerte que, en definitiva, la «Vía Real» es idéntica a la «Vía del Cielo» (NA: A propósito de la «Vía del Cielo», citaremos este texto del Yi-king: «Poner de pie la Vía del Cielo se llama yin con yang; poner de pie la Vía de la Tierra se llama blando (jeou) con duro (jo); poner de pie la Vía del Hombre se llama humanidad con justicia (o bondad con equidad)». RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

Se ve aquí, en la acción de estas influencias espirituales, un doble movimiento alternativo, sucesivamente ascendente y descendente, al que corresponde, en el orden inferior de las influencias psíquicas o sutiles, la doble corriente de la fuerza cósmica de que hemos hablado más atrás; pero es menester tener buen cuidado de precisar que, en lo que concierne a las influencias espirituales, este movimiento se efectúa según el eje mismo o la «Vía del Medio», ya que, como lo dice el Yi-king, «la Vía del Cielo es yin con yang», estando entonces los dos aspectos complementarios indisolublemente unidos en esta misma dirección «central», mientras que, en el dominio psíquico, que está más alejado del orden principial, la diferenciación del yang y del yin determina la producción de dos corrientes distintas, representadas por los diversos símbolos de los que ya hemos hablado, y que pueden ser descritas como ocupando respectivamente la «derecha» y la «izquierda» en relación a la «Vía del Medio» (NA: La «Vía del Medio» corresponde, en el orden «microcósmico», a la RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

Se ve aquí, en la acción de estas influencias espirituales, un doble movimiento alternativo, sucesivamente ascendente y descendente, al que corresponde, en el orden inferior de las influencias psíquicas o sutiles, la doble corriente de la fuerza cósmica de que hemos hablado más atrás; pero es menester tener buen cuidado de precisar que, en lo que concierne a las influencias espirituales, este movimiento se efectúa según el eje mismo o la «Vía del Medio», ya que, como lo dice el Yi-king, «la Vía del Cielo es yin con yang», estando entonces los dos aspectos complementarios indisolublemente unidos en esta misma dirección «central», mientras que, en el dominio psíquico, que está más alejado del orden principial, la diferenciación del yang y del yin determina la producción de dos corrientes distintas, representadas por los diversos símbolos de los que ya hemos hablado, y que pueden ser descritas como ocupando respectivamente la «derecha» y la «izquierda» en relación a la «Vía del Medio» (NA: La «Vía del Medio» corresponde, en el orden «microcósmico», a la arteria sutil sushumna de la tradición hindú, que acaba en el RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

a las influencias espirituales, este movimiento se efectúa según el eje mismo o la «Vía del Medio», ya que, como lo dice el Yi-king, «la Vía del Cielo es yin con yang», estando entonces los dos aspectos complementarios indisolublemente unidos en esta misma dirección «central», mientras que, en el dominio psíquico, que está más alejado del orden principial, la diferenciación del yang y del yin determina la producción de dos corrientes distintas, representadas por los diversos símbolos de los que ya hemos hablado, y que pueden ser descritas como ocupando respectivamente la «derecha» y la «izquierda» en relación a la «Vía del Medio» (NA: La «Vía del Medio» corresponde, en el orden «microcósmico», a la arteria sutil sushumna de la tradición hindú, que acaba en el Brahma-randhra (representado por el punto donde el mástil del carro sale del palio, o el pilar central del stupa de la cúpula), y, en el orden «macrocósmico», al «rayo solar» llamado igualmente sushumna y con el que esta arteria está en comunicación constante; las dos corrientes contrarias de la fuerza cósmica tiene como correspondencia en el ser humano, como ya lo hemos dicho, las dos nadis de la derecha y de la izquierda, ida y RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

movimiento se efectúa según el eje mismo o la «Vía del Medio», ya que, como lo dice el Yi-king, «la Vía del Cielo es yin con yang», estando entonces los dos aspectos complementarios indisolublemente unidos en esta misma dirección «central», mientras que, en el dominio psíquico, que está más alejado del orden principial, la diferenciación del yang y del yin determina la producción de dos corrientes distintas, representadas por los diversos símbolos de los que ya hemos hablado, y que pueden ser descritas como ocupando respectivamente la «derecha» y la «izquierda» en relación a la «Vía del Medio» (NA: La «Vía del Medio» corresponde, en el orden «microcósmico», a la arteria sutil sushumna de la tradición hindú, que acaba en el Brahma-randhra (representado por el punto donde el mástil del carro sale del palio, o el pilar central del stupa de la cúpula), y, en el orden «macrocósmico», al «rayo solar» llamado igualmente sushumna y con el que esta arteria está en comunicación constante; las dos corrientes contrarias de la fuerza cósmica tiene como correspondencia en el ser humano, como ya lo hemos dicho, las dos nadis de la derecha y de la izquierda, ida y pingala (cf El Hombre y RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

la fuerza cósmica tiene como correspondencia en el ser humano, como ya lo hemos dicho, las dos nadis de la derecha y de la izquierda, ida y pingala (cf El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap XX) — Se podría hacer también una aproximación con la distinción de las dos «vías» tántricas de la derecha y de la izquierda de las que hemos hablado a propósito del vajra, y que, siendo representadas por una simple inclinación del símbolo axial en un sentido o en el otro, aparecen así como no siendo en realidad más que especificaciones secundarias de la «Vía del Medio»). RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

menores», son los dos grados más altos de la jerarquía taoísta; esta comprende además otros tres grados inferiores a estos (NA: Estos grados se encuentran mencionados concretamente en un texto taoísta que data del siglo IV o V de la era cristiana (NA: Wen-tseu, VII, 18)), que representan naturalmente etapas contenidas en el curso de los «misterios menores» (NA: Se observará que, por el contrario, las etapas que pueden existir en los «misterios mayores» no se enuncian distintamente, ya que son propiamente «indescriptibles» en los términos del lenguaje humano), y que son, en el orden descendente, el «hombre de la Vía», es decir, el que está en la Vía (NA: Tao-jen), el «hombre dotado» (tcheu-jen), y, finalmente, el «hombre sabio» (cheng-jen), pero de una «sabiduría» que, aunque es algo más que la «ciencia», todavía no es más que de orden exterior. RGGT EL HOMBRE VERDADERO Y EL HOMBRE TRANSCENDENTE

la jerarquía taoísta; esta comprende además otros tres grados inferiores a estos (NA: Estos grados se encuentran mencionados concretamente en un texto taoísta que data del siglo IV o V de la era cristiana (NA: Wen-tseu, VII, 18)), que representan naturalmente etapas contenidas en el curso de los «misterios menores» (NA: Se observará que, por el contrario, las etapas que pueden existir en los «misterios mayores» no se enuncian distintamente, ya que son propiamente «indescriptibles» en los términos del lenguaje humano), y que son, en el orden descendente, el «hombre de la Vía», es decir, el que está en la Vía (NA: Tao-jen), el «hombre dotado» (tcheu-jen), y, finalmente, el «hombre sabio» (cheng-jen), pero de una «sabiduría» que, aunque es algo más que la «ciencia», todavía no es más que de orden exterior. RGGT EL HOMBRE VERDADERO Y EL HOMBRE TRANSCENDENTE

Esta influencia, que es «no-actuante», no implica ninguna acción exterior: desde el centro, el «Hombre Único», que ejerce la función del «motor inmóvil», ordena todas las cosas sin intervenir en ninguna, como el Emperador, sin salir del Ming-tang, ordena todas las regiones del Imperio y regula el curso del ciclo anual, ya que, «concentrarse en el no actuar, tal es la Vía del Cielo» (NA: Tchoang-tseu, cap XII). « RGGT EL HOMBRE VERDADERO Y EL HOMBRE TRANSCENDENTE

Además, la posición «central» dada al Sangha, en el orden humano, está realmente justificada (como, por lo demás, podría estarlo igualmente y al mismo título la de su equivalente en toda otra tradición) por la presencia en su seno de los Arhats, que han alcanzado el grado del «hombre verdadero» (NA: Los Bodhisattwas, que se podrían hacer corresponder al grado de «hombre transcendente», escapan por eso mismo al dominio de la comunidad terrestre y residen propiamente en los «Cielos», de donde no «vuelven», por vía de la realización «descendente», más que para manifestarse como Buddhas), y que, por consiguiente, están situados efectivamente en el centro mismo del estado humano. RGGT EL «TRIRATNA»

Se puede comprender desde ahora por qué el Dharma búdico tiene como símbolo principal la rueda, según lo que hemos expuesto precedentemente al respecto de la significación de ésta (NA: El Dharma-chakra o «rueda de la Ley» es generalmente una rueda de ocho radios; éstos, que pueden ser puestos en relación naturalmente, en el simbolismo espacial, con los cuatro puntos cardinales y los cuatro puntos intermediarios, corresponden, en el budismo mismo, a los ocho senderos de la «Vía Excelente», así como a los ocho pétalos del «Loto de la Buena Ley» (que se puede comparar también, por otra parte, a las ocho «bienaventuranzas» del Evangelio) — Por lo demás, se encuentra una disposición similar en los ocho koua o trigramas de Fo-hi; se puede observar a este propósito que el título del Yi-king es interpretado como significando «Libro de las mutaciones» o «de los cambios en la revolución circular», sentido que presenta una relación evidente con el simbolismo de la rueda); y al mismo tiempo, por esta representación, se ve que se trata de un principio pasivo en relación RGGT EL «TRIRATNA»

Terminaremos este estudio por una última precisión al respecto de la «Vía del Medio»: hemos dicho que ésta, identificada a la «Vía del Cielo», es representada por el eje vertical considerado en el sentido ascendente; pero hay lugar a agregar que esto corresponde propiamente al punto de vista de un ser que, colocando en el centro del estado humano, tiende a elevarse desde ahí a los estados superiores, sin haber llegado todavía a la realización total. RGGT LA VÍA DEL MEDIO

Es todavía la verdadera «Vía del Medio», en su acepción absoluta, ya que es solo el centro el que es el «Medio» en todos los sentidos; y, cuando decimos aquí «sentidos», no lo entendemos solo de las diferentes significaciones de las que una palabra es susceptible, sino que hacemos alusión también, una vez más, al simbolismo de las direcciones del espacio. RGGT LA VÍA DEL MEDIO

En la «Vía del Medio», tal como acabamos de entenderla, no hay «ni derecha ni izquierda, ni delante ni detrás, ni arriba ni abajo»; y se puede ver fácilmente que, en tanto que el ser no ha llegado al centro total, solo los dos primeros de estos tres conjuntos de términos complementarios pueden devenir inexistentes para él. RGGT LA VÍA DEL MEDIO

y «primordial» del estado humano (NA: Cf El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap XXIII) (y sería naturalmente lo mismo para todo otro modo de sucesión, si se tratase de las condiciones de otro estado de existencia), y es así como se puede decir, según lo que hemos expuesto a propósito del «triple tiempo», que ya no hay «ni delante ni detrás»; pero hay todavía «arriba y abajo» en relación a ese punto, e incluso en todo el recorrido del eje vertical, y es por eso por lo que este último no es todavía la «Vía del Medio» más que en un sentido relativo. RGGT LA VÍA DEL MEDIO

Para que no haya «ni arriba ni abajo», es menester que el punto donde el ser se sitúa esté identificado efectivamente al centro de todos los estados; desde este punto, extendiéndose indefinida e igualmente en todos los sentidos, parte el «vórtice esférico universal» de que hemos hablado en otra parte (NA: El Simbolismo de la Cruz, cap XX), y que es la «Vía» según la cual se fluyen las modificaciones de todas las cosas; pero este «vórtice» mismo, no siendo en realidad más que el despliegue de las posibilidades del punto central, debe ser concebido como contenido todo entero en él principialmente (NA: Aquí se trata todavía de un caso del «vuelco» simbólico que resulta del paso de lo «exterior» a lo «interior», ya que este punto central es evidentemente «interior» en relación a todas las cosas, aunque, por lo demás, para el que ha llegado a él, ya no haya realmente ni «exterior» ni «interior», sino solo una «totalidad» absoluta e indivisa RGGT LA VÍA DEL MEDIO

Por eso es por lo que, según la palabra de Lao-tseu, «la vía que es una vía (que puede ser recorrida) no es la Vía (absoluta)» (NA: Tao-te-king, cap I), ya que, para el ser que está establecido efectivamente en el centro total y universal, es ese punto único mismo, y solo él, el que es verdaderamente la «Vía» fuera de la cual no es nada. RGGT LA VÍA DEL MEDIO

No obstante, estos dos últimos estados, en general, no se enumeran aparte, ya que no son esencialmente distintos del estado de sueño profundo, estado extraindividual en realidad, como lo hemos explicado hace un momento, y donde el ser entra igualmente en la no manifestación, o al menos en lo informal, “al retirarse el alma viva ( jivatma ) al seno del Espíritu Universal ( Atma ) por la vía que conduce al centro mismo del ser, allí donde está la morada de Brahma” ( Brahma-Sutras, 3er Adhyaya, 2 Pada, sutras 7 y 8). HDV XI

El que conoce esto avanza en verdad en la vía del Conocimiento ( por su identificación con Hiranyagarbha ) y ( al estar así iluminado ) está en armonía ( samana, con todas las cosas, ya que considera el Universo manifestado como la producción de su propio conocimiento, que no puede ser separado de él mismo ), y ninguno de sus descendientes ( en el sentido de “posteridad espiritual” ) ( En razón de la identificación con Hiranyagarbha, este sentido tiene aquí una relación más particular con el “Huevo del Mundo” y con las leyes cíclicas) será ignorante de Brahma”. HDV XVI

“Por este pasaje ( la sushumna y la coronilla de la cabeza donde desemboca ), en virtud del Conocimiento adquirido y de la consciencia de la Vía meditada ( consciencia que es esencialmente de orden extratemporal, puesto que, incluso en tanto que se la considera en el estado humano, es un reflejo de los estados superiores ) ( Es pues un grave error hablar aquí de “recuerdo”, como lo ha hecho Colebrooke en la exposición que ya hemos mencionado; la memoria, condicionada por el tiempo en el sentido más estricto de esta palabra, es una facultad relativa únicamente a la existencia corporal, y que no se extiende más allá de los límites de esta modalidad especial y restringida de la individualidad humana; así pues, forma parte de esos elementos psíquicos HDV XX

CAPÍTULO XXI — EL “VIAJE DIVINO” DEL SER EN VÍA DE LIBERACIÓN La continuación del viaje simbólico cumplido por el ser en su proceso de liberación gradual, desde la terminación de la arteria coronaria ( sushumna ), que comunica constantemente con un rayo de Sol espiritual, hasta su destino final, se efectúa siguiendo la Vía que está marcada por el trayecto de este rayo recorrido en sentido inverso ( según su dirección refleja ) hasta su fuente, que es este destino mismo. HDV XXI

Sin embargo, si se considera que una descripción de este género puede aplicarse a los estados póstumos recorridos sucesivamente, por una parte, por los seres que obtendrán la “Liberación” a partir del estado humano, y, por otra, por aquellos que, después de la reabsorción de la individualidad humana, tendrán que pasar, al contrario, a otros estados de manifestación individual, deberá haber dos itinerarios diferentes correspondientes a estos dos casos: en efecto, se dice que los primeros siguen la “Vía de los Dioses” ( deva-yana ), mientras que los segundos siguen la “Vía de los Ancestros” ( pitriyana ). HDV XXI

la “memoria cósmica” ( NA: Es por esta razón por lo que se dice a veces simbólicamente, incluso en occidente, que en ella se encuentra todo lo que se ha perdido en este mundo terrestre ( cf Ariosto, Orlando Furioso )); por eso es la morada de los Pitris, es decir, de los seres del ciclo antecedente, que se consideran como los generadores del ciclo actual, en razón del encadenamiento causal del que la sucesión de los ciclos no es más que el símbolo; y es de ahí de donde viene la denominación del pitri-yana, mientras que la del deva-yana designa naturalmente la Vía que conduce hacia los estados superiores del ser, y por consiguiente hacia la asimilación a la esencia misma de la Luz inteligible. HDV XXI

Para ir más lejos, y para liberarse enteramente de las condiciones de vida y de duración que son inherentes a la individualidad, no hay otra vía que la del Conocimiento, ya sea “no-supremo” y conductivo a Îshwara ( NA: Apenas hay necesidad de decir que la teología, incluso si conlleva una realización que la hiciera verdaderamente eficaz, en lugar de permanecer simplemente teórica como lo es de hecho ( a menos, no obstante, de que se considere una tal realización como constituida por los “estados místicos”, lo que no es verdad más que parcialmente y bajo algunos respectos ), estaría siempre integralmente comprendida en este Conocimiento “no supremo”), ya sea “supremo” y que da inmediatamente la Liberación. HDV XXII

En un sentido un poco diferente, pero que completa el precedente ( ya que ahí hay a la vez reabsorción y plenitud ), es también el retorno al “estado primordial” del que hablan todas la tradiciones, y sobre el que insisten más especialmente el taoísmo y el esoterismo islámico; este retorno es efectivamente una etapa necesaria en la vía que conduce a la Unión, ya que es solo a partir de este “estado primordial” como es posible rebasar los límites de la individualidad humana para elevarse a los estados superiores ( NA: Es el “estado edénico” de la tradición judeocristiana; por eso es por lo que Dante sitúa el Paraíso terrestre en la cima de la montaña del Purgatorio, es decir, precisamente en el punto donde el ser abandona la Tierra o el estado humano, para elevarse a los Cielos ( designados como el “Reino de Dios” en la precedente cita del Evangelio )). HDV XXIII

En su conjunto, estas escuelas pueden colocarse en las dos grandes divisiones que llevan los nombres de Mahayana y de Hinayana, que se traducen ordinariamente por «Gran vehículo» y «Pequeño vehículo», pero que sería quizás más exacto y más claro a la vez traducir por «Gran Vía» y «Pequeña Vía»; vale mucho más guardar estos nombres, que son los que las designan auténticamente, que substituirlos por denominaciones como las de «Budismo del Norte» y de «Budismo del Sur», que no tienen más que un valor puramente geográfico, por lo demás bastante vago, y que no caracterizan de ninguna manera las doctrinas de que se trata. IGEDH A propósito del budismo

El punto de vista moral, sin el que esas nociones están desprovistas de sentido, no existe en la India; ya hemos insistido suficientemente en ello, y hemos indicado incluso que el budismo, único que podría parecer propio a introducirle, no había llegado hasta ahí en la vía del sentimentalismo. IGEDH La ley de Manú

Agregaremos simplemente, para concluir sobre la cuestión del shivaismo y del vishnuismo, que, cualquiera que sea la vía que cada uno escoja como la más conforme a su propia naturaleza, la meta final a la que tiende, con tal que sea estrictamente ortodoxa, es siempre la misma: es una realización efectiva de orden metafísico, que únicamente podrá ser más o menos inmediata, y también más o menos completa, según las condiciones particulares y la extensión de las posibilidades intelectuales de cada ser humano. IGEDH Shivaismo y Vishnuismo

Por otra parte, el Yoga admite el desarrollo de la naturaleza o de la manifestación tal como le describe el Sankhya; pero, al tomarla como base de una realización que debe conducir más allá de esta naturaleza contingente, la considera en cierto modo en un orden inverso del de este desarrollo, y como en vía de retorno hacía su fin último, que es idéntico a su principio inicial. IGEDH El Yoga

Pero se puede ir más o menos lejos en esta realización, e incluso detenerse en la obtención de estados superiores, pero no definitivos; es a estos grados secundarios a los que se refieren sobre todo las observancias especiales que prescribe el Yoga-shastra; pero, en lugar de rebasarlos sucesivamente, también se puede, aunque más difícilmente sin duda, rebasarlos de una sola vez para alcanzar directamente la meta final, y es esta última vía la que designa frecuentemente el término de raja-yoga. IGEDH El Yoga

El Yogi, en el sentido propio de la palabra, es el que ha realizado la unión perfecta y definitiva; así pues, no se puede aplicar sin abuso esta denominación a aquel que se libra simplemente al estudio del Yoga en tanto que darshana, y ni siquiera al que sigue efectivamente la vía de la realización que se indica en él, sin haber llegado todavía a la meta suprema hacia la cual tiende. IGEDH El Yoga

En China, la concepción dominante de la «solidaridad de la raza» da al pensamiento correspondiente un matiz diferente, y hace asimilar el papel del instructor al de un «hermano mayor», guía y sostén natural de aquellos que le siguen en la vía tradicional, y que no devendrá un «antepasado» sino después de su muerte; pero, la expresión de «nacer al conocimiento», no es por eso menos, allí como en cualquier otra parte, de un uso corriente. IGEDH La enseñanza tradicional

Hay aún otro aspecto bajo el que la vía oriental está en antítesis absoluta con los métodos occidentales: los modos de la enseñanza tradicional, que la hacen, no precisamente «esotérica», sino más bien «iniciática», se oponen evidentemente a toda difusión desconsiderada, difusión más perjudicial que útil a los ojos de cualquiera que no está engañado por ciertas apariencias. IGEDH La enseñanza tradicional

Estos magos, como se encuentran frecuentemente en la India, donde se les da comúnmente la denominación árabe de faquires, es decir, «pobres» o «mendigos», son hombres cuya incapacidad intelectual los ha detenido en la vía de una realización metafísica, así como ya lo hemos dicho; interesan sobre todo a los extranjeros, y no merecen más consideración que la que les acuerdan sus compatriotas. IGEDH La ciencia de las religiones

Estas empresas son tanto menos inofensivas cuanto que los occidentales actuales tienen una tendencia marcada a dejarse atrapar por todo lo que presenta apariencias extraordinarias y maravillosas; el desarrollo de su civilización en un sentido exclusivamente práctico, al arrebatarles toda dirección intelectual efectiva, abre la vía de todas las extravagancias pseudocientíficas y pseudometafísicas, por poco que parezcan aptas para satisfacer ese sentimentalismo que juega en ellos un papel tan considerable, en razón de la ausencia misma de la intelectualidad verdadera. IGEDH El teosofismo

Naturalmente, no podemos insistir aquí sobre este punto de vista; pero, por otro lado, es menester agregar también que, mientras los espiritistas se esfuerzan en demostrar la pretendida «reencarnación», del mismo modo que la inmortalidad del alma, «científicamente», es decir, por la vía experimental, que es absolutamente incapaz de dar el menor resultado a este respecto, la mayor parte de los «teosofistas» parecen ver en ella una suerte de dogma o artículo de fe, que es menester admitir por motivos de orden sentimental, pero sin que haya lugar a buscar dar de ella ninguna prueba racional o sensible. IGEDH El teosofismo

En todo caso, esos olvidan manifiestamente que iniciación deriva de initium, y que este término significa propiamente «entrada» y «comienzo»: es la entrada en una vía que queda que recorrer a continuación, o también el comienzo de una nueva existencia en el curso de la cual serán desarrolladas posibilidades de un orden diferente del de aquellas a las cuales está estrechamente limitada la vida del hombre ordinario; y la iniciación, entendida así en su sentido más estricto y más preciso, no es en realidad nada más que la transmisión inicial de la influencia espiritual en el estado de germen, es decir, en otros términos, el vinculamiento iniciático mismo. IRE A PROPÓSITO DEL VINCULAMIENTO INICIÁTICO

Éste verá en él, naturalmente, cosas del mismo orden que aquél, pero quizás más completamente, y sobre todo se le aparecerán en cierto modo bajo una luz diferente; por lo demás, no hay que decir que, mientras que no esté más que en la iniciación virtual, no puede hacer más que proseguir simplemente, a un grado más profundo, una preparación doctrinal que se había quedado incompleta hasta ahí; pero la cosa es muy diferente desde que entra en la vía de la realización. IRE A PROPÓSITO DEL VINCULAMIENTO INICIÁTICO

Él nos envió la nota siguiente: «Como este párrafo podría dar lugar a algunas equivocaciones, nos parece necesario precisar un poco su sentido; y, en primer lugar, debe entenderse bien que aquí no se trata en modo alguno de algo que pueda ser asimilado a una vía «mística», lo que sería manifiestamente contradictorio con la afirmación de la existencia de una «cadena iniciática» real, tanto en este caso como en el que se puede considerar como «normal». IRE A PROPÓSITO DEL VINCULAMIENTO INICIÁTICO

Podemos citar, a este respecto, una pasaje de Jelaleddin Er-Rumi que se refiere exactamente a la misma cosa: «Si alguno, por una rara excepción, ha recorrido esta vía (iniciática) solo (es decir, sin un Pir, término persa equivalente al árabe Sheikh), ha llegado por la ayuda de los corazones de los Pirs. IRE A PROPÓSITO DEL VINCULAMIENTO INICIÁTICO

Bajo el punto de vista del tasawwuf islámico, diremos que aquello de lo que se trata depende de la vía de los Afrad, cuyo Maestro es Seyidna El Khidr (NA: El Khidr es la designación dada por el esoterismo islámico al personaje anónimo mencionado en el Corán, Surat XVIII (Surat de la Caverna) y con el que Moisés, considerado por el islam como enviado legislador y «Polo» de su época, aparece en una relación de subordinación. IRE A PROPÓSITO DEL VINCULAMIENTO INICIÁTICO

No insistiremos sobre el empleo abusivo que se hace aquí de la palabra «adepto», aunque, después de que lo hemos denunciado expresamente explicando la verdadera significación de esta palabra, nos esté permitido extrañarnos de ello; de la iniciación propiamente dicha al adeptado, mayor o incluso menor, la vía es larga… Pero lo que importa más, es esto: como en la nota de que se trata, no se hace por lo demás la menor alusión al papel de las influencias espirituales, parece haber ahí una equivocación bastante grave, que otros pueden haber cometido igualmente, a pesar de todo el cuidado que hemos puesto en exponer las cosas tan claramente como es posible, pues decididamente, parece que frecuentemente es muy difícil hacerse comprender con exactitud. IRE INFLUENCIAS ESPIRITUALES Y «EGREGORES»

corresponde a uno y al otro de estos dos puntos de vista; por lo demás, en este caso, el lazo que existe entre ellos es todavía más evidente), de manera que no son en cierto modo sino como las dos caras exterior e interior de una sola y misma cosa, es inmediatamente comprensible que es menester primeramente adherirse al exterior para poder después penetrar al interior (NA: Puede decirse también, según un simbolismo que se usa bastante frecuentemente, que el «núcleo» no puede ser alcanzado de otro modo que a través de la «corteza»), y que no podría haber otra vía que esa. IRE NECESIDAD DEL EXOTERISMO TRADICIONAL

En todo caso, e incluso en las condiciones más favorables, es menester que esos estén bien persuadidos de que, mientras encuentren el menor carácter «exótico» en la forma tradicional que hayan adoptado, eso será la prueba más incontestable de que no se han asimilado verdaderamente a esa forma y de que, cualesquiera que puedan ser las apariencias, esa forma sigue siendo todavía para ellos como algo exterior a su ser real y que no les modifica sino superficialmente; en cierto modo, ese es uno de los primeros obstáculos que encuentran sobre su vía, y la experiencia obliga a reconocer que, para muchos, no es quizás el menos difícil de superar. IRE CEREMONIALISMO Y ESTETICISMO

Lo que puede prestarse a confusión sobre este punto, es que los místicos emplean de buena gana la palabra «unión», y que la contemplación de que se trata pertenece incluso, más precisamente, a lo que ellos llaman «vía unitiva»; pero esta «unión» no tiene de ninguna manera la misma significación que el Yoga o sus equivalente, de suerte que en eso no hay más que una similitud completamente exterior. IRE CONTEMPLACIÓN DIRECTA Y CONTEMPLACIÓN POR REFLEJO

En el misticismo, insistimos aún en ello, jamás se trata de identificación con el Principio, ni siquiera con tal o cual de sus aspectos «no supremos» (lo que en todo caso rebasaría todavía manifiestamente las posibilidades de orden individual); y, además, la unión que se considera como el término mismo de la vía mística se refiere siempre a una manifestación principial considerada únicamente en el dominio humano o en relación con éste (NA: El lenguaje mismo de los místicos es muy claro a este respecto: jamás se trata de la unión con el Cristo-principio, es decir, con el Logos en sí mismo, lo que, incluso sin llegar hasta la identificación, estaría ya mucho más allá del dominio humano; se trata siempre de la «unión con Cristo-Jesús», expresión que se refiere claramente de una manera exclusiva, únicamente al aspecto «individualizado» del Avatara). IRE CONTEMPLACIÓN DIRECTA Y CONTEMPLACIÓN POR REFLEJO

realmente una cierta correlación entre el uno y el otro: en efecto, el Jnana-marga es evidentemente el que conviene a los seres de naturaleza «sattwica», mientras que el Bhakti-marga y el Karma-marga convienen a aquellos cuya naturaleza es principalmente «rajásica», por lo demás con matices diferentes; en un cierto sentido, se podría decir quizás que hay en el último algo que está más próximo de tamas que en el otro, pero todavía sería menester no llevar esta consideración demasiado lejos, ya que está bien claro que los seres de naturaleza «tamásica» no están cualificados en modo alguno para seguir un vía iniciática cualquiera que sea. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Aparte de esta última reserva, por eso no es menos verdad que existe una relación entre los caracteres respectivos de los tres margas y los elementos constitutivos del ser repartidos según el ternario «espíritu, alma, cuerpo» (NA: Aquí todavía, sería menester no ver nada exclusivo en una tal correspondencia, ya que toda vía iniciática, para ser realmente válida, implica necesariamente una participación del ser todo entero); en sí mismo, el Conocimiento puro es de orden esencialmente supraindividual, es decir, en definitiva espiritual, así como es evidente que el intelecto psíquico es de Bhakti, mientras que Karma, en todas sus modalidades, implica forzosamente una cierta actividad de orden corporal, y, cualesquiera que sean las transposiciones de que son susceptibles estos términos, algo de esta naturaleza original debe siempre encontrarse ahí inevitablemente. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Esto confirma plenamente lo que decíamos de la correspondencia con los gunas: en estas condiciones, la vía «jnanica» no puede convenir evidentemente más que a los seres en los que predomina la tendencia ascendente de sattwa, y que, por eso mismo, están predispuestos a apuntar directamente a la realización de los estados superiores más bien que a entretenerse en un desarrollo detallado de las posibilidades individuales; por el contrario, las otras dos vías hacen llamada primero a elementos propiamente individuales, aunque sea para transformarlos finalmente en algo que pertenece a un orden superior, y esto es conforme a la naturaleza de rajas, que es la tendencia que produce la expansión del ser en el nivel mismo de IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Por otra parte, de ahí resulta inmediatamente que la vía «jnanica» se refiere más particularmente a los «misterios mayores», y las vías «bhaktica» y «karmica» a los «misterios menores»; en otros términos, con esto se ve también que solo con jnana es posible llegar a la meta final, mientras que bhakti y karma tienen un papel más bien «preparatorio», puesto que las vías correspondientes no conducen más que hasta un cierto punto, aunque hacen posible la obtención del Conocimiento para aquellos cuya naturaleza no sería apta para él directamente y sin una tal preparación. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Por lo demás, entiéndase bien que no puede haber iniciación efectiva, ni siquiera en los primeros estadios, sin una parte más o menos grande de conocimiento real, mientras que, en los medios que la iniciación pone en obra, el «acento» se pone sobre todo sobre uno u otro de los elementos «bhaktico» y «karmico»; lo que queremos decir, es que en todo caso, más allá de los límites del estado individual, no puede haber ya más que una sola y única vía, que es necesariamente la del Conocimiento puro. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Otra consecuencia que nos es menester notar también, es que, en razón de la conexión de las dos vías «bhaktica» y «karmica» con el orden de las posibilidades individuales y con el dominio de los «misterios menores», la distinción entre ellas está mucho menos marcada que con la vía «jnanica», lo que deberá reflejarse naturalmente de una cierta manera en las relaciones de las formas iniciáticas correspondientes; por lo demás, tendremos que volver de nuevo un poco más sobre este punto en la continuación de nuestra exposición. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

resultan de la «mezcla de las castas», de la dificultad siempre creciente de determinar exactamente la verdadera naturaleza de cada hombre, y del hecho de que la mayoría no desempeña ya la función que convendría realmente a su propia naturaleza); y, en los casos más extremos, puede ocurrir que alguna de estas vías deje de existir prácticamente en un medio dado, una vez que ha devenido insuficiente para permitir el mantenimiento de una forma iniciática distinta el número de aquellos que serían aptos para seguirla (NA: Señalamos incidentemente que esto puede obligar a aquellos que están todavía calificados para esta vía a «refugiarse», si es permisible expresarse así, en organizaciones que practican otras formas iniciáticas que primitivamente no estaban hechas para ellos, inconveniente que, por lo demás, puede ser atenuado por una cierta «adaptación» efectuada en el interior de esas organizaciones mismas). IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Que la predominancia cada vez más exclusiva de la tendencia a la acción exterior sea una de las causas principales de ese estado de hecho, eso no es dudoso; pero por ello no es menos verdad que, a pesar del agravamiento de esta tendencia, todavía hoy subsiste una iniciación, cualquiera que sea, y pretender lo contrario implica una grave equivocación sobre la significación real de la vía «karmica», así como lo veremos más precisamente dentro de un momento. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Otro punto muy importante es éste: el término de Karma, cuando se aplica a una vía o a una forma iniciática, debe entenderse ante todo en su sentido técnico de «acción ritual»; a este respecto, es fácil ver que hay en toda iniciación un cierto lado «karmico», puesto que ella implica siempre esencialmente el cumplimiento de ritos particulares; por lo demás, eso corresponde también a lo que hemos dicho de la imposibilidad que hay de que una u otra de las tres vías exista en el estado puro. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Se ve que eso está tan lejos como es posible de la idea que se hacen de una vía «karmica» aquellos que piensan que una organización iniciática, porque presenta un tal carácter, debe mezclarse más o menos directamente en una acción exterior y completamente profana, como lo son inevitablemente en particular, en las condiciones del mundo moderno, las actividades «sociales» de todo género. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Ya que estamos con este punto, agregaremos todavía que hay también equivocaciones sobre la naturaleza de las otras dos vías, y sobre todo de la vía «bhaktica», ya que, en lo que concierne a la vía «jnanica», es muy difícil confundir el Conocimiento puro, o incluso las ciencias tradicionales que dependen más propiamente del dominio de los «misterios menores», con las especulaciones de la filosofía y de la ciencia profanas. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

En razón de su carácter más estrictamente transcendente, se puede ignorar enteramente esta vía mucho más fácilmente que desnaturalizarla con falsas concepciones; e incluso sus travestimientos en «filosofía», por parte de algunos orientalistas, que no dejan subsistir absolutamente nada de lo esencial y que lo reducen todo a la sombra vana de las «abstracciones», equivalen de hecho a la ignorancia pura y simple y están muy alejados de la verdad como para poder imponer a nadie la menor noción de las cosas iniciáticas. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Tales resultados, cualquiera que sea por lo demás el grado hasta donde pueden llegar, son, en el orden exotérico y religioso mismo, la verdadera meta de la «ascética»; ¿pero cuántos son, en nuestros días al menos, aquellos que sospechan que esos resultados pueden alcanzarse también por una vía activa, y por tanto muy diferente que la vía pasiva de los místicos? Sea como fuere, el sentido mismo de la palabra «ascesis», si no el de sus derivados, es suficientemente extenso como para aplicarse en todos los órdenes y a todos los niveles: puesto que se trata esencialmente de un conjunto metódico de esfuerzos que tienden a un desarrollo espiritual, se puede hablar igualmente bien, no sólo de una ascesis religiosa, sino también de una ascesis iniciática. IRE ASCESIS Y ASCETISMO

Así pues, el ser en cuestión deberá recurrir a los medios que existen de hecho para superar estos obstáculos, lo que equivale a decir que no está dispensado de ninguna manera, como se podría estar tentado a suponerlo sin razón, del vinculamiento a una «cadena» iniciática, a falta del cual, mientras esté en el estado humano, permanecerá simplemente lo que era al entrar en él, y como sumergido en una suerte de «sueño» espiritual que no le permite ir más lejos en la vía de su realización. IRE SABIDURÍA INNATA Y SABIDURÍA ADQUIRIDA

Otra consecuencia de lo que acabamos de decir, es que, para recorrer la vía iniciática, un ser tal como éste del que hablamos no tiene ninguna necesidad de la ayuda de un Guru exterior y humano, puesto que en realidad, la acción del verdadero Guru interior opera en él desde el comienzo, haciendo evidentemente inútil la intervención de todo «sustituto» provisorio, ya que el papel del Guru exterior no es en definitiva otra cosa que eso; y, a este respecto, éste es el caso de excepción al cual nos ha ocurrido ya hacer alusión más atrás. IRE SABIDURÍA INNATA Y SABIDURÍA ADQUIRIDA

Pero lo que es menester evitar sobre todo, ya que es ese un peligro que hay que temer siempre cuando se consideran excepciones como esas, es que algunos no puedan dejar de imaginarse con mucha facilidad que un tal caso es el suyo, ya sea porque se sienten naturalmente llevados a buscar la iniciación, lo que con frecuencia indica solo que están dispuestos a entrar en esa vía, y no que la hayan recorrido ya en parte en otro estado, ya sea porque, ante toda iniciación, les ha ocurrido tener algunos «vislumbres» más o menos vagos, de orden probablemente más psíquico que espiritual, que no tienen en suma nada más de extraordinario y que no prueban más de lo que prueban las «premoniciones» cualesquiera que pueda tener ocasionalmente cualquier hombre cuyas facultades están un poco menos estrechamente limitadas de lo que lo están comúnmente las de la humanidad actual, y que, por eso mismo, se encuentra menos exclusivamente encerrado en la modalidad corporal de su individualidad, lo que IRE SABIDURÍA INNATA Y SABIDURÍA ADQUIRIDA

Sin duda, hay ahí una cierta desventaja, en el sentido de que una tal vía es evidentemente menos segura y más difícil de seguir que aquella donde el iniciado se beneficia del control constante de un Maestro espiritual; pero eso es otra cuestión, y lo que importa desde el punto de vista donde nos colocamos al presente, es que la existencia misma de estas formas iniciáticas, que se proponen necesariamente la misma meta que las demás, y que por consiguiente deben poner a la disposición de sus adherente medios suficientes para llegar a ella desde que están plenamente calificados, prueba ampliamente que la presencia de un Guru no podría considerarse como constituyendo una condición indispensable IRE SOBRE EL PAPEL DEL GURU

Hemos dicho hace un momento que el papel del Guru, allí donde existe, es sobre todo importante al comienzo de la iniciación efectiva, y eso puede parecer incluso completamente evidente, puesto que es natural que un iniciado tenga mayor necesidad de ser guiado cuanto menos avanzado está en la vía; esta precisión contiene ya implícitamente la refutación de otro error que hemos constatado, y que consiste en pretender que no puede ser verdadero Guru más que el que ya ha llegado al término de la realización espiritual, es decir, a la Liberación. IRE SOBRE EL PAPEL DEL GURU

Es así como, concretamente, hemos oído emitir la aserción, perfectamente inexplicable por parte de cualquiera que posee o que debería poseer algún conocimiento de estas cosas, de que, entre el estado espiritual de un iniciado que ha «entrado en la vía» simplemente y el «estado primordial», no existe ningún grado intermediario. IRE SOBRE LOS GRADOS INICIÁTICOS

El majdhub pertenece normalmente a una tariqah, y, por consiguiente, ha seguido una vía iniciática, al menos en sus primeros estadios, lo que, como hemos dicho frecuentemente, es incompatible con el misticismo; pero, en un cierto momento, se ha ejercido sobre él, por el lado espiritual, una «atracción» (jadhb, de donde el nombre de majdhub), que, a falta de una preparación adecuada y de una actitud suficientemente «activa», ha provocado un desequilibrio y como una «excisión», se podría decir, entre los diferentes elementos de su ser. IRE LOCURA APARENTE Y SABIDURÍA OCULTA

En lo que concierne a la vía iniciática, hay en eso una desviación incontestable, como la hay también, aunque de un género algo diferente, en los productores de «fenómenos» más o menos extraordinarios como se encuentran concretamente en la India; y, además de que unos y otros tienen en común que su desarrollo espiritual no puede llegar jamás a su perfección, veremos en un momento que hay todavía otra razón para aproximar estos dos casos. IRE LOCURA APARENTE Y SABIDURÍA OCULTA

Se podría decir que, por esa extrema diferencia de lo interior y de lo exterior, ponen entre esos dos lados de su ser el máximo de «intervalo», si es permisible expresarse así, lo que les permite comprender en sí mismos, la mayor suma de posibilidades de todo orden, y lo que, al término de su realización, debe desembocar lógicamente en la verdadera «totalización» del ser (NA: No queremos decir con eso que la totalidad no pueda ser realizada más que de esa manera, sino solo que puede serlo efectivamente así según el modo que es propio a la vía de los Malamatiyah). IRE LA MÁSCARA «POPULAR»

Así, como lo dice A K Coomaraswamy en un reciente estudio (NA: Notes on the Katha Upanishad, 3a parte), «hay que pasar más allá de lo manifestado (lo que se representa por el paso «más allá del Sol») para alcanzar lo no manifestado (la «oscuridad» entendida en su sentido superior), pero el fin último está aún más allá de lo no manifestado; el término de la vía no se alcanza mientras no se conoce a Atma a la vez como manifestado y no manifestado»; así pues, para llegar ahí, es menester pasar todavía «más allá de la oscuridad», o, como lo expresan algunos textos, «ver la otra cara de la oscuridad». IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

Ahora bien, aquí se plantea otra cuestión: según lo que acabamos de decir, ahí se trata de etapas diferentes en el recorrido de una sola y misma vía, o, más exactamente, de una etapa y del término final de esta vía, y es bien evidente que ello debe ser así en efecto, puesto que es la realización la que se continúa así hasta su acabamiento último; ¿pero cómo se puede entonces hablar en eso, como lo hacíamos al comienzo, de una fase «ascendente» y de una fase «descendente»? No hay que decir que, si estas dos representaciones son legítimas, la una y la otra, deben, para no ser contradictorias, referirse a puntos de vista diferentes; pero, antes de ver como pueden conciliarse efectivamente, podemos destacar ya que, en IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

Ahora bien, aquí se plantea otra cuestión: según lo que acabamos de decir, ahí se trata de etapas diferentes en el recorrido de una sola y misma vía, o, más exactamente, de una etapa y del término final de esta vía, y es bien evidente que ello debe ser así en efecto, puesto que es la realización la que se continúa así hasta su acabamiento último; ¿pero cómo se puede entonces hablar en eso, como lo hacíamos al comienzo, de una fase «ascendente» y de una fase «descendente»? No hay que decir que, si estas dos representaciones son legítimas, la una y la otra, deben, para no ser contradictorias, referirse a puntos de vista diferentes; pero, antes de ver como pueden conciliarse efectivamente, podemos destacar ya que, en todo caso, esta conciliación no es posible más que a condición de que IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

Para no pasar bajo silencio ninguno de los equívocos posibles, agregaremos todavía que ahí no hay absolutamente nada en común con lo que se podría llamar una «realización al revés», que no tendría sentido más que si tomara esta dirección «descendente» a partir del estado humano mismo, pero cuyo sentido, entonces, sería propiamente «infernal» o «satánico», y que, por consecuencia, no podría depender más que del dominio de la «contra-iniciación» (NA: El recorrido de una tal vía «descendente», con todas las consecuencias que implica, no puede siquiera considerarse efectivamente, en toda la medida en que es posible, más que en el caso extremo de los awliya es-Shaytan (cf El Simbolismo de la Cruz, p 186 de la edición francesa)). IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

Dicho eso, deviene fácil comprender que el punto de vista donde la realización aparece toda entera como el recorrido de una vía en cierto modo «rectilínea» es el del ser mismo que la cumple, puesto que, para este ser, jamás podría tratarse de volver de nuevo atrás y de reentrar en las condiciones de algunos de los estados que ya ha pasado. IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

Para tomar primero el ejemplo quizás más conocido, aunque no el mejor comprendido habitualmente, la diferencia de que se trata es, en suma, la que existe entre el Pratyeka-Buddha y el Bodhisattwa (NA: El caso del Pratyeka-Buddha es uno de aquellos a los cuales los intérpretes occidentales aplican de buena gana este término de «egoísmo» cuya absurdidad acabamos de señalar); y es particularmente importante a este respecto, destacar que la vía que tiene por término el primero de esos dos estados se designa como una «pequeña vía» o, si se quiere, como una «vía menor» (hinayana), lo que implica que no está exenta de un cierto carácter restrictivo, mientras que es la que conduce al segundo estado la que se considera verdaderamente como la «gran vía» (mahayana), y por tanto la que es completa y perfecta bajo todas las relaciones. IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

existe entre el Pratyeka-Buddha y el Bodhisattwa (NA: El caso del Pratyeka-Buddha es uno de aquellos a los cuales los intérpretes occidentales aplican de buena gana este término de «egoísmo» cuya absurdidad acabamos de señalar); y es particularmente importante a este respecto, destacar que la vía que tiene por término el primero de esos dos estados se designa como una «pequeña vía» o, si se quiere, como una «vía menor» (hinayana), lo que implica que no está exenta de un cierto carácter restrictivo, mientras que es la que conduce al segundo estado la que se considera verdaderamente como la «gran vía» (mahayana), y por tanto la que es completa y perfecta bajo todas las relaciones. IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

Es verdad que, exotéricamente, al Bodhisattwa se lo representa como teniendo que efectuar todavía una última etapa para alcanzar el estado de Buddha perfecto; pero, si decimos exotéricamente, es porque, precisamente, eso corresponde a la manera en que aparecen las cosas cuando se consideran desde el exterior; y es menester que ello sea así para que el Bodhisattwa pueda desempañar su función, en tanto que ésta es mostrar la vía a los demás seres: él es «el que ha ido así» (tatha-gata), y así deben ir aquellos que pueden llegar como él a la meta suprema; así pues, para ser verdaderamente «ejemplar», es menester que la existencia misma en la que cumple su «misión» se presente en cierto modo como una recapitulación de la vía. IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

pero, si decimos exotéricamente, es porque, precisamente, eso corresponde a la manera en que aparecen las cosas cuando se consideran desde el exterior; y es menester que ello sea así para que el Bodhisattwa pueda desempañar su función, en tanto que ésta es mostrar la vía a los demás seres: él es «el que ha ido así» (tatha-gata), y así deben ir aquellos que pueden llegar como él a la meta suprema; así pues, para ser verdaderamente «ejemplar», es menester que la existencia misma en la que cumple su «misión» se presente en cierto modo como una recapitulación de la vía. IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

Lo imperfecto no puede entonces proceder de lo Perfecto por vía de emanación; luego no podría resultar más que de la creación “ex nihilo”, pero ¿cómo admitir que algo pudiese proceder de nada, o, en otros términos, que pudiese existir algo carente de principio? Por otra parte, admitir la creación “ex nihilo” sería admitir por ello mismo el aniquilamiento final de los seres creados, ya que lo que ha tenido un comienzo debe también tener un final, y nada es más ilógico que hablar de inmortalidad en tal hipótesis. RGM EL DEMIURGO

En otros términos, para alcanzar el objetivo supremo y final, no hay otra vía para este ser más que el rayo mismo por el cual está unido al Sol espiritual; cualquiera que pueda ser la aparente diversidad de las vías que existen en el punto de partida, todas deben unificarse tarde o temprano en esa única vía “axial”; y, cuando el ser haya seguido ésta hasta el final, “entrará en su propio Sí”, fuera del cual jamás ha sido más que ilusoriamente, puesto que este “Sí”, al que analógicamente se designa espíritu, esencia o con cualquier otro nombre, es idéntico a la Realidad Absoluta en la cual está todo contenido, es decir, al Atma RGM ESPIRITU E INTELECTO

En otros términos, para alcanzar el objetivo supremo y final, no hay otra vía para este ser más que el rayo mismo por el cual está unido al Sol espiritual; cualquiera que pueda ser la aparente diversidad de las vías que existen en el punto de partida, todas deben unificarse tarde o temprano en esa única vía “axial”; y, cuando el ser haya seguido ésta hasta el final, “entrará en su propio Sí”, fuera del cual jamás ha sido más que ilusoriamente, puesto que este “Sí”, al que analógicamente se designa espíritu, esencia o con cualquier otro nombre, es idéntico a la Realidad Absoluta en la cual está todo contenido, es decir, al Atma supremo e incondicionado. RGM ESPIRITU E INTELECTO

Solamente constituye un grado preliminar en la vía del conocimiento superior y verdadero, que es la sabiduría. RGM “CONÓCETE A TI MISMO”

Los “misterios” tuvieron siempre un carácter reservado y secreto, significando etimológicamente la propia palabra “misterios”, silencio total, no pudiendo ser expresadas mediante palabras las cosas a las cuales se referían, sino tan sólo enseñadas por una vía silenciosa. RGM “CONÓCETE A TI MISMO”

Estos estados, que eran realizados en los misterios antiguos, eran grados en la vía de esta transposición de la mente al corazón. RGM “CONÓCETE A TI MISMO”

Pero, al mismo tiempo, también poseen un sentido más profundo, el que se refiere al propio hombre y a la vía interior por la cual puede realizar el conocimiento en sí mismo, realización que no es otra que la de su propio ser. RGM “CONÓCETE A TI MISMO”

Por todo lo precedente, vemos que el conocimiento real no tiene como vía a la razón, sino al espíritu y al ser al completo, pues no es otra cosa que la realización de este ser en todos sus estados, lo que constituye el fin del conocimiento y la obtención de la sabiduría suprema. RGM “CONÓCETE A TI MISMO”

En realidad, lo que pertenece al alma, e incluso al espíritu, representa solamente grados en la vía hacia la esencia íntima que es el verdadero Sí, y que puede ser encontrada tan sólo cuando el ser ha alcanzado su propio centro, estando unidas y concentradas todas sus potencias como en un solo punto, en el cual todas las cosas se le aparecen, estando contenidas en este punto como en su primer y único principio, y así puede conocer todas las cosas como en sí mismo y desde sí mismo, como la totalidad de la existencia en la unidad de su propia esencia. RGM “CONÓCETE A TI MISMO”

Es fácil ver cuán lejos está esto de la psicología en el sentido moderno de la palabra, y que va incluso mucho más lejos que un conocimiento más verdadero y más profundo del alma, que no puede ser sino el primer paso en esta vía. RGM “CONÓCETE A TI MISMO”

Pero hay todavía algo más: si pasamos del exoterismo al esoterismo (utilizamos aquí estas palabras para más comodidad, aunque no convengan con el mismo rigor en todos los casos), comprobamos muy generalmente, la existencia de una iniciación ligada a los oficios y que los toma como base; por tanto, estos oficios son todavía susceptibles de un significado superior y más profundo; y querríamos indicar cómo pueden proporcionar efectivamente una vía de acceso al dominio iniciático. RGM LA INICIACION Y LOS OFICIOS

enteramente la verdad, y suprimirla en cierto modo sustituyéndola por la “utilidad”; es entonces propiamente la caída en lo “subjetivo”, pues está bien claro que la utilidad de una cosa de ningún modo es una cualidad que resida en esa cosa misma, sino que depende enteramente de aquel que la considera y que la hace objeto de una especie de apreciación individual, sin interesarse de ningún modo por lo que es la cosa fuera de esta apreciación, es decir, en el fondo, en todo lo que ella es en realidad; y, sin duda, sería difícil ir más lejos en la vía de la negación de toda intelectualidad. RGM LA SUPERSTICIÓN DEL “VALOR”

que Descartes ha limitado la inteligencia a la razón, que ha asignado como único papel, a lo que él creía poder llamar metafísica, servir de fundamento a la física, y que esa física misma estaba esencialmente destinada, en su pensamiento, a preparar la constitución de las ciencias aplicadas, a saber, la mecánica, la medicina y la moral, último término del saber humano tal como él lo concebía; las tendencias que Descartes afirmaba así ¿no son ya esas mismas que caracterizan a primera vista todo el desarrollo del mundo moderno? Negar o ignorar todo conocimiento puro y suprarracional, era abrir la vía que debía conducir lógicamente, por una parte, al positivismo y al agnosticismo, que sacan su provecho de las más estrechas limitaciones de la inteligencia y de su objeto, y, por otra, a todas las teorías sentimentalistas y voluntaristas, que se esfuerzan en buscar en lo infrarracional lo que la razón no puede darles. RGOO CIVILIZACIÓN Y PROGRESO

Son esas invenciones las que han suscitado, desde el comienzo del siglo XIX, un verdadero delirio de entusiasmo, porque parecían tener como objetivo ese crecimiento del bienestar corporal que es manifiestamente la principal aspiración del mundo moderno; y, por lo demás, sin darse cuenta de ello, se creaban así más necesidades nuevas de las que se podían satisfacer, de suerte que, incluso desde este punto de vista muy relativo, el progreso es algo muy ilusorio; y, una vez lanzado en esta vía, ya no parece posible detenerse, siempre es menester algo nuevo. RGOO LA SUPERSTICIÓN DE LA CIENCIA

Ciertamente, todavía es permisible esperar que Europa e incluso América se detendrán en esa vía y se recuperarán antes de llegar a tales extremidades; catástrofes menores pueden servirles de advertencias útiles y, por el temor que inspiren, pueden provocar la detención de esta carrera vertiginosa que no puede conducir más que a un abismo. RGOO TERRORES QUIMÉRICOS Y PELIGROS REALES

Eso también es una ilusión: o se comienza por entenderse sobre los principios, y todas las dificultades secundarias se allanarán seguidamente como por sí solas, o jamás se llegará a un entendimiento verdadero sobre nada; y es solo a Occidente a quien pertenece dar, si puede, los primeros pasos en la vía de un acercamiento efectivo, porque es de la incomprehensión de que ha hecho prueba hasta aquí de donde vienen en realidad todos los obstáculos. RGOO TERRORES QUIMÉRICOS Y PELIGROS REALES

Por defectuosos y por incompletos que sean los medios de que se dispone, es menester no obstante comenzar por ponerlos en obra tal como son, sin lo cual no se llegará nunca a adquirir otros más perfectos; y agregaremos que la menor cosa cumplida en conformidad armónica con el orden de los principios lleva virtualmente en sí misma posibilidades cuya expansión es capaz de determinar las más prodigiosas consecuencias, y eso en todos los dominios, a medida que sus repercusiones se extienden en ellos según su repartición jerárquica y por vía de progresión indefinida (Hacemos alusión a una teoría metafísica extremadamente importante, a la que damos el nombre de «teoría del gesto», y que expondremos quizás un día en un estudio particular. RGOO CONSTITUCIÓN Y FUNCIÓN DE LA ÉLITE

El miedo participa en buena medida en los móviles de ese odio, y este estado de espíritu no se debe más que a la incomprehensión, pero, en tanto que exista, la más elemental prudencia exige que se le tenga en cuenta en una cierta medida; la elite en vía de constitución tendrá que hacer mucho para vencer la hostilidad con la que chocará forzosamente por diversos lados, sin aumentarla inútilmente dando lugar a falsas suposiciones que la necedad y la malevolencia combinadas no dejarán de atribuirle; probablemente las habrá de todos modos, pero, cuando se puede preverlas, vale más evitar que se produzcan, si al menos eso es posible sin que entrañe otras consecuencias aún más enojosas. RGOO ENTENDIMIENTO Y NO FUSIÓN

Pero, hasta aquí, no hemos hablado más que de divisibilidad, es decir, de posibilidad de división; ¿sería menester ir más lejos y admitir con Leibnitz una «división efectiva»? Esta idea tampoco está exenta de contradicción, ya que equivale a suponer un indefinido enteramente realizado, y, por eso, es contraria a la naturaleza misma de lo indefinido, que es ser siempre, como lo hemos dicho, una posibilidad en vía de desarrollo, y, por consiguiente, implicar esencialmente algo de inacabado, de todavía no completamente realizado. PCI «DIVISIÓN AL INFINITO» O DIVISIBILIDAD INDEFINIDA

Para emplear la terminología hindú, se trata de la vía de los Brahmanes y la de los Kshatriyas; pero en la cima de la jerarquía, uno está en el principio común de donde los unos y los otros sacan sus atribuciones respectivas, y por consiguiente más allá de su distinción, puesto que ahí está la fuente de toda autoridad legítima, en cualquier dominio en que se ejerza; y los iniciados del Agarttha son ativarna, es decir, «más allá de las castas» (Haremos observar a este propósito que la organización social de la edad media occidental parece haber estado calcada, en principio, sobre la institución de las castas: el clero correspondía RGRM CAPÍTULO II

El que ha llegado al máximo del vacío, dice todavía Lao-tseu, ese se fijará sólidamente en el reposo… Volver a su raíz ( es decir, al Principio, a la vez origen primero y fin último de todos los seres ) ( NA: La palabra Tao, literalmente “Vía“, que designa el Principio, se representa por un carácter ideográfico que reúne los signos de la cabeza y de los pies, lo que equivale al símbolo del alfa y del ( m( ga en las tradiciones occidentales), es entrar en el estado de reposo” ( Tao-te-king, XVI ). RGSC VII

Es la segunda de estas fases, el movimiento de retorno hacia el origen, la que marca la vía seguida por el sabio para llegar a la unión con el Principio: la “concentración de su naturaleza”, la “reunión de todas sus potencias”, en el texto que citábamos hace un momento, lo indican tan claramente como es posible; y la “simplicidad”, de la que ya se ha tratado, corresponde a la unidad “sin dimensiones” del punto primordial. ” RGSC VII

llama Tien-ki, es decir, literalmente “techo del cielo”), es decir, como ya lo hemos explicado, el punto fijo alrededor del cual se cumplen todas las revoluciones del mundo, según la norma o la ley que rige toda manifestación, y que no es ella misma más que la emanación directa del centro, es decir, la expresión de la “Voluntad del Cielo” en el orden cósmico ( NA: La “Rectitud” ( Te ), cuyo nombre evoca la idea de la línea recta y más particularmente la del “Eje del Mundo”, es, en la doctrina de Lao-Tseu, lo que se podría llamar una “especificación” de la “Vía” ( Tao ) en relación a un ser o a un estado de existencia determinado: es la dirección que este ser debe seguir para que su existencia sea según la “Vía“, o, en otros términos, en conformidad con el Principio ( dirección tomada en el sentido ascendente, mientras que, en el sentido descendente, esta misma dirección es aquella según la cual se ejerce la “Actividad del Cielo” ) — Esto puede aproximarse a lo que hemos indicado en otra parte ( El Rey del Mundo, cap VIII ) sobre el tema de la orientación ritual, tema que trataremos todavía más adelante). RGSC VII

la norma o la ley que rige toda manifestación, y que no es ella misma más que la emanación directa del centro, es decir, la expresión de la “Voluntad del Cielo” en el orden cósmico ( NA: La “Rectitud” ( Te ), cuyo nombre evoca la idea de la línea recta y más particularmente la del “Eje del Mundo”, es, en la doctrina de Lao-Tseu, lo que se podría llamar una “especificación” de la “Vía” ( Tao ) en relación a un ser o a un estado de existencia determinado: es la dirección que este ser debe seguir para que su existencia sea según la “Vía“, o, en otros términos, en conformidad con el Principio ( dirección tomada en el sentido ascendente, mientras que, en el sentido descendente, esta misma dirección es aquella según la cual se ejerce la “Actividad del Cielo” ) — Esto puede aproximarse a lo que hemos indicado en otra parte ( El Rey del Mundo, cap VIII ) sobre el tema de la orientación ritual, tema que trataremos todavía más adelante). RGSC VII

Si se considera esta extensión como un símbolo geométrico, es decir, espacial, de la Posibilidad universal total ( símbolo necesariamente imperfecto, puesto que es limitado por su naturaleza misma ), la representación en la que hemos desembocado así será la figuración, en la medida en que es posible, del vórtice esférico universal según el cual discurre la manifestación de todas las cosas, y que la tradición metafísica del extremo oriente llama Tao, es decir, la “Vía“. RGSC XX

Así, en nuestro plano ( o grado de existencia ), el “círculus vital” es una verdad inmediata, y el círculo es en efecto la representación del ciclo individual humano” ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 128). RGSC XXII

No teniendo espesor, no tiene opacidad, y se le representa diáfano y transparente, es decir, que los gráficos de las evoluciones, anteriores y posteriores a su momento ( Estas evoluciones son el desarrollo de los demás estados, repartidos así en relación al estado humano; recordamos que, metafísicamente, jamás puede tratarse de “anterioridad” y de “posterioridad” más que en el sentido de un encadenamiento causal y puramente lógico, que no podría excluir la simultaneidad de todas las cosas en el “eterno presente”), se ven y se imprimen en la mirada a través de él” ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 129 — La figura esta dividida en dos partes, una oscura y la otra clara, que corresponden respectivamente a estas evoluciones anteriores y posteriores, puesto que los estados de que se trata, en comparación con el estado humano, pueden considerarse simbólicamente unos como sombríos y los otros como luminosos; al mismo tiempo, la parte oscura es el lado del yin, y la parte clara es el lado del yang, conformemente a la significación original de estos dos términos. RGSC XXII

en los diferentes estados del ser, que por lo demás deben considerarse en simultaneidad para que las diferentes espiras de hélice puedan compararse entre ellas), un elemento de hélice: toda modificación individual es esencialmente un vórtice de tres dimensiones ( NA: Es un elemento del vórtice esférico universal que hemos tratado precedentemente; siempre hay analogía y en cierto modo “proporcionalidad” ( sin que pueda haber ninguna medida común ) entre el todo y cada uno de sus elementos, incluso infinitesimales); no hay más que un solo estado humano, y no se vuelve a pasar jamás por el camino ya recorrido” ( NA: Matgioi, La Vía Metafísica, pp 131-132 ( nota ) — Esto excluye también formalmente la posibilidad de la “reencarnación”. RGSC XXII

Así, el hombre terrestre es esclavo en cuanto a su nacimiento y en cuanto a su muerte, es decir, en relación a los dos actos principales de su vida individual, a los únicos que resumen en suma su evolución especial al respecto de lo Infinito” ( Matgioi, La Vía Metafísica, pp 132-133 — “Pero, entre su nacimiento y su muerte, el individuo es libre, en la emisión y en el sentido de todos sus actos terrestres; en el “circulus vital” de la especie y del individuo, la atracción de la “Voluntad del Cielo” no se hace sentir”). RGSC XXII

Debe comprenderse bien que “los fenómenos muerte y nacimiento, considerados en sí mismos y fuera de los ciclos, son perfectamente iguales” ( NA: Matgioi, La Vía Metafísica, pp 138-139 ( nota )); se puede decir incluso que no es en realidad más que un solo y mismo fenómeno considerado bajo dos caras opuestas, es decir, desde el punto de vista de uno y otro de los dos ciclos consecutivos entre los cuales interviene. RGSC XXII

En cuanto a su valor relativo, y a causa de la inmediatez de las consecuencias, la muerte a la extremidad de un ciclo cualquiera es superior al nacimiento sobre el mismo ciclo, en todo el valor de la atracción de la “Voluntad del Cielo” sobre este ciclo, es decir, matemáticamente, en el paso de la hélice evolutiva” ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 137 — Sobre esta cuestión de la equivalencia metafísica del nacimiento y de la muerte, ver también El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap VIII y XVII ). RGSC XXII

SIGNIFICACIÓN DEL EJE VERTICAL; LA INFLUENCIA DE LA VOLUNTAD DEL CIELO De lo que precede, resulta que el paso de la hélice, elemento por el que las extremidades de un ciclo individual, cualquiera que sea, escapan al dominio propio de la individualidad, es la medida de la “fuerza atractiva de la Divinidad” ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 95). RGSC XXIII

Por consiguiente, podemos decir que, en la representación de un ser, el eje vertical es el símbolo de la “Vía Personal” ( Recordamos todavía que la “personalidad” es para nos el principio transcendente y permanente del ser, mientras que la “individualidad” no es más que una manifestación transitoria y contingente del mismo), que conduce a la Perfección, y que es una especificación de la “Vía Universal”, representada precedentemente mediante una figura esferoidal indefinida y no cerrada; con el mismo simbolismo geométrico, esta especificación se obtiene, según lo que hemos dicho, por la determinación de una dirección particular en la extensión, dirección que es la de este eje vertical ( NA: Esto acaba de precisar lo que hemos indicado ya sobre el tema RGSC XXIII

Por consiguiente, podemos decir que, en la representación de un ser, el eje vertical es el símbolo de la “Vía Personal” ( Recordamos todavía que la “personalidad” es para nos el principio transcendente y permanente del ser, mientras que la “individualidad” no es más que una manifestación transitoria y contingente del mismo), que conduce a la Perfección, y que es una especificación de la “Vía Universal”, representada precedentemente mediante una figura esferoidal indefinida y no cerrada; con el mismo simbolismo geométrico, esta especificación se obtiene, según lo que hemos dicho, por la determinación de una dirección particular en la extensión, dirección que es la de este eje vertical ( NA: Esto acaba de precisar lo que hemos indicado ya sobre el tema de las relaciones de la “Vía” ( Tao ) y de la “Rectitud” ( Te )). RGSC XXIII

personalidad” es para nos el principio transcendente y permanente del ser, mientras que la “individualidad” no es más que una manifestación transitoria y contingente del mismo), que conduce a la Perfección, y que es una especificación de la “Vía Universal”, representada precedentemente mediante una figura esferoidal indefinida y no cerrada; con el mismo simbolismo geométrico, esta especificación se obtiene, según lo que hemos dicho, por la determinación de una dirección particular en la extensión, dirección que es la de este eje vertical ( NA: Esto acaba de precisar lo que hemos indicado ya sobre el tema de las relaciones de la “Vía” ( Tao ) y de la “Rectitud” ( Te )). RGSC XXIII

los demás bajo la relación de que se trata; sería menester entonces poder evaluar, en el caso preciso en el que uno se hubiera colocado ( admitiendo que haya lugar efectivamente a colocarse ahí, lo que, en todo caso, está fuera del punto de vista de la metafísica pura ), el valor del paso de la hélice; pero, “nosotros no conocemos el valor esencial de este elemento geométrico, porque no tenemos actualmente consciencia de los estados cíclicos por donde pasamos, y porque no podemos medir pues la altura metafísica que nos separa hoy de aquella de la cual salimos” ( NA: Matgioi, La Vía Metafísica, pp 137-138 ( nota )). RGSC XXIII

No se dice que la cosa sea imposible, ya que es fácilmente comprehensible; pero no lo es para las facultades de la presente humanidad” ( NA: Matgioi, La Vía Metafísica, p 96 — En esta última cita, hemos introducido algunas modificaciones, pero sin alterar su sentido, para aplicar a cada ser lo que se decía del Universo en su conjunto. ” RGSC XXIII

Observemos todavía de pasada, y simplemente para indicar, como lo hacemos cada vez que se presenta la ocasión para ello, la concordancia que existe entre todas las tradiciones, que, según lo que acabamos de exponer sobre la significación del eje vertical, se podría dar una interpretación metafísica de la palabra bien conocida del Evangelio según la cual el Verbo ( o la “Voluntad del Cielo” en acción ) es ( en relación a nosotros ) “La Vía, la Verdad y la Vida” ( NA: A fin de prevenir todo error posible, dadas las confusiones habituales en el occidente moderno, tenemos que especificar que aquí se trata exclusivamente de una interpretación metafísica, y de ningún modo de una interpretación religiosa; entre estos dos puntos de vista, hay toda la diferencia que existe, en el islamismo, entre la haqiqah ( metafísica y esotérica ) y la shariyah ( social y exotérica )). RGSC XXIII

Si retomamos por un instante nuestra representación “microcósmica” del comienzo, y si consideramos sus tres ejes de coordenadas, la “Vía” ( especificada al respecto del ser considerado ) será representada, como aquí, por el eje vertical; de los dos ejes horizontales, uno representará entonces la “Verdad”, y el otro la “Vida”. RGSC XXIII

Mientras que la “Vía” se refiere al “Hombre Universal”, al cual se identifica el “Sí mismo”, la “Verdad” se refiere aquí al hombre intelectual, y la “Vida” al hombre corporal ( aunque este último término sea también susceptible de una cierta transposición ) ( NA: Estos tres aspectos del hombre ( de los que, hablando propiamente, solo los dos últimos son “humanos” ) son designados respectivamente en la tradición hebraica por los términos de Adam, de Aish y de Enosh); de estos dos últimos, que pertenecen uno y otro al dominio de un mismo estado particular, es decir, a un mismo grado de la Existencia universal, el primero debe RGSC XXIII

Por otra parte, puesto que la “cólera” está en oposición directa a la “gracia”, su acción debe ejercerse también siguiendo el eje vertical, pero con el efecto inverso, haciendo que se recorra en el sentido descendente, hacia los estados inferiores ( Este descenso directo del ser siguiendo el eje vertical se representa concretamente por la “caída de los ángeles”; cuando se trata de los seres humanos, esto no puede corresponder evidentemente más que a un caso excepcional, y a un tal ser se le llama Waliyush-Shaytan, porque en cierto modo es la inversa del “Santo” o Waliyur-Rahman): es la vía “infernal” que se opone a la vía “celeste”, y estas dos vías son las dos mitades inferior y superior del eje vertical, a partir del nivel que corresponde al estado humano. RGSC XXV

la “cólera” está en oposición directa a la “gracia”, su acción debe ejercerse también siguiendo el eje vertical, pero con el efecto inverso, haciendo que se recorra en el sentido descendente, hacia los estados inferiores ( Este descenso directo del ser siguiendo el eje vertical se representa concretamente por la “caída de los ángeles”; cuando se trata de los seres humanos, esto no puede corresponder evidentemente más que a un caso excepcional, y a un tal ser se le llama Waliyush-Shaytan, porque en cierto modo es la inversa del “Santo” o Waliyur-Rahman): es la vía “infernal” que se opone a la vía “celeste”, y estas dos vías son las dos mitades inferior y superior del eje vertical, a partir del nivel que corresponde al estado humano. RGSC XXV

Si podemos tomar lo indefinido como imagen del Infinito, no podemos aplicar al Infinito los razonamientos de lo indefinido; el simbolismo desciende y no remonta” ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 99). RGSC XXVI

pasar de la línea a la superficie, que es medida por la cruz de dos dimensiones que describe el círculo indefinido que no se cierra ( o la espiral plana considerada simultáneamente en todas sus posiciones posibles ), es menester una segunda integración para pasar de la superficie al volumen, en la que la cruz de tres dimensiones, por la irradiación de su centro según todas las direcciones del espacio donde se ha situado, produce el esferoide indefinido cuya imagen nos viene dada por un movimiento vibratorio, el volumen siempre abierto en todos los sentidos que simboliza el vórtice universal de la “Vía“. RGSC XXVI

Además, en virtud de esta misma ley de armonía a la que acabamos de hacer alusión, “puesto que la hélice evolutiva es regular por todas partes y en todos sus puntos, el paso de un estado a otro se hace tan lógica y tan simplemente como el paso de una situación ( o modificación ) a otra en el interior de un mismo estado” ( Matgioi, La Vía Metafísica, pp 96-97), sin que, desde este punto de vista al menos, haya en ninguna parte del Universo la menor solución de continuidad. RGSC XXVII

La modificación, dice el sabio Shi-ping-wen, es el mecanismo que produce todos los seres; la transformación es el mecanismo en el que se absorben todos los seres” ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 76 — Para que la expresión sea correcta, sería menester reemplazar aquí por “proceso” la palabra completamente impropia de “mecanismo”, tomada bastante desafortunadamente por Matgioi a la traducción del Yi-King de Philastro). RGSC XXVII

Y recordamos siempre al dios Jano, que es representado con dos caras, y que sin embargo no tiene más que una, que no es ni una ni otra de las que podemos tocar o ver” ( Matgioi, La Vía Metafísica, pp 21-22). RGSC XXIX

lenguaje que no sean estrictamente necesarias para la claridad y la precisión de nuestra exposición; y, según una declaración que no es nuestra, pero que podemos hacer enteramente nuestra, “nos repugna cargar a la metafísica con una nueva terminología, puesto que nos acordamos de que las terminologías son temas de discusiones, de errores y de descrédito; aquellos que las crean, para las necesidades aparentes de sus demostraciones, erizan con ellas incomprehensiblemente sus textos, y se atan a ellas con tanto amor que frecuentemente estas terminologías, áridas e inútiles, acaban por constituir la única novedad del sistema propuesto” ( NA: Matgioi, La Vía Metafísica, p 33 ( Nota )). RGSC XXX

Para el mundo occidental, ya no hay “Tierra Santa” que guardar, puesto que el camino que a ella conduce se ha perdido ya enteramente; ¿cuánto tiempo todavía durará esta situación, y cabe siquiera esperar que la comunicación pueda ser restablecida tarde o temprano? Es ésta una pregunta a la cual no nos corresponde dar respuesta; aparte de que no queremos arriesgar ninguna predicción, la solución no depende sino de Occidente mismo, pues solo retornando a condiciones normales y recobrando el espíritu de su tradición, si le queda aún la posibilidad, podrá ver abrirse de nuevo la vía que conduce al “Centro del Mundo”. SFCS LOS GUARDIANES DE TIERRA SANTA

Por otra parte, era también el dios de la iniciación en los misterios: initiatio deriva de in-IRE, ‘entrar’ (lo que se vincula igualmente con el simbolismo de la “puerta”), y, según Cicerón, el nombre de Jano (Ianus) tiene la misma raíz que el verbo IRE, ‘ir’; esta raíz i- se encuentra, por lo demás, en sánscrito con el mismo sentido que en latín, y en esa lengua tiene entre sus derivados la palabra yana, ‘vía‘, cuya forma está singularmente próxima a la del nombre Ianus. ” SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

Yo soy la Vía“, decía Cristo (En la tradición extremo-oriental, la palabra Tao, cuyo significado literal también es “Vía“, sirve para designar al Principio supremo, y el carácter ideográfico que la representa está formado por los signos de la cabeza y los pies, equivalentes del alfa y el omega); ¿cabe ver aquí la posibilidad de otra vinculación? Lo que acabamos de decir parece apto para justificarlo; y mucho se erraría, cuando de simbolismo se trata, si no se tomaran en consideración ciertas similitudes verbales, cuyas razones son a menudo muy profundas, aunque desgraciadamente escapan a los filólogos modernos, que ignoran todo cuanto puede legítimamente SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

Yo soy la Vía“, decía Cristo (En la tradición extremo-oriental, la palabra Tao, cuyo significado literal también es “Vía“, sirve para designar al Principio supremo, y el carácter ideográfico que la representa está formado por los signos de la cabeza y los pies, equivalentes del alfa y el omega); ¿cabe ver aquí la posibilidad de otra vinculación? Lo que acabamos de decir parece apto para justificarlo; y mucho se erraría, cuando de simbolismo se trata, si no se tomaran en consideración ciertas similitudes verbales, cuyas razones son a menudo muy profundas, aunque desgraciadamente escapan a los filólogos modernos, que ignoran todo cuanto puede legítimamente llevar el nombre de “ciencia sagrada”. SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

Son las dos mismas vías que la tradición hindú, por su parte, designa como la “vía de los dioses” (Deva-yana) y la “vía de los antepasados” (pitr-yana); y Ganesa, cuyo simbolismo tiene numerosos puntos de contacto con el de Jano, es igualmente el “Señor de las dos vías“, por consecuencia inmediata de su carácter de “Señor del Conocimiento”, lo que nos remite de nuevo a la idea de la iniciación en los misterios. SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

Por último, esas dos vías son también, en cierto sentido, al igual que las puertas por las cuales se llega a ellas, la de los cielos y la de los infiernos (En los símbolos renacentistas que acabamos de mencionar, las dos vías se designan, en esta relación, como via arcta y via lata: ‘vía estrecha’ y ‘vía ancha’); y se notará que los dos lados a los cuales corresponden, la derecha y la izquierda, son igualmente aquellos en que se distribuyen respectivamente los elegidos y los condenados en las representaciones del Juicio final, lo cual también, por una coincidencia harto significativa, se encuentra con tanta frecuencia en el portal de las iglesias, y no en cualquier otra parte del edificio (A veces parece que lo que está referido a la derecha en ciertos casos lo esté a la izquierda en otros, e inversamente; ocurre, por otra parte, que esta contradicción no sea sino aparente SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

Por último, esas dos vías son también, en cierto sentido, al igual que las puertas por las cuales se llega a ellas, la de los cielos y la de los infiernos (En los símbolos renacentistas que acabamos de mencionar, las dos vías se designan, en esta relación, como via arcta y via lata: ‘vía estrecha’ y ‘vía ancha’); y se notará que los dos lados a los cuales corresponden, la derecha y la izquierda, son igualmente aquellos en que se distribuyen respectivamente los elegidos y los condenados en las representaciones del Juicio final, lo cual también, por una coincidencia harto significativa, se encuentra con tanta frecuencia en el portal de las iglesias, y no en cualquier otra parte del edificio (A veces parece que lo que está referido a la derecha en ciertos casos lo esté a la izquierda en otros, e inversamente; ocurre, por otra parte, que esta contradicción no sea sino aparente, pues es preciso SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

La ballena, a este respecto, desempeña también el mismo papel que en otras partes desempeña el delfín, y, como éste, corresponde al signo zodiacal de Capricornio en cuanto puerta solsticial que da acceso a la “vía ascendente”; pero quizá con el Matsya-avatara es más notable la similitud, como lo muestran las consideraciones derivadas de la forma de la letra nun, sobre todo si se las relaciona con la historia bíblica del profeta Jonás. SFCS LOS MISTERIOS DE LA LETRA NUN

Por último, importa señalar que los dos “nacimientos” de que hemos hablado, siendo dos fases sucesivas de la iniciación completa, son también, por eso mismo, dos etapas por una misma vía, y que esta vía es esencialmente “axial”, como lo es igualmente, en su simbolismo, el “rayo solar” al cual nos referíamos poco antes, el cual señala la “dirección” espiritual que el ser debe seguir, elevándose constantemente, para finalmente llegar a su verdadero centro (Cf “es-siratu-l-mustaqim” (‘la vía recta’) en la tradición islámica). SFCS LA CAVERNA Y “EL HUEVO DEL MUNDO

del microcosmo, esta dirección “axial” es la de la sushumna (una “arteria” sutil), que se extiende hasta la coronilla, a partir de la cual se prolonga “extraindividualmente”, podría decirse, en el “rayo solar” mismo, recorrido remontándose hacia su fuente; a lo largo de la sushumna se encuentran los chakra, centros sutiles de la individualidad, a algunos de los cuales corresponden las diferentes posiciones del luz o “núcleo de inmortalidad” a las que nos hemos referido anteriormente, de modo que esas posiciones mismas, o el “despertar” sucesivo de los correspondientes chakra, son siempre asimilables igualmente a etapas situadas en la misma vía “axial”. SFCS LA CAVERNA Y “EL HUEVO DEL MUNDO

Por otra parte, como el “Eje del Mundo” se identifica naturalmente con la dirección vertical, que responde muy bien a la idea de vía ascendente, la abertura superior, que corresponde “microcósmicamente”, según lo hemos dicho, a la coronilla, deberá situarse normalmente, a este respecto, en el cenit de la caverna, es decir, en la sumidad de la bóveda. SFCS LA CAVERNA Y “EL HUEVO DEL MUNDO

parte, tal modo de entrada no convendría para los “grandes misterios”, pues no corresponde propiamente sino al estado inicial, que para entonces ya ha sido franqueado hace mucho; sería necesario más bien, pues, suponer que el recipiendario, entrado por esa vía subterránea para recibir la iniciación en los “pequeños misterios”, permanece luego en la caverna hasta el momento de su “tercer nacimiento”, en que sale definitivamente de ella por la abertura superior; esto es admisible teóricamente, pero de toda evidencia no es posible ponerlo en práctica de modo efectivo (En cierto sentido puede decirse que los “pequeños misterios” corresponden a la tierra (estado humano), y los “grandes misterios” al cielo (estados supraindividuales); de ahí también, en ciertos casos, una correspondencia simbólica establecida con las formas geométricas del cuadrado y del círculo (o derivadas de éstas), que en particular la tradición extremo-oriental SFCS LA SALIDA DE LA CAVERNA

En la tradición hindú, la fase “ascendente” está puesta en relación con el Deva-yana (‘vía de los dioses’), y la fase descendente con el pitr-yana (‘vía de los padres (o antepasados)’) (Véase especialmente Bhágavad-Gita, VIII, 23-26; cf L’Homme et son devenir selon le Vedanta, cap XXI Una correspondencia análoga se encuentra en el ciclo mensual, pues el período de la luna creciente está también en relación con el Deva-yana, y el de la luna menguante con el pitr-yana; puede decirse que las cuatro fases lunares corresponden, en un ciclo más restringido, a las cuatro fases solares que son las cuatro estaciones del año), lo que coincide exactamente con las designaciones de las dos puertas SFCS LAS PUERTAS SOLSTICIALES

En la tradición hindú, la fase “ascendente” está puesta en relación con el Deva-yana (‘vía de los dioses’), y la fase descendente con el pitr-yana (‘vía de los padres (o antepasados)’) (Véase especialmente Bhágavad-Gita, VIII, 23-26; cf L’Homme et son devenir selon le Vedanta, cap XXI Una correspondencia análoga se encuentra en el ciclo mensual, pues el período de la luna creciente está también en relación con el Deva-yana, y el de la luna menguante con el pitr-yana; puede decirse que las cuatro fases lunares corresponden, en un ciclo más restringido, a las cuatro fases solares que son las cuatro estaciones del año), lo que coincide exactamente con las designaciones de las dos puertas que acabamos de recordar: la “puerta de los hombres” es la SFCS LAS PUERTAS SOLSTICIALES

Es fácil comprender, entonces, que las llaves de Jano son en realidad aquellas mismas que, según la tradición cristiana, abren y cierran el “Reino de los cielos” (correspondiendo en este sentido al Deva-yana la vía por la cual se alcanza aquél) (Acerca de este simbolismo de las dos vías, cabe agregar que existe una tercera, la “vía del medio”, que conduce directamente a la “liberación”, a esta vía correspondería la prolongación superior, no trazada, de la parte vertical de la letra Y, y esto ha de ponerse además en relación con lo que se ha dicho más arriba sobre el tercer rostro (invisible) de Jano), y ello tanto más cuanto que, en otro respecto, esas dos llaves, una de oro y otra de plata, eran también, respectivamente, la de los “grandes misterios” y la de SFCS EL SIMBOLISMO SOLSTICIAL DE JANO

Es fácil comprender, entonces, que las llaves de Jano son en realidad aquellas mismas que, según la tradición cristiana, abren y cierran el “Reino de los cielos” (correspondiendo en este sentido al Deva-yana la vía por la cual se alcanza aquél) (Acerca de este simbolismo de las dos vías, cabe agregar que existe una tercera, la “vía del medio”, que conduce directamente a la “liberación”, a esta vía correspondería la prolongación superior, no trazada, de la parte vertical de la letra Y, y esto ha de ponerse además en relación con lo que se ha dicho más arriba sobre el tercer rostro (invisible) de Jano), y ello tanto más cuanto que, en otro respecto, esas dos llaves, una de oro y otra de plata, eran también, respectivamente, la de los “grandes misterios” y la de los “pequeños misterios”. SFCS EL SIMBOLISMO SOLSTICIAL DE JANO

ser en vías de liberación, cuando se han roto los vínculos que lo unían al compuesto corpóreo y psíquico humano (en tanto que jivatma) (A esto se refiere, de modo muy neto, el rito de trepanación póstuma, cuya existencia se ha comprobado en muchas sepulturas prehistóricas, y que incluso se ha conservado hasta épocas mucho más recientes entre ciertos pueblos; por otra parte, en la tradición cristiana, la tonsura de los sacerdotes, cuya forma es también la del disco solar y la del “ojo” de la cúpula, se refiere manifiestamente al mismo simbolismo ritual); y va de suyo que esta vía está exclusivamente reservada al caso del ser “cognoscente” (vid-van), para quien el “eje” se ha identificado efectivamente con el “séptimo rayo”, y que desde entonces está presto para salir definitivamente del “cosmos”, pasando “allende el Sol”. SFCS LA PUERTA ESTRECHA

en virtud de las correspondencias que existen entre éstos (De la misma manera, en el simbolismo alquímico hay correspondencia entre el proceso de la “obra al blanco” y el de la “obra al rojo”, de modo que el segundo reproduce en cierto modo al primero en un nivel superior), de modo que puede referírselo sea a un mundo determinado, sea al conjunto de la manifestación universal; y la reintegración al “estado primordial”, que por otra parte es también “adámico”, constituye como una figura de la reintegración total y final, aunque en realidad no sea aún sino una etapa en la vía que conduce a ésta. SFCS “REUNIR LO DISPERSO”

Ananda K Coomaraswamy ha señalado que, en el budismo como en el brahmanismo, la “Vía del Peregrino”, representada como un “viaje”, puede ponerse en relación de tres modos distintos con el río simbólico de la vida y la muerte: el viaje puede cumplirse, sea remontando la corriente hacia la fuente de las aguas, sea atravesando las aguas hacia la otra orilla, sea descendiendo la corriente hacia el mar (Some Pali Words, s. SFCS EL PASO DE LAS AGUAS

Si ahora se pregunta por qué uno de los términos del verdadero septenario escapa así al vulgo, la respuesta es igualmente fácil: ese término es el que corresponde al “séptimo rayo”, es decir, al rayo “central” o “axial” que pasa “a través del sol” y que, no siendo un rayo como los otros, no es representable como ellos (Con referencia al comienzo del Tao-te king, podría decirse que cada uno de los demás rayos es “una vía“‘ pero que el séptimo es “la Vía“); por eso mismo, y tambien en razón de todo el conjunto de sus conexiones simbólicas y propiamente iniciáticas, dicho término tiene un carácter particularmente misterioso; y, desde este punto de vista, podría decirse que la sustitución de que tratamos tiene por efecto disimular el misterio a los ojos de los profanos; poco importa, por lo demás, que el origen de ello haya sido intencional o se haya debido a una mala inteligencia involuntaria, lo que sin duda sería harto difícil determinar exactamente (Hemos encontrado, desgraciadamente sin referencia precisa, una indicación bastante curiosa a SFCS LOS SIETE RAYOS Y EL ARCO IRIS

Si ahora se pregunta por qué uno de los términos del verdadero septenario escapa así al vulgo, la respuesta es igualmente fácil: ese término es el que corresponde al “séptimo rayo”, es decir, al rayo “central” o “axial” que pasa “a través del sol” y que, no siendo un rayo como los otros, no es representable como ellos (Con referencia al comienzo del Tao-te king, podría decirse que cada uno de los demás rayos es “una vía“‘ pero que el séptimo es “la Vía“); por eso mismo, y tambien en razón de todo el conjunto de sus conexiones simbólicas y propiamente iniciáticas, dicho término tiene un carácter particularmente misterioso; y, desde este punto de vista, podría decirse que la sustitución de que tratamos tiene por efecto disimular el misterio a los ojos de los profanos; poco importa, por lo demás, que el origen de ello haya sido intencional o se haya debido a una mala inteligencia involuntaria, lo que sin duda sería harto difícil determinar exactamente (Hemos encontrado, desgraciadamente sin referencia precisa, una indicación bastante curiosa a este respecto: el emperador Juliano alude en SFCS LOS SIETE RAYOS Y EL ARCO IRIS

Así como el punto no es afectado por el despliegue del espacio, aunque parezca salir de sí mismo para describir en él las seis direcciones, ni la luz blanca lo es por la irradiación del arco iris, aunque parezca dividirse en él para formar los seis colores, del mismo modo el Principio no-manifestado, sin el cual la manifestación no podría ser en modo alguno, aunque parezca actuar y expresarse en la “obra de los seis días” no es empero afectado en absoluto por esa manifestación; y el “séptimo rayo” es la “Vía” por la cual el ser, habiendo recorrido el cielo de la manifestación, retorna a lo no-manifestado y se une efectivamente al Principio, del cual, empero, en la manifestación misma, jamás ha estado separado sino en modo ilusorio. SFCS LOS SIETE RAYOS Y EL ARCO IRIS

Además, al permitir el paso de un mundo a otro, paso que se efectúa necesariamente según el Eje del Universo, y ello en los dos sentidos opuestos, son la vía por la cual los Deva suben y descienden a través de estos mundos, sirviéndose de las tres “Luces universales” como de otros tantos peldaños, conforme a un simbolismo cuyo más conocido ejemplo es la “escala de Jacob” (Ver “Le Symbolisme de l’échelle” (aquí, cap LIV: “El simbolismo de la escala”). SFCS IANUA CAELI

En cuanto éste se identifica con Mrtyu o con Yama (Ver “Le ‘trou de laiguille’” (aquí, cap LV: “El ‘ojo de la aguja’”)), el Makara es el cocodrilo (sisumara o simsumari) de fauces abiertas que se sostiene “contra la corriente” y representa la vía única por la cual todo ser ha de pasar necesariamente, presentándose así como el “guardián de la Puerta” que aquél debe franquear para liberarse de las condiciones limitativas (simbolizadas también por el pasa de Váruna) que le retienen en el dominio de la existencia contingente y manifestada (Ver “Le passage des eaux” (aquí, cap LVI: “El paso de las aguas”). SFCS “KÁLA-MUKHA”

Este último caso es el del hombre ordinario, que, pasando por la muerte, debe retornar a otro estado de manifestación, mientras que el primer caso es el del ser “calificado para pasar a través del medio del Sol” (Jaiminiya-Upanishad-Brahmana, I, 6, 1), por vía del “séptimo rayo”, porque ya se ha identificado con el Sol mismo y así, a la pregunta: “quién eres tú?”, que se le formula cuan do llega a esa puerta, puede responder con verdad: “Yo soy Tú”. SFCS “KÁLA-MUKHA”

Tal estrechez hace aparecer igualmente el carácter “peligroso” de la vía de que se trata, la cual, por lo demás, es la única posible, pero no todos logran recorrerla, e inclusive muy pocos pueden recorrerla sin ayuda y por sus propios medios (Es éste privilegio exclusivo de los “héroes solares” en los mitos y cuentos donde figura el paso del puente), pues hay siempre cierto peligro en el paso de un estado a otro; pero esto se refiere sobre todo al doble sentido, “benéfico” y “maléfico”, que tiene el puente, como tantos otros símbolos, y sobre el cual hemos de volver en seguida. SFCS EL SIMBOLISMO DEL PUENTE

Recordábamos hace un momento que el eje a la vez une y separa el cielo y la tierra; del mismo modo, si el puente es real y verdaderamente la vía que une las dos orillas y permite pasar de la una a la otra, sin embargo, puede ser también, en cierto sentido, como un obstáculo colocado entre ellas, y esto nos reconduce a su carácter “peligroso”. SFCS EL SIMBOLISMO DEL PUENTE

Mientras el ser no haya llegado al mundo principial, de donde podrá luego redescender a la manifestación sin ser de ninguna manera afectado por ello, la realización no puede cumplirse, en efecto, sino en sentido ascendente; y para aquel que se apegue a la vía por la vía misma, tomando así el medio por el fin, esa vía se convertirá verdaderamente en un obstáculo en lugar de llevarlo de modo efectivo a la liberación, la cual implica una destrucción continua de los vínculos que lo ligan a los estadios recorridos ya, hasta que el eje se reduzca finalmente al punto único que lo contiene todo y que es el centro del ser total. SFCS EL SIMBOLISMO DEL PUENTE

Empero, ha de tenerse en cuenta también que las figuraciones del puente no son idénticas cuando se lo asimila al arco iris y cuando no, y, a este respecto, cabría preguntarse si entre el puente rectilíneo (Recordaremos que esta forma rectilínea y, naturalmente, vertical, es la que corresponde especialmente al sentido preciso de la expresión es-siratu-l-mustaqim (‘la vía recta’) en la tradición islámica (cf Le Symbolisme de la Croix, cap XXV)) y el puente en arco no existe, por lo menos en principio, una diferencia de significación correspondiente en cierto modo a la que hay, según hemos indicado antes, entre la escala vertical y la escalera en espiral (Ver “Le Symbolisme de l’échelle” (aquí, cap LIV: “El simbolismo de la escala”)), diferencia que es la de la vía “axial” que reconduce directamente el ser al estado principial y la vía más bien “periférica” que implica el paso distinto a través de una serie de estados jerarquizados, aunque SFCS EL PUENTE Y EL ARCO IRIS

respecto, cabría preguntarse si entre el puente rectilíneo (Recordaremos que esta forma rectilínea y, naturalmente, vertical, es la que corresponde especialmente al sentido preciso de la expresión es-siratu-l-mustaqim (‘la vía recta’) en la tradición islámica (cf Le Symbolisme de la Croix, cap XXV)) y el puente en arco no existe, por lo menos en principio, una diferencia de significación correspondiente en cierto modo a la que hay, según hemos indicado antes, entre la escala vertical y la escalera en espiral (Ver “Le Symbolisme de l’échelle” (aquí, cap LIV: “El simbolismo de la escala”)), diferencia que es la de la vía “axial” que reconduce directamente el ser al estado principial y la vía más bien “periférica” que implica el paso distinto a través de una serie de estados jerarquizados, aunque, en un caso como en el otro, la meta final sea necesariamente idéntica (El uso iniciático de la escalera en espiral se explica por la identificación de los grados de iniciación con otros tantos estados diferentes del ser puede citarse como ejemplo, en el simbolismo masónico, la escalera de caracol (winding stairs) de 15 peldaños, distribuidos en 3+5+7, que conduce a la “Cámara del Medio”. SFCS EL PUENTE Y EL ARCO IRIS

rectilínea y, naturalmente, vertical, es la que corresponde especialmente al sentido preciso de la expresión es-siratu-l-mustaqim (‘la vía recta’) en la tradición islámica (cf Le Symbolisme de la Croix, cap XXV)) y el puente en arco no existe, por lo menos en principio, una diferencia de significación correspondiente en cierto modo a la que hay, según hemos indicado antes, entre la escala vertical y la escalera en espiral (Ver “Le Symbolisme de l’échelle” (aquí, cap LIV: “El simbolismo de la escala”)), diferencia que es la de la vía “axial” que reconduce directamente el ser al estado principial y la vía más bien “periférica” que implica el paso distinto a través de una serie de estados jerarquizados, aunque, en un caso como en el otro, la meta final sea necesariamente idéntica (El uso iniciático de la escalera en espiral se explica por la identificación de los grados de iniciación con otros tantos estados diferentes del ser puede citarse como ejemplo, en el simbolismo masónico, la escalera de caracol (winding stairs) de 15 peldaños, distribuidos en 3+5+7, que conduce a la “Cámara del Medio”. SFCS EL PUENTE Y EL ARCO IRIS

N del T))); los laberintos de las iglesias, igualmente, podían recorrerse de extremo a extremo sin encontrar en ninguna parte punto de interrupción ninguno que obligara a detenerse o a rehacer el camino, de modo que constituían en realidad una vía muy larga que debía cumplirse enteramente antes de llegar al centro (Cf W R Lethaby, Architecture, Mysticism and Myth, cap VII Este autor, que era arquitecto, ha reunido en su libro un gran número de informaciones interesantes acerca del simbolismo arquitectónico, pero desgraciadamente no ha sabido ver la verdadera significación). SFCS ENCUADRES Y LABERINTOS

N del T))); y en otro lugar: “Gracias a un conocimiento convenientemente encuadrado (chie), marchamos a pie llano por la gran Vía” (Ibid, cap, LIII, misma traducción (y misma nota acerca de la edición de 1962)). SFCS ENCUADRES Y LABERINTOS

medio por el cual el ser puede alcanzar efectivamente su Principio, y en la vía misma que lo conduce a esa meta. SFCS LIGADURAS Y NUDOS

Agregaremos que la distinción entre inteligencia y amor, así entendida, tiene su correspondencia en la tradición hindú en la distinción entre el Jñanamarga (‘vía del conocimiento’) y el Bhakti-marga (‘vía de la devoción’); la alusión que acabamos de hacer a las órdenes de caballería indica, por otra parte, que la vía del amor es más particularmente apta para los kshatriya, mientras que la vía de la inteligencia o del conocimiento es, naturalmente, la que conviene sobre todo a los brahmanes; pero, en definitiva, no se trata sino de una diferencia que se refiere solo al modo de encarar el Principio, en conformidad con la diferencia de las naturalezas individuales, y que no afecta en modo alguno a la indivisible unidad del Principio mismo. SFCS EL CORAZON IRRADIANTE Y EL CORAZÓN EN LLAMAS

Así, gracias a esta pulsación regia, el hombre conserva su palabra de divinidad y opera bajo la égida de su Creador, observante de su Ley, feliz de una dicha, que le pertenece a él únicamente, de raptarse a sí mismo, apartándose de la vía secreta que lleva de su corazón al Corazón universal, al Corazón divino… Recaído al nivel de la animalidad, por superior que tenga el derecho de llamarse, el hombre ya no tiene que hacer uso sino del cerebro y sus anexos. SFCS CORAZON Y CEREBRO

como el “Éter en el corazón”, tomándose, naturalmente, para representar el Principio, el elemento primordial del cual todos los demás proceden; y este “Éter” (Akasa) es la misma cosa que el Avir hebreo, de cuyo misterio brota la luz (‘or) que realiza la extensión por su irradiación externa (Cf Le Règne de la quantité et les signes des temps, cap III), “haciendo del vacío (tohu) un algo y de lo que no era lo que es” (Es el Fiat Lux (Yehi ‘or) del Génesis, primera afirmación del Verbo divino en la obra de la Creación; vibración inicial que abre la vía al desarrollo de las posibilidades contenidas potencialmente, en estado “informe y vacío” (tohu va- bohu), en el caos originario (cf Apersus sur l’Initiation, cap XLVI)), mientras que, por una concentración correlativa con respecto a esta expansión luminosa, permanece en el interior del corazón como el yod, es decir, “el punto escondido hecho manifiesto”, uno en tres y tres en uno (Cf Le Symbolisme de La Croix, cap IV). SFCS EL GRANO DE MOSTAZA

y occidentales, que Dante hable también del “espíritu de la vida, que mora en la más secreta cámara del corazón” ( “In quello punto dico veracemente che lo spirito de la vita, lo quale dimora ne la secretissima camera de lo cuore…” (Vita Nova, 2)), es decir, precisamente en esa misma “cavidad” de que se trata en la tradición hindú; y, cosa quizás más singular aún, la expresión que emplea, “spirito de la vita”, es una traducción lo más rigurosamente literal posible del término sánscrito jivatma, del cual, sin embargo, es muy poco verosímil que haya podido tomar conocimiento por ninguna vía. SFCS EL ÉTER EN EL CORAZÓN

Puede decirse que estos radios son otros tantos turuq adaptados a los seres que están «situados» en los diferentes puntos de la circunferencia, según la diversidad de sus naturalezas individuales; es por lo que se dice que «las vías hacia Dios son tan numerosas como las almas de los hombres» (et-tu-ruqu ila Llahi Ka-nufusi bani Adam); así, las «vías» son múltiples, y tanto más diferentes entre ellas cuanto que se las considere más cerca del punto de partida sobre la circunferencia, pero la meta es una, ya que no hay más que un solo centro y una sola verdad. AEIT EL ESOTERISMO ISLÁMICO

No nos proponemos exponer al presente en detalle y de una manera completa todas las diferencias que separan en realidad los dos puntos de vista iniciático y místico, ya que solo eso requeriría todo un volumen; nuestra intención es sobre todo insistir aquí sobre la diferencia en virtud de la cual la iniciación, en su proceso mismo, presenta caracteres completamente diferentes de los del misticismo, hasta incluso opuestos, lo que basta para mostrar que se trata de dos «vías» no solo distintas, sino incompatibles en el sentido que ya hemos precisado. RGAI VÍA INICIÁTICA Y VÍA MÍSTICA

Esta distinción puede parecer ya bastante clara, puesto que muestra bien que no se podrían seguir a la vez las dos vías iniciática y mística, pero, no obstante, ella sola no podría bastar; podríamos decir incluso que no responde todavía más que al aspecto más «exotérico» de la cuestión, y, en todo caso, es demasiado incompleta en lo que concierne a la iniciación, de la que está muy lejos de incluir todas las condiciones necesarias; pero, antes de abordar el estudio de esas condiciones, todavía nos quedan que disipar algunas confusiones. RGAI VÍA INICIÁTICA Y VÍA MÍSTICA

pueda tener aplicaciones en el orden social, tanto como en no importa cuál otro orden; pero eso es otra cuestión: primeramente, esas aplicaciones contingentes no constituyen en modo alguno el fin de la iniciación, como tampoco las ciencias tradicionales secundarias constituyen la esencia de una tradición; y después, tienen en sí mismas un carácter completamente diferente de éste del que acabamos de hablar, ya que parten de principios que no tienen nada que ver con preceptos de «moral» corriente, sobre todo cuando se trata de la famosísima «moral laica», tan querida por tantos de nuestros contemporáneos, y, además, proceden por vías inaprehensibles a los profanos, en virtud de la naturaleza misma de las cosas; por consiguiente, está bastante lejos de lo que alguien llamaba un día, en términos propios, «la preocupación de vivir convenientemente». RGAI ERRORES DIVERSOS CONCERNIENTES A LA INICIACIÓN

Las formas tradicionales pueden ser comparadas a vías que van todas a una misma meta (NA: Para ser completamente exacto, convendrá agregar aquí: a condición de que sean completas, es decir, de que conlleven no solo la parte exotérica, sino también la parte esotérica e iniciática; por lo demás, la cosa es siempre así en principio, pero, de hecho, puede ocurrir que, por una suerte de degeneración, esta segunda parte esté olvidada y en cierto modo perdida), pero que, en tanto que vías, por eso no son menos distintas; es evidente que no pueden seguirse varias a la vez, y que, cuando uno se ha comprometido en una RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

Las formas tradicionales pueden ser comparadas a vías que van todas a una misma meta (NA: Para ser completamente exacto, convendrá agregar aquí: a condición de que sean completas, es decir, de que conlleven no solo la parte exotérica, sino también la parte esotérica e iniciática; por lo demás, la cosa es siempre así en principio, pero, de hecho, puede ocurrir que, por una suerte de degeneración, esta segunda parte esté olvidada y en cierto modo perdida), pero que, en tanto que vías, por eso no son menos distintas; es evidente que no pueden seguirse varias a la vez, y que, cuando uno se ha comprometido en una de ellas, conviene seguirla hasta el final sin apartarse de ella, ya que querer pasar de una a otra sería el mejor medio de no avanzar en realidad, si no incluso de correr el riesgo de extraviarse completamente. RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

No es sino aquel que ha llegado al término el que, por eso mismo, domina todas las vías, y eso porque ya no tiene que seguirlas; así pues, si hay lugar a ello, podrá practicar indistintamente todas las formas, pero precisamente porque las ha rebasado y porque, para él, están unificadas en adelante en su principio común. RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

Por lo demás, desde que esas formas están así unificadas para él, en modo alguno podría haber en eso mezcla o confusión cualquiera, lo que supone necesariamente la existencia de la diversidad como tal; y, todavía una vez más, se trata sólo de aquel que está efectivamente más allá de esta diversidad: para él, las formas ya no tienen el carácter de vías o de medios, de los cuales ya no tiene necesidad, y ya no subsisten sino en tanto que expresiones de la Verdad una, expresiones de las que es completamente legítimo servirse según las circunstancias como lo es hablar en diferentes lenguas para hacerse comprender por aquellos a quienes uno se dirige (NA: Es precisamente eso lo que significa en realidad, desde el punto de vista iniciático, lo que se llama el «don de lenguas», sobre el que volveremos de nuevo más adelante). RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

Para retomar la comparación que hemos empleado hace un momento, todas las vías, partiendo de puntos diferentes, van acercándose cada vez más, pero permaneciendo siempre distintas, hasta que desembocan en ese centro único (1 En el caso de una forma tradicional devenida e incompleta como lo explicábamos más atrás, se podría decir que la vía se encuentra cortada en un cierto punto antes de alcanzar el centro, o, quizás más exactamente todavía, que es impracticable de hecho a partir de ese punto, que marca el paso del dominio exotérico al dominio esotérico); pero, vistas desde el centro mismo, ya no son en realidad sino otros tantos radios que emanan de él y por RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

de una forma tradicional devenida e incompleta como lo explicábamos más atrás, se podría decir que la vía se encuentra cortada en un cierto punto antes de alcanzar el centro, o, quizás más exactamente todavía, que es impracticable de hecho a partir de ese punto, que marca el paso del dominio exotérico al dominio esotérico); pero, vistas desde el centro mismo, ya no son en realidad sino otros tantos radios que emanan de él y por los cuales él está en relación con los puntos múltiples de la circunferencia (NA: Entiéndase bien que, desde este punto de vista central, las vías que, como tales, no son practicables hasta el final, así como acabamos de decirlo en la nota precedente, no constituyen en modo alguno una excepción). RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

Estos dos sentidos, inverso uno del otro, según los cuales las mismas vías pueden ser consideradas, corresponden muy exactamente a lo que son los puntos de vista respectivos del que está «en camino» hacia el centro y del que ha llegado a él, y cuyos estados, precisamente, son frecuentemente descritos así, en el simbolismo tradicional, como los del «viajero» y del «sedentario». RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

Por lo demás, el choque de las influencias psíquicas hay que temerle más particularmente, por una parte, como consecuencia del empleo de los ritos más exteriores, es decir, de aquellos que pertenecen al lado exotérico de las diferentes tradiciones, puesto que es evidentemente bajo este aspecto sobre todo como éstas se presentan como exclusivas las unas de las otras, siendo la divergencia de las vías tanto mayor cuanto más lejos del centro se consideran; y, por otra parte, aunque eso pueda parecer paradójico a quien no reflexione sobre ello suficientemente, la oposición es entonces tanto más violenta cuantos más caracteres comunes tengan las tradiciones a las que se hace llamada, como, por ejemplo, en el caso de aquellas que revisten exotéricamente la forma religiosa propiamente dicha, ya que cosas que son muy diferentes, no entran en conflicto entre ellas sino difícilmente, debido al hecho de esta diferencia misma; en este dominio como en todo otro, no puede haber lucha sino a condición de colocarse sobre RGAI CONTRA LA MEZCLA DE LAS FORMAS TRADICIONALES

Todo esto permite entrever algunas posibilidades de acción de los centros espirituales, fuera incluso de los medios que pueden considerarse como normales, y eso sobre todo cuando las circunstancias son, ellas también, anormales, queremos decir, en condiciones tales que no permiten ya el empleo de vías más directas y de una regularidad más visible. RGAI DE LOS CENTROS INICIÁTICOS

Si volvemos de nuevo a la consideración de los casos normales, debemos decir todavía esto para evitar todo equívoco sobre lo que precede: al hacer alusión a algunas oposiciones, no tenemos en vista en modo alguno las vías múltiples que pueden estar representadas por otras tantas organizaciones iniciáticas especiales, ya sea en correspondencia con formas tradicionales diferentes, o ya sea en una misma forma tradicional. RGAI DE LOS CENTROS INICIÁTICOS

Esta multiplicidad se hace necesaria por el hecho mismo de las diferencias de naturaleza que existen entre los individuos, a fin de que cada uno pueda encontrar aquello que, siéndole conforme, le permitirá desarrollar sus propias posibilidades; si la meta es la misma para todos, los puntos de partida están indefinidamente diversificados, y son comparables a la multitud de los puntos de una circunferencia, desde donde parten otros tantos radios que desembocan todos en el centro único, y que son así la imagen de las vías mismas de las que se trata. RGAI DE LOS CENTROS INICIÁTICOS

Por lo demás, puesto que el fin es necesariamente el mismo para todo lo que tiene el mismo principio, es en los medios empleados para llegar a él donde reside exclusivamente lo que es propio a cada ser, considerado en los límites de la función especial que es determinada para él por su naturaleza individual, y que, cualquiera que sea, debe considerarse como un elemento necesario del orden universal y total; y, por la naturaleza misma de las cosas, esta diversidad de las vías particulares subsiste en tanto que el dominio de las posibilidades individuales no es efectivamente rebasado. RGAI DE LA ENSEÑANZA INICIÁTICA

Preferimos limitarnos, ya que es eso lo más «instructivo» desde nuestro punto de vista, a mostrar los errores implícitos en la idea directriz misma, errores que el autor debe manifiestamente a sus vínculos anteriores, de suerte que, en suma, no hace más que contribuir a extender y a acreditar las opiniones de aquellos de los que cree haber devenido adversario, y que continua tomando por la iniciación lo que ellos le han presentado como tal, pero lo que no es realmente más que una de las vías que pueden servir para preparar muy eficazmente a agentes o instrumentos para la contrainiciación. RGAI INICIACIÓN Y «PASIVIDAD»

Sabemos bien que se podrá objetar a eso que algunas vías iniciáticas conllevan una sumisión más o menos completa a un gurú; pero esta objeción no es en modo alguno válida, primeramente porque en eso se trata de una sumisión consentida de pleno grado, no de una sujeción que se impone sin saberlo el discípulo; y después porque el gurú es siempre perfectamente conocido por el discípulo, que está en relación real y directa con él, y que no es un personaje desconocido que se manifiesta «en astral», es decir, toda fantasmagoría aparte, que actúa por una suerte de influencia «telepática» para enviar sugestiones sin que el discípulo que las recibe RGAI INICIACIÓN Y «PASIVIDAD»

que está por todas partes», de suerte que las descripciones que a veces se han dado de ellos no pueden ser entendidas más que simbólicamente; y es también por lo que permanecen necesariamente desconocidos por los profanos entre los que viven, exteriormente semejantes a ellos, aunque enteramente diferentes de ellos en realidad, porque sus únicos signos distintivos son puramente interiores y no pueden ser percibidos más que por aquellos que han alcanzado el mismo desarrollo espiritual, de suerte que su influencia, que está vinculada más bien a una «acción de presencia» que a una actividad exterior cualquiera, se ejerce por vías que son totalmente incomprehensibles para el común de los hombres. RGAI EL DON DE LENGUAS

cierto que hoy día ya nadie sabe lo que podía ser la astrología antigua, y que aquellos mismos que han intentado reconstituirla no han llegado más que a verdaderas falsificaciones, ya sea queriendo hacer de ella el equivalente de una ciencia experimental moderna, con intervención de las estadísticas y del cálculo de las probabilidades, lo que procede de un punto de vista que no podía ser de ninguna manera el de la antigüedad o el de la edad media, o ya sea aplicándose exclusivamente a restaurar un «arte adivinatorio» que apenas fue más que una desviación de la astrología en vías de desaparición, y donde, todo lo más, se podría ver una aplicación muy inferior y bastante poco digna de consideración, así como todavía es posible constatarlo en las civilizaciones orientales. CMM CAPÍTULO IV

Únicamente cuando las ciencias están constituidas así, su enseñanza puede seguir un orden inverso: en cierto modo son como «ilustraciones» de la doctrina pura, que pueden hacerla más fácilmente accesible a algunos espíritus; y, por eso mismo de que conciernen al mundo de la multiplicidad, la diversidad casi indefinida de sus puntos de vista puede convenir a la diversidad no menor de las aptitudes individuales de esos espíritus, cuyo horizonte está todavía limitado a ese mismo mundo de la multiplicidad; las vías posibles para alcanzar el conocimiento pueden ser extremadamente diferentes en el grado más bajo, y después van unificándose cada vez más a medida que se llega a estadios más elevados. CMM CAPÍTULO IV

Valli, es que es de aquellos que, verdaderamente, merecen llamar la atención, y, si hemos señalado sobre todo las lagunas, es porque así podíamos indicarle a él o a otros nuevas vías de investigación susceptibles de completar felizmente los resultados alcanzados. RGEC EL LENGUAJE SECRETO DE DANTE Y DE LOS «FIELES DE AMOR»

Ya hemos indicado que tales organizaciones estuvieron, en el siglo XIII, es decir, en la época misma de Mohyiddin, en relaciones con las Órdenes de caballería, y, para nos, es por eso por lo que se explica la transmisión constatada; si ello fuera de otro modo, y si Dante hubiera conocido a Mohyiddin por vías «profanas», ¿por qué no le habría nombrado nunca, de la misma manera que nombra a los filósofos exotéricos del Islam, Avicena y Averroes? (Inferno, IV, 143-144). RGED CAPÍTULO V

Estas dos vías son también, en un sentido, la de los Cielos y la de los Infiernos; y se observará que los dos lados a los cuales ellas corresponden, la derecha y la izquierda, son aquellos donde se reparten los elegidos y los condenados en las representaciones del juicio final, que, ellas también, por una coincidencia bien significativa, se encuentran tan frecuentemente en el portal de las iglesias. EMS III: ACERCA DE ALGUNOS SÍMBOLOS HERMÉTICO-RELIGIOSOS

En efecto, en la Roma antigua, los Collegia fabrorum tributaban un culto especial a Jano, en cuyo honor celebraban las dos fiestas solsticiales, correspondientes a la apertura de las dos mitades ascendente y descendente del ciclo zodiacal, es decir de aquellos puntos del año, que, en el simbolismo astronómico al cual ya nos hemos referido, representan las puertas de las dos vías celeste e infernal (Janua Coeli y Janua Inferni). EMS V: A PROPÓSITO DE LOS SIGNOS CORPORATIVOS Y DE SU SENTIDO ORIGINAL

Ahora bien, para comprender esto, es menester recordar que los dos puntos de vista, vishnuita y shivaita, que corresponden a dos grandes vías que convienen a seres de naturaleza diferente, toman cada uno, como soporte para elevarse hacia el Principio supremo, uno de los dos aspectos divinos, complementarios en cierto modo, a los cuales deben los mismos sus designaciones respectivas, y transponen este aspecto de tal modo que le identifican al Principio mismo, considerado sin ninguna restricción y más allá de toda determinación o especificación cualesquiera. RGEH ATMA-GÎTA (Publicado en VJ, en marzo de 1930)

Es así que lo que en el comienzo podía ser asido de inmediato y sin dificultad en el principio mismo, los hombres de las épocas posteriores no supieron verlo en él de igual modo, a parte de los casos excepcionales, y fue menester suplir ese defecto general de comprensión mediante un detalle de explicaciones y de comentarios que hasta ese entonces no habían sido de ningún modo necesarias; además, las aptitudes para llegar directamente al puro conocimiento pues que devenían cada vez más raras, hacían menester abrir otra “vías” que pusieran en obra medios de más en más contingentes, siguiendo en cierto modo, para remediar el mismo en la manera de lo posible, el “descenso” que se efectuaba de edad en edad en el recorrido del ciclo de la humanidad terrestre. RGEH EL QUINTO VÊDA (NA: Publicado en E T, de agosto-septiembre de 1937)

Podríase igualmente establecer una aproximación con las dos vías que los Pitagóricos representaban por la letra Y, y que bajo una forma exotérica estaban simbolizadas por el mito de Hércules entre la Virtud y el Vicio; con las dos puertas celeste e infernal, que, entre los latinos, estaban asociadas al simbolismo de Janus; con las dos fases cíclicas ascendente y descendente que, entre los hindúes, se vinculaban semejantemente al simbolismo de Ganesha. FTCC «La Qabbalah Judía»

Puesto así en la posición vertical, el vajra representa la «Vía del Medio» (que es también, como se verá más adelante, la «Vía del Cielo»); pero también puede estar inclinado de un lado o de otro, y entonces estas dos posiciones corresponden a las «vías» tántricas de derecha y de izquierda (dakshina-marga y vama-marga), pudiendo esta derecha y esta izquierda, por otra parte, ser puestas en relación con los puntos equinocciales, de igual modo en que lo alto y lo bajo lo están con los puntos solsticiales (NA: Se encuentra a veces, en el simbolismo tibetano, una figura formada de dos vajras cruzados, que es evidentemente un equivalente del swastika; las cuatro puntas corresponden entonces exactamente a las cuatro llaves del swastika clavijero); evidentemente habría mucho que decir sobre todo esto, pero, para no alejarnos mucho de nuestro tema, nos contentaremos aquí con estas pocas RGGT «SOLVE» Y «COAGULA»

el Brahma-randhra (representado por el punto donde el mástil del carro sale del palio, o el pilar central del stupa de la cúpula), y, en el orden «macrocósmico», al «rayo solar» llamado igualmente sushumna y con el que esta arteria está en comunicación constante; las dos corrientes contrarias de la fuerza cósmica tiene como correspondencia en el ser humano, como ya lo hemos dicho, las dos nadis de la derecha y de la izquierda, ida y pingala (cf El Hombre y su devenir según el Vedanta, cap XX) — Se podría hacer también una aproximación con la distinción de las dos «vías» tántricas de la derecha y de la izquierda de las que hemos hablado a propósito del vajra, y que, siendo representadas por una simple inclinación del símbolo axial en un sentido o en el otro, aparecen así como no siendo en realidad más que especificaciones secundarias de la «Vía del Medio»). RGGT EL «WANG» O EL REY-PONTÍFICE

“Esta retirada o este abandono de la forma corporal ( tal como se ha descrito hasta aquí ) es por lo demás común al pueblo ignorante ( avidwan ) y al Sabio contemplativo ( vidwan ), hasta el punto donde comienzan para uno y para el otro sus vías respectivas ( y en adelante diferentes ); y la inmortalidad ( amrita, no obstante sin que se obtenga desde entonces la Unión inmediata con el Supremo Brahma ) es el fruto de la simple meditación ( upasana, cumplida durante la vida sin haber sido acompañada por una realización efectiva de los estados superiores del ser ), mientras las trabas individuales, que resultan de la ignorancia ( avidya ), todavía no pueden ser completamente destruidas” ( Brahma-Sutras, 4 Adhyaya, 2 Pada, sutras 1 a 7). HDV XVIII

Estás son las dos Vías permanentes, una clara, la otra obscura, del mundo manifestado ( jagat ); por una no hay retorno ( de lo no manifestado a lo manifestado ); por la otra se vuelve de nuevo atrás ( a la manifestación )” ( Bhagavad-Gita, VIII, 23 a 26). HDV XXI

El oriental, incluso salido de las vías normales de su intelectualidad, no puede vivir sin una tradición o algo que ocupe su lugar, e intentaremos hacer comprender después todo lo que es para él la tradición bajo sus diversos aspectos; por lo demás, esa es una de las causas profundas de su desprecio hacia el occidental, que se presenta muy frecuentemente a él como un ser desprovisto de todo lazo tradicional. IGEDH Dificultades lingüísticas

Se puede sostener, ciertamente, que ese era el precio del progreso material hacía el que el mundo occidental ha tendido exclusivamente desde entonces, ya que hay vías de desarrollo que son inconciliables; pero, sea como sea, era verdaderamente, a nuestro juicio, pagar muy caro ese progreso tan ensalzado. IGEDH Principios de unidad de las civilizaciones orientales

Esa es evidentemente, sobre el plano religioso, la concepción católica de la virtud del «sacramento»; es también, metafísicamente, el principio de algunas vías de realización de las que diremos algunas palabras después, y es lo que nos ha permitido hablar de ritos propiamente metafísicos. IGEDH Simbolismo y antropomorfismo

Cada uno, para colocarse, como lo hemos indicado, en el punto de vista que se adapta mejor a sus propias posibilidades, podrá acordar naturalmente la preponderancia a una u otra de estas funciones, y sobre todo, en razón de la simetría al menos aparente, de las dos funciones complementarias de Vishnu y de Shiva: de ahí, la distinción del «vishnuismo» y del «shivaismo», que no son «sectas» como lo entienden los occidentales, sino sólo vías de realización diferentes, por lo demás igualmente legítimas y ortodoxas. IGEDH Shivaismo y Vishnuismo

Los Brahma-sutras, cuyo texto es de una extrema concisión, han dado lugar a numerosos comentarios, entre los cuales los de Shankaracharya y de Ramanuja son con mucho los más importantes; estos dos comentarios son rigurosamente ortodoxos tanto uno como el otro, a pesar de sus aparentes divergencias, que no son en el fondo más que diferencias de adaptación: el de Shankaracharya representa más especialmente la tendencia shaiva, y el de Ramanuja la tendencia vaishnava; las indicaciones generales que hemos dado a este respecto nos dispensarán de desarrollar al presente esta distinción, que recae sólo en las vías que tienden hacia una meta idéntica. IGEDH El Vedanta

Únicamente, a pesar de todas las excusas que se pueden encontrar así a la actitud de los orientalistas, por eso no es menos evidente que los pocos resultados válidos a los que sus trabajos han podido llevar, bajo ese punto de vista especial de la erudición que es el suyo, están muy lejos de compensar el daño que pueden hacer a la intelectualidad general, al obstruir todas las demás vías que podrían conducir mucho más lejos a aquellos que fueran capaces de seguirlas: dados los prejuicios del Occidente moderno, para desviar de tales vías a casi todos aquellos que estarían tentados de comprometerse en ellas, basta declarar solemnemente que eso «no es científico», porque no se conforma a los métodos y a las teorías aceptadas y enseñadas oficialmente en las universidades. IGEDH El orientalismo oficial

Esta subordinación aparece a la vez respecto del orden jerárquico y del orden del Conocimiento, puesto que el personaje misterioso es presentado como detentador de la ciencia más transcendente (literalmente: «la ciencia de Nuestra Casa», es decir, de Allah) y puesto que Moisés pide solamente a dicho personaje que le enseñe una «porción» de la enseñanza que detenta — (NA: Nota de Jean Reyor)), y que está fuera de lo que se podría llamar la jurisdicción del «Polo» (NA: El-Qutb), que comprende solamente las vías regulares habituales de la iniciación. IRE A PROPÓSITO DEL VINCULAMIENTO INICIÁTICO

De hecho, para Sri Ramakrishna, se trataba sólo de «verificar» en cierto modo, por una experiencia directa, la validez de las diferentes «vías» representadas por esas tradiciones a las que se asimiló temporalmente; ¿qué hay ahí que pueda recordar de cerca o de lejos a una «conversión» cualquiera? De una manera completamente general, podemos decir que quienquiera que tiene una consciencia de la unidad de las tradiciones, ya sea por una comprensión simplemente teórica o con mayor razón por una realización efectiva, es necesariamente, por eso mismo, «inconvertible»; por otra parte, él es el único que lo sea verdaderamente, puesto que los demás, a este respecto, siempre pueden estar más o menos a merced de las circunstancias contingentes. IRE A PROPÓSITO DE «CONVERSIONES»

caso de lo que se llama «visión intelectual», que es de un orden mucho más «interior», y a la cual no alcanzan más que los místicos que se pueden decir superiores, hasta tal punto que parece que sea eso en cierto modo la conclusión y como la meta misma de su realización; ¿pero rebasan efectivamente por eso los místicos en cuestión el dominio individual? Es en eso en lo que consiste en el fondo todo el planteamiento, ya que es solo eso lo que, dejando subsistir en todo caso la diferencia de los medios que caracterizan respectivamente a las dos vías iniciática y mística, podría justificar, en cuanto a su meta, una cierta asimilación como la que acabamos de mencionar. IRE CONTEMPLACIÓN DIRECTA Y CONTEMPLACIÓN POR REFLEJO

Eso debería bastar para mostrar que las dos vías no tienden realmente al mismo fin, puesto que una de ellas se detiene en lo que no representa para la otra más que una etapa secundaria; y además, incluso en ese grado, hay una gran diferencia, puesto que, en uno de los dos casos, es un reflejo lo que se contempla en cierto modo en sí mismo y por sí mismo, mientras que, en el otro, este reflejo no se toma sino como el punto de conclusión de los rayos cuya dirección será menester seguir para remontar, a partir de ahí, hasta la fuente misma de la Luz. IRE CONTEMPLACIÓN DIRECTA Y CONTEMPLACIÓN POR REFLEJO

Ya hemos insistido frecuentemente sobre el hecho de que, si la meta última de toda iniciación es esencialmente una, sin embargo es necesario que las vías que permiten alcanzarla sean múltiples, a fin de adaptarse a la diversidad de las condiciones individuales; en eso, en efecto, es menester no considerar solo el punto de llegada, que es siempre el mismo, sino también el punto de partida, que es diferente según los individuos. IRE DOCTRINA Y MÉTODO

Por lo demás, no hay que decir que estas vías múltiples tienden a unificarse a medida que se acercan a la meta, y que, incluso antes de llegar a ella, hay un punto a partir del cual las diferencias individuales ya no pueden intervenir de ninguna manera; y no es menos evidente que su multiplicidad, que no afecta en nada a la unidad de la meta, tampoco podría afectar a la unidad fundamental de la doctrina, que, en realidad, no es otra cosa que la de la verdad misma. IRE DOCTRINA Y MÉTODO

A la multiplicidad de los turuq en la iniciación islámica corresponde exactamente, en la tradición hindú, la de las vías del Yoga, de las cuales se habla a veces como de otros tantos Yogas distintos, aunque este empleo del plural sería completamente impropio si se tomara la palabra en su sentido estricto, sentido que designa la meta en sí misma; este empleo del plural no se justifica más que por la extensión usual de la misma denominación a los métodos o a los procedimientos que se ponen en obra para alcanzar esta meta; y, en todo rigor, sería más correcto decir que no hay más que un Yoga, pero que hay múltiples margas o vías que conducen a su realización IRE DOCTRINA Y MÉTODO

tradición hindú, la de las vías del Yoga, de las cuales se habla a veces como de otros tantos Yogas distintos, aunque este empleo del plural sería completamente impropio si se tomara la palabra en su sentido estricto, sentido que designa la meta en sí misma; este empleo del plural no se justifica más que por la extensión usual de la misma denominación a los métodos o a los procedimientos que se ponen en obra para alcanzar esta meta; y, en todo rigor, sería más correcto decir que no hay más que un Yoga, pero que hay múltiples margas o vías que conducen a su realización. IRE DOCTRINA Y MÉTODO

A este respecto, hemos constatado, en algunos occidentales una equivocación verdaderamente singular: de la constatación de esta multiplicidad de vías, pretenden concluir la inexistencia de una doctrina única e invariable, e incluso la inexistencia de toda doctrina en el Yoga; confunden así, por inverosímil que eso pueda parecer, la cuestión de la doctrina y la cuestión del método, que son cosas de orden totalmente diferente. IRE DOCTRINA Y MÉTODO

Los orientales, y más generalmente todos los pueblos que tienen una civilización tradicional, han ignorado siempre lo que los occidentales modernos decoran con el nombre de «tolerancia», y que no es realmente más que la indiferencia a la verdad, es decir, algo que no puede concebirse más que allí donde la intelectualidad está totalmente ausente; que los occidentales se jacten de esta «tolerancia», como de una virtud, ¿no es eso un indicio contundente del grado de bajeza a donde les ha llevado renegar de la tradición? Se sabe que la tradición hindú distingue tres «vías» (margas) que son respectivamente las de Karma, de Bhakti, y de Jnana; no vamos a volver de nuevo sobre la definición de estos términos, que debemos suponer suficientemente conocida de nuestros lectores; pero precisaremos ante todo que, desde que se corresponden a tres formas de Yoga, eso implica esencialmente que todos tienen o son susceptible de tener una significación de orden propiamente iniciático (NA: Decimos «son susceptibles de tener» porque pueden tener también un sentido exotérico, pero es evidente que éste no está en causa cuando se trata del Yoga; naturalmente, el sentido iniciático es en suma como una transposición IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Por otra parte, es menester comprender bien que toda distinción de este género tiene siempre forzosamente un cierto carácter «esquemático» y un poco teórico, ya que, de hecho, las «vías» varían indefinidamente para convenir a la diversidad de las naturalezas individuales, e, incluso en una clasificación muy general como esa, no puede ser cuestión más que de una predominancia de uno de los elementos de que se trata en relación a los otros, sin que éstos puedan ser excluidos nunca enteramente. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Esto confirma plenamente lo que decíamos de la correspondencia con los gunas: en estas condiciones, la vía «jnanica» no puede convenir evidentemente más que a los seres en los que predomina la tendencia ascendente de sattwa, y que, por eso mismo, están predispuestos a apuntar directamente a la realización de los estados superiores más bien que a entretenerse en un desarrollo detallado de las posibilidades individuales; por el contrario, las otras dos vías hacen llamada primero a elementos propiamente individuales, aunque sea para transformarlos finalmente en algo que pertenece a un orden superior, y esto es conforme a la naturaleza de rajas, que es la tendencia que produce la expansión del ser en el nivel mismo de la individualidad, la cual, es menester no olvidarlo, está constituida por el conjunto de los elementos psíquico y corporal. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Estas consideraciones nos llevan a considerar todavía otra relación, la que existe, de una manera general, entre los tres margas y las tres castas «dos veces nacidas»; por lo demás, es fácil comprender que debe haber una tal relación, puesto que la distinción de las castas no es otra cosa en principio que una clasificación de los seres humanos según sus naturalezas individuales, y puesto que es precisamente por conveniencia con la diversidad de esas naturalezas por lo que existe una pluralidad de vías. IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

La única diferencia notable está en la proporción más o menos grande, según las condiciones de tiempo y de lugar, de los hombres que pertenecen a cada una de estas categorías y que, por consiguiente, si están calificados para recibir una iniciación, serán susceptibles de seguir una u otra de las vías correspondientes (NA: Para no complicar inútilmente nuestra exposición, no hacemos intervenir aquí la consideración de las anomalías que, en la época actual y sobre todo en occidente, resultan de la «mezcla de las castas», de la dificultad siempre creciente de determinar exactamente la verdadera naturaleza de cada hombre, y del hecho de que la mayoría no desempeña ya la función que convendría realmente a su propia naturaleza); y, en los casos más extremos, puede ocurrir que alguna de estas vías deje de existir prácticamente en un medio dado, una vez que ha devenido insuficiente para permitir el mantenimiento de una IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

y que, por consiguiente, si están calificados para recibir una iniciación, serán susceptibles de seguir una u otra de las vías correspondientes (NA: Para no complicar inútilmente nuestra exposición, no hacemos intervenir aquí la consideración de las anomalías que, en la época actual y sobre todo en occidente, resultan de la «mezcla de las castas», de la dificultad siempre creciente de determinar exactamente la verdadera naturaleza de cada hombre, y del hecho de que la mayoría no desempeña ya la función que convendría realmente a su propia naturaleza); y, en los casos más extremos, puede ocurrir que alguna de estas vías deje de existir prácticamente en un medio dado, una vez que ha devenido insuficiente para permitir el mantenimiento de una forma iniciática distinta el número de aquellos que serían aptos para seguirla (NA: Señalamos incidentemente que esto puede obligar a aquellos que están todavía calificados para esta vía a «refugiarse», si es permisible expresarse así, en organizaciones que practican otras formas iniciáticas que primitivamente no estaban hechas para ellos, inconveniente que, por lo demás, puede ser atenuado por una cierta «adaptación» efectuada en el interior de esas organizaciones mismas). IRE LAS TRES VÍAS Y LAS FORMAS INICIÁTICAS

Pero hay otra cosa que es mucho más importante de considerar aquí, puesto que en eso ya no se trata de hechos excepcionales de los cuales podría decirse con razón que no hay lugar a tenerlos en cuenta prácticamente, sino más bien de vías perfectamente normales: es que existen formas de iniciación que, por su constitución misma, no implican en modo alguno que alguien deba desempeñar en ellas la función de un Guru en el sentido propio de esta palabra, y este caso es sobre todo el de algunas formas en las que el trabajo colectivo tiene un lugar preponderante, y donde el papel del Guru es desempeñado entonces, no por un individuo humano, sino por una influencia espiritual efectivamente presente en el curso de ese trabajo (NA: A este respecto hay que destacar que, incluso en algunas formas iniciáticas donde la función del IRE SOBRE EL PAPEL DEL GURU

Pensamos aquí concretamente en algunos casos que se encuentran bastante frecuentemente en las formas orientales del cristianismo (donde por lo demás, es bueno anotarlo, el misticismo mismo no tiene exactamente la misma significación que en su forma occidental): en efecto, «la hagiografía oriental conoce vías de santificación extrañas e insólitas, como la de los “locos en Cristo”, que cometen actos extravagantes para ocultar sus dones espirituales a los ojos del entorno bajo la apariencia horrible de la locura, o más bien para liberarse de los lazos de este mundo en su expresión más íntima y más molesta para el espíritu, la de nuestro “yo social”» (NA: Vladimir Lossky, Ensayo sobre la Teología mística de la Iglesia de Oriente, página 17). IRE LOCURA APARENTE Y SABIDURÍA OCULTA

Es evidente que ello no puede ser mas que la consecuencia de una incomprensión de ciertas verdades tradicionales, precisamente aquellas que se refieren a los aspectos o a los atributos divinos; tal incomprensión es siempre posible en individuos aislados y más o menos numerosos, pero su generalización, correspondiendo a un extremo estado de degeneración de una forma tradicional en vías de desaparición, ha sido sin duda de hecho mucho más extraña de lo que de ordinario se cree. RGM MONOTEÍSMO Y ANGELOLOGÍA)

En efecto, si la iniciación tiene esencialmente el objetivo de superar las posibilidades del individuo humano, no es menos cierto que como punto de partida sólo puede tomar a este individuo tal como es; de ahí la diversidad de las vías iniciáticas, es decir, en suma, de los medios utilizados como “soportes”, de acuerdo con las diferencias de las naturalezas individuales; interviniendo estas diferencias tanto menos cuanto que el ser avance más en su camino. RGM LA INICIACION Y LOS OFICIOS

que, por lo demás, la relación de causalidad que existe entre ellas implica su simultaneidad; de modo que en tanto que se considere esta primera diferenciación bajo el aspecto de la sucesión, es decir, en modo temporal, la distancia que resulta (como mediadora entre el punto principial y su reflexión exterior, en el supuesto de estar el primero situado inmediatamente con respecto al segundo) (Esta localización implica ya, por otra parte, una primera reflexión (que precede a aquella que hemos considerado), pero con la cual el punto principial se identifica (determinándose) para ser el centro efectivo de la extensión en vías de realización, y por la cual se refleja, consecuentemente, en todos los restantes puntos (puramente virtuales con respecto a él) de esta extensión, que es su campo de manifestación) puede ser considerada como midiendo la amplitud del movimiento vibratorio elemental del que hablábamos anteriormente. RGM LAS CONDICIONES DE LA EXISTENCIA CORPORAL

Si hay desacuerdo, se puede estar seguro que el error está forzosamente del lado de la ciencia profana, no pudiendo los datos tradicionales ser objeto de ninguna duda para cualquiera que comprenda su verdadera naturaleza; si por el contrario hay acuerdo, tanto mejor para esta ciencia, pero para ella solamente, pues eso muestra que ha llegado, aunque por vías muy desviadas e inciertas, a alcanzar la verdad sobre algunos puntos particulares. RGM LA CIENCIA PROFANA ANTE LAS DOCTRINAS TRADICIONALES?

Para aquellos que saben que hay otra cosa y que persisten en dar a las palabras su verdadera significación, no es de «progreso intelectual» de lo que puede tratarse en nuestra época, sino al contrario de decadencia, o mejor todavía de decadencia intelectual; y, porque hay vías de desarrollo que son incompatibles, ese es precisamente el pago del «progreso material», el único cuya existencia es un hecho real en el curso de los últimos siglos: progreso científico si se quiere, pero en una acepción extremadamente limitada, y progreso industrial aún mucho más que científico. RGOO CIVILIZACIÓN Y PROGRESO

Por consiguiente, ausencia completa del conocimiento metafísico, negación de todo otro conocimiento que el científico, limitación arbitraria del conocimiento científico mismo a algunos dominios particulares con exclusión de los demás, éstos son caracteres generales del pensamiento propiamente moderno; he aquí hasta qué grado de bajeza intelectual ha llegado el Occidente, desde que salió de las vías que son normales al resto de la humanidad. RGOO LA SUPERSTICIÓN DE LA CIENCIA

Según toda verosimilitud, éste sería el único medio de ahorrar a Occidente los peligros muy reales que no son aquellos en los que se piensa, y que le amenazarán cada vez más si persiste en seguir sus vías actuales; y éste sería también el único medio de salvar de la civilización occidental, en el momento justo, todo lo que pueda ser conservado, es decir, todo aquello que pueda tener de ventajoso bajo algunos aspectos y de compatible con la intelectualidad normal, en lugar de dejarla desaparecer totalmente en algunos de esos cataclismos cuya posibilidad indicábamos al comienzo del presente capítulo, sin que, por lo demás, queramos arriesgar en esto la menor predicción. RGOO TERRORES QUIMÉRICOS Y PELIGROS REALES

Así, la comprehensión de las civilizaciones orientales podría contribuir a reconducir a Occidente a las vías tradicionales fuera de las cuales se ha marginado desconsideradamente, mientras que, por otro lado, el retorno a esta tradición realizaría por sí mismo un acercamiento efectivo con Oriente: éstas son dos cosas que están íntimamente ligadas, de cualquier manera que se las considere, y que nos parecen igualmente útiles, e incluso necesarias. RGOO TERRORES QUIMÉRICOS Y PELIGROS REALES

En esas condiciones, Occidente no puede salir de los límites donde se ha encerrado; y como, en el interior de esos límites más allá de los cuales ya no hay verdaderamente nada para él, continúa hundiéndose sin cesar en las vías materiales y sentimentales que le alejan siempre cada vez más de la intelectualidad, es evidente que su divergencia con Oriente no puede más que acentuarse. RGOO TENTATIVAS INFRUCTUOSAS

Si la meta es siempre la misma, hay muchas vías diferentes para alcanzarla, o, más bien, para acercarse a ella, ya que, desde que se ha llegado al dominio transcendente de la metafísica, toda diversidad se desvanece; entre todas esas vías, es menester escoger la que conviene mejor a los espíritus a los que se dirige. RGOO EL ACUERDO SOBRE LOS PRINCIPIOS

a Occidente, uno no puede dirigirse más que a lo que ha conservado una existencia efectiva; no se trata de hacer arqueología, y las cosas que consideramos aquí no tienen nada que ver con entretenimientos de eruditos; si el conocimiento de la antigüedad puede jugar un papel en esto, no es más que en la medida en que ayude a comprender verdaderamente algunas ideas, y en que aporte también la confirmación de esa unidad doctrinal donde se encuentran todas las civilizaciones, a excepción únicamente de la civilización moderna, que, al no tener ni doctrina ni principios, está fuera de las vías normales de la humanidad. RGOO ENTENDIMIENTO Y NO FUSIÓN

Que la creencia en la «civilización» esté más o menos debilitada en gentes que no hace mucho no se hubieran atrevido a discutirla, que el «cientificismo» esté actualmente en declive en algunos medios, son circunstancias que quizás puedan ayudarnos un poco, porque de ello resulta una suerte de incertidumbre que permite a los espíritus comprometerse sin tanta resistencia a vías diferentes; pero eso es todo lo que nos es posible decir al respecto, y las tendencias nuevas que hemos constatado hasta aquí no son más alentadoras que las que intentan suplantar. RGOO CONCLUSIÓN

Se podría establecer igualmente una aproximación con las dos vías que los Pitagóricos figuraban por la letra Y, y que representaba bajo una forma exotérica el mito de Hércules entre la Virtud y el Vicio; con las dos puertas celeste e infernal que, en los Latinos, estaban asociadas al simbolismo de Janus; con las dos fases cíclicas ascendente y descendente (Se trata de las dos mitades del ciclo zodiacal, que se encuentra representado frecuentemente en el pórtico de las iglesias de la edad media con una disposición que le da manifiestamente la misma significación) que, en los Hindúes, se vinculan igualmente al simbolismo de Ganesha (Todos los símbolos que enumeramos RGRM CAPÍTULO III

directa a la “gracia”, su acción debe ejercerse también siguiendo el eje vertical, pero con el efecto inverso, haciendo que se recorra en el sentido descendente, hacia los estados inferiores ( Este descenso directo del ser siguiendo el eje vertical se representa concretamente por la “caída de los ángeles”; cuando se trata de los seres humanos, esto no puede corresponder evidentemente más que a un caso excepcional, y a un tal ser se le llama Waliyush-Shaytan, porque en cierto modo es la inversa del “Santo” o Waliyur-Rahman): es la vía “infernal” que se opone a la vía “celeste”, y estas dos vías son las dos mitades inferior y superior del eje vertical, a partir del nivel que corresponde al estado humano. RGSC XXV

No es está subversión mucho más peligrosa aún que una simple negación, y se creerá que exageramos al decir que contribuye a preparar las vías a una verdadera “contratradición”, destinada a servir de vehículo a esa “espiritualidad al revés” de la cual, hacia el fin del actual ciclo, el “reino del Anticristo” ha de señalar el triunfo aparente y pasajero? En los preliminares de un estudio sobre “La Théodicée de la Kabbale” ( (Ibíd., SFCS TRADICIÓN E “INCONSCIENTE”

Nos complace señalar esta coincidencia, que por lo demás no nos sorprende, pues ya ha ocurrido harto a menudo que Charbonneau-Lassay y nosotros hayamos llegado, independientemente y por diferentes vías, a las mismas conclusiones acerca de muchos puntos concernientes al simbolismo”)). SFCS EL TRIPLE RECINTO DRUÍDICO

Tenemos un ejemplo en la fundación de ciudades según el rito recibido por los romanos de los etruscos: la orientación estaba señalada por dos vías ortogonales: el cardo, dirigido de sur a norte, y el decumanus, de oeste a este; en las extremidades de ambas vías estaban las puertas de la ciudad, que se encontraban así ubicadas exactamente en los cuatro puntos cardinales. SFCS EL ZODIACO Y LOS PUNTOS CARDINALES

Se ve aparecer aquí otra significación de las caras de Jano: él es el “Señor de las dos vías” a las cuales dan acceso las dos puertas solsticiales; esas dos vías, la de izquierda y la de derecha (pues se encuentra aquí ese otro simbolismo que señalábamos antes), representadas por los pitagóricos con la letra Y (Este antiguo símbolo se ha mantenido hasta época bastante reciente: lo hemos encontrado, en particular, en el pie de imprenta de Nicolas du Chemin, diseñado por Jean Cousin, en Le Champ fleuri de Geoffroy Tory (París, 1529), donde se lo designa con, el nombre de “letra pitagórica”; y también en el museo del Louvre, en diversos muebles del Renacimiento), y figuradas también, en SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

Se ve aparecer aquí otra significación de las caras de Jano: él es el “Señor de las dos vías” a las cuales dan acceso las dos puertas solsticiales; esas dos vías, la de izquierda y la de derecha (pues se encuentra aquí ese otro simbolismo que señalábamos antes), representadas por los pitagóricos con la letra Y (Este antiguo símbolo se ha mantenido hasta época bastante reciente: lo hemos encontrado, en particular, en el pie de imprenta de Nicolas du Chemin, diseñado por Jean Cousin, en Le Champ fleuri de Geoffroy Tory (París, 1529), donde se lo designa con, el nombre de “letra pitagórica”; y también en el museo del Louvre, en diversos muebles del Renacimiento), y figuradas también, en forma exotérica, por el mito de Hércules entre la virtud y el SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

Por último, esas dos vías son también, en cierto sentido, al igual que las puertas por las cuales se llega a ellas, la de los cielos y la de los infiernos (En los símbolos renacentistas que acabamos de mencionar, las dos vías se designan, en esta relación, como via arcta y via lata: ‘vía estrecha’ y ‘vía ancha’); y se notará que los dos lados a los cuales corresponden, la derecha y la izquierda, son igualmente aquellos en que se distribuyen respectivamente los elegidos y los condenados en las representaciones del Juicio final, lo cual también, por una coincidencia harto significativa, se encuentra con tanta SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

Por último, esas dos vías son también, en cierto sentido, al igual que las puertas por las cuales se llega a ellas, la de los cielos y la de los infiernos (En los símbolos renacentistas que acabamos de mencionar, las dos vías se designan, en esta relación, como via arcta y via lata: ‘vía estrecha’ y ‘vía ancha’); y se notará que los dos lados a los cuales corresponden, la derecha y la izquierda, son igualmente aquellos en que se distribuyen respectivamente los elegidos y los condenados en las representaciones del Juicio final, lo cual también, por una coincidencia harto significativa, se encuentra con tanta frecuencia en el portal de las iglesias, y no en cualquier otra parte del edificio (A veces parece que lo que está referido a la derecha en ciertos casos lo esté a la izquierda en otros, e SFCS ALGUNOS ASPECTOS DEL SIMBOLISMO DE JANO

pero parece, al contrario, haber sido “polar” en el antiguo ritual “operativo”, según el cual el “trono de Salomón” estaba además situado a occidente y no a oriente); podría decirse, pues, con mayor precisión aún, que la “puerta de los dioses” está situada al norte y vuelta hacia el este, que se considera siempre como el lado de la luz y de la vida, y que la “puerta de los hombres” está situada al sur y vuelta hacia el oeste, que, análogamente, se considera como el lado de la sombra y la muerte; y así quedan exactamente determinadas las dos vías permanentes, la una clara, la otra oscura, del mundo manifestado; por la una, no hay retorno (de lo no-manifestado a lo manifestado); por la otra, se vuelve atrás (a la manifestación) (Bhágavad-Gita, VIII, 26. SFCS LAS PUERTAS SOLSTICIALES

Puede observarse que la “claridad” y la “oscuridad”, que caracterizan respectivamente a estas dos vías, corresponden exactamente a los dos principios complementarios, yang y yin, de la tradición extremo-oriental). SFCS LAS PUERTAS SOLSTICIALES

En cuanto a la puerta del mediodía, es la “salida del cosmos”, y, por consiguiente, a través de ella se efectúa el “ascenso” de los seres en vías de liberación; Homero no dice expresamente si se puede también descender por esta puerta, pero ello no es necesario, ya que, al designarla como la entrada de los dioses”, indica suficientemente cuáles son los “descensos” excepcionales que se efectúan por ella, conforme a lo que hemos explicado en nuestro estudio anterior. SFCS EL SIMBOLISMO DEL ZODIACO ENTRE LOS PITAGORICOS

Como las puertas solsticiales dan acceso, según lo hemos dicho anteriormente, a las dos mitades, ascendente y descendente, del ciclo zodiacal, que en ellas tienen sus puntos de partida respectivos, Jano, a quien ya hemos visto aparecer como el “Señor del triple tiempo” (designación que se aplica también a Siva en la tradición hindú), es también, por lo dicho, el “Señor de las dos vías“, esas dos vías, de derecha y de izquierda, que los pitagóricos representaban con la letra Y (Es lo que se figuraba también, en forma exotérica y “moralizada”, el mito de Hércules entre la Virtud y el Vicio, cuyo simbolismo se ha conservado en el sexto arcano del Tarot. SFCS EL SIMBOLISMO SOLSTICIAL DE JANO

Este punto es el orificio llamado Brahma-randhra, por el cual escapa el espíritu del ser en vías de liberación, cuando se han roto los vínculos que lo unían al compuesto corpóreo y psíquico humano (en tanto que jivatma) (A esto se refiere, de modo muy neto, el rito de trepanación póstuma, cuya existencia se ha comprobado en muchas sepulturas prehistóricas, y que incluso se ha conservado hasta épocas mucho más recientes entre ciertos pueblos; por otra parte, en la tradición cristiana, la tonsura de los sacerdotes, cuya forma es también la del disco solar y la del “ojo” de la cúpula, se refiere manifiestamente al mismo simbolismo ritual); y va de suyo que esta vía está exclusivamente SFCS LA PUERTA ESTRECHA

Verbo que se expresa por los cuatro Evangelios; es de notar que, en esta interpretación, los Evangelios deben considerarse como correspondientes a cuatro puntos de vista (puestos simbólicamente en relación con los “cuadrantes” del espacio), cuya reunión es necesaria para la expresión integral del Verbo, así como las cuatro escuadras que forman la cruz se unen por sus vértices), está constituida por cuatro escuadras con los vértices vueltos hacia el centro; la cruz está formada por esas escuadras mismas o, más exactamente, por el espacio vacío que dejan entre sus lados paralelos, el cual representa en cierto modo las cuatro vías que parten del centro o se dirigen a él, según se las recorra en uno u otro sentido. SFCS El-ARKAN