círculo (RG)

Valli relaciona respectivamente a las tres virtudes teologales y a las cuatro cardinales; lo que llevaría a pensar que esta interpretación debe ser exacta es sobre todo la justa aplicación, en esta disposición, del sentido vertical y del sentido horizontal con relación a la vida contemplativa y a la activa o a la autoridad espiritual y al poder temporal que rigen una y otra, a lo que corresponden estos dos grupos de virtudes, que un círculo oblicuo, completando la figura (NA: y formando con los demás el número 8 que es el del equilibrio), religa en una perfecta armonía bajo la irradiación de la «doctrina del amor». ( RGEC EL LENGUAJE SECRETO DE DANTE Y DE LOS «FIELES DE AMOR»

que fue según Dante el primer nombre de Dios: designa propiamente la «Unidad divina» (NA: y además es por eso por lo que este nombre es primero la unidad de la esencia, precediendo necesariamente a la multiplicidad de los atributos); en efecto, no solamente ella es el equivalente de la iod hebrea, hieroglifo del Principio y en sí misma principio de todas las demás letras del alfabeto, y cuyo valor numérico 10 se refiere a la unidad (NA: es la unidad desarrollada en el cuaternario: 1+2+3+4=10, o el punto central que produce por su expansión el círculo de la manifestación universal); no solamente la letra I representa la unidad en la numeración latina, en razón de su forma rectilínea, que es la más simple de todas las formas geométricas (NA: siendo el punto «sin forma»), sino que incluso en la lengua china, la palabra i significa «unidad», y Tai-i es la «Gran unidad», que está representada simbólicamente como residiendo en la estrella polar, lo cual está lleno de significado pues, volviendo a la letra I de los alfabetos occidentales, apercibimos que, siendo una recta vertical, es por ello mismo adecuada para simbolizar el «Eje del Mundo», cuya RGEC «FIELES DE AMOR» Y «CORTES DE AMOR»

El Infierno es anunciado en las dos leyendas por signos idénticos: tumulto violento y confuso, ráfagas de fuego… La arquitectura del Infierno dantesco está calcada sobre la del Infierno musulmán: los dos son una gigantesca tolva formada por una serie de pisos, de grados o escalones circulares que descienden gradualmente hasta el fondo de la tierra; cada uno de ellos encierra una categoría de pecadores, cuya culpabilidad y cuya pena se agravan a medida que los mismos habitan un círculo más hundido. RGED CAPÍTULO V

esfera… Lo mismo que Beatriz se desvanece ante San Bernardo para guiar a Dante en las últimas etapas, de igual modo Gabriel abandona a Mohammed cerca del trono de Dios a donde será atraído por una guirnalda luminosa… La apoteosis final de las dos ascensiones es la misma: los dos viajeros, elevados hasta la presencia de Dios, nos describen a Dios como un foco de luz intensa, rodeado de nueve círculos concéntricos formados por las filas cerradas de innumerables espíritus angélicos que emiten rayos luminosos; una de las filas circulares más próximas del foco es la de los Querubines; cada círculo rodea al círculo inmediatamente inferior, y los nueve giran sin tregua alrededor del centro Divino… Los pisos infernales, los cielos astronómicos, los círculos de la rosa mística, los coros angélicos que rodean el foco de la Luz divina, los tres círculos que simbolizan la trinidad de personas, están tomados palabra a palabra por el poeta florentino a Mohyiddin ibn Arabi (A Cabaton, «la Divine Comédie» et l’Islam, en la Revue de l’Histoire des Religions, 1920; este artículo contiene un resumen del trabajo de M Asín Palacios)». RGED CAPÍTULO V

que Beatriz se desvanece ante San Bernardo para guiar a Dante en las últimas etapas, de igual modo Gabriel abandona a Mohammed cerca del trono de Dios a donde será atraído por una guirnalda luminosa… La apoteosis final de las dos ascensiones es la misma: los dos viajeros, elevados hasta la presencia de Dios, nos describen a Dios como un foco de luz intensa, rodeado de nueve círculos concéntricos formados por las filas cerradas de innumerables espíritus angélicos que emiten rayos luminosos; una de las filas circulares más próximas del foco es la de los Querubines; cada círculo rodea al círculo inmediatamente inferior, y los nueve giran sin tregua alrededor del centro Divino… Los pisos infernales, los cielos astronómicos, los círculos de la rosa mística, los coros angélicos que rodean el foco de la Luz divina, los tres círculos que simbolizan la trinidad de personas, están tomados palabra a palabra por el poeta florentino a Mohyiddin ibn Arabi (A Cabaton, «la Divine Comédie» et l’Islam, en la Revue de l’Histoire des Religions, 1920; este artículo contiene un resumen del trabajo de M Asín Palacios)». RGED CAPÍTULO V

El número 22 está ligado al 7 por la relación 22/7, que es la expresión aproximada de la relación de la circunferencia con el diámetro, de suerte que el conjunto de estos dos números representa el círculo, que es la figura más perfecta para Dante como para los Pitagóricos (y todas las divisiones de cada uno de los tres mundos tienen esta forma circular); además, 22 reúne los símbolos de dos de los «movimientos elementales» de la física aristotélica: el movimiento local, representado por 2, y el de la alteración, representado por 20, como Dante mismo lo explica en el Convito (El tercer «movimiento elemental», el del acrecentamiento, es representado por el número 1000; y la suma de los tres números simbólicos es 1022, que los «sabios de Egipto», al decir de Dante, consideraban como el número RGED CAPÍTULO VII

920, al que se vinculan inmediatamente por la división geométrica del círculo; y esta división misma es también una aplicación de los números cíclicos); así pues, ese es el fenómeno fundamental en la aplicación astronómica de las leyes cíclicas, y, por consiguiente, el punto de partida natural de todas las transposiciones analógicas a las que estas mismas leyes pueden dar lugar. RGED CAPÍTULO VIII

La figura así obtenida es el signo, es decir, el símbolo alquímico del reino mineral (Este símbolo es uno de los que se refieren a la división cuaternaria del círculo, cuyas aplicaciones analógicas son casi innumerables); coronado de una cruz, es el «globo del mundo», jeroglífico de la Tierra y emblema del poder imperial (Cf Oswald Wirth, le Symbolisme hermétique dans ses rapports avec lAlchimie et la Franc-Masonnerie, pp 19 y 70-71). RGED CAPÍTULO VIII

Para representar esta segunda fase, es menester pues prolongar el radio más allá del centro, de manera que se complete el diámetro vertical; se tiene entonces la figura del círculo dividido por una cruz, es decir el signo ?, que es el símbolo hermético del reino vegetal. RGED CAPÍTULO VIII

Se puede ver en ello la predominancia respectiva de las dos tendencias adversas, tamas y sattwa, que hemos definido precedentemente: la primera se manifiesta en todas las fuerzas de contracción y de condensación, la segunda en todas las fuerzas de expansión y de dilatación; y encontramos también, a este respecto, una correspondencia con las propiedades opuestas del calor y del frío, puesto que la primera dilata los cuerpos, mientras que la segunda los contrae; por eso es por lo que el último círculo del Infierno está congelado. RGED CAPÍTULO VIII

Ya nos hemos explicado suficientemente sobre esto al establecer la distinción del Infinito y de lo indefinido, pero podemos hacer intervenir aquí una figuración geométrica de la que todavía no hemos hablado: en un plano horizontal cualquiera, los confines de lo indefinido están marcados por el círculo límite al cual algunos matemáticos han dado la denominación, por lo demás absurda, de «recta del infinito» ( Esta denominación viene de que un círculo cuyo radio crece indefinidamente tiene por límite una recta; y, en geometría analítica, la ecuación del círculo límite de que se trata, y que es el lugar de todos los puntos del plano indefinidamente alejados del centro ( origen de las coordenadas ), se reduce efectivamente a una ecuación del primer grado como la de una recta), y este círculo no está cerrado en ninguno de sus puntos, puesto que es un círculo máximo ( sección por un plano EMS LOS CONFINES DE LO INDEFINIDO

Ya nos hemos explicado suficientemente sobre esto al establecer la distinción del Infinito y de lo indefinido, pero podemos hacer intervenir aquí una figuración geométrica de la que todavía no hemos hablado: en un plano horizontal cualquiera, los confines de lo indefinido están marcados por el círculo límite al cual algunos matemáticos han dado la denominación, por lo demás absurda, de «recta del infinito» ( Esta denominación viene de que un círculo cuyo radio crece indefinidamente tiene por límite una recta; y, en geometría analítica, la ecuación del círculo límite de que se trata, y que es el lugar de todos los puntos del plano indefinidamente alejados del centro ( origen de las coordenadas ), se reduce efectivamente a una ecuación del primer grado como la de una recta), y este círculo no está cerrado en ninguno de sus puntos, puesto que es un círculo máximo ( sección por un plano diametral ) del esferoide indefinido cuyo despliegue comprende la integralidad de la extensión, que representa la totalidad del ser ( Ver Le Symbolisme de la Croix EMS LOS CONFINES DE LO INDEFINIDO

Ya nos hemos explicado suficientemente sobre esto al establecer la distinción del Infinito y de lo indefinido, pero podemos hacer intervenir aquí una figuración geométrica de la que todavía no hemos hablado: en un plano horizontal cualquiera, los confines de lo indefinido están marcados por el círculo límite al cual algunos matemáticos han dado la denominación, por lo demás absurda, de «recta del infinito» ( Esta denominación viene de que un círculo cuyo radio crece indefinidamente tiene por límite una recta; y, en geometría analítica, la ecuación del círculo límite de que se trata, y que es el lugar de todos los puntos del plano indefinidamente alejados del centro ( origen de las coordenadas ), se reduce efectivamente a una ecuación del primer grado como la de una recta), y este círculo no está cerrado en ninguno de sus puntos, puesto que es un círculo máximo ( sección por un plano diametral ) del esferoide indefinido cuyo despliegue comprende la integralidad de la extensión, que representa la totalidad del ser ( Ver Le Symbolisme de la Croix, cap XX ). EMS LOS CONFINES DE LO INDEFINIDO

todavía no hemos hablado: en un plano horizontal cualquiera, los confines de lo indefinido están marcados por el círculo límite al cual algunos matemáticos han dado la denominación, por lo demás absurda, de «recta del infinito» ( Esta denominación viene de que un círculo cuyo radio crece indefinidamente tiene por límite una recta; y, en geometría analítica, la ecuación del círculo límite de que se trata, y que es el lugar de todos los puntos del plano indefinidamente alejados del centro ( origen de las coordenadas ), se reduce efectivamente a una ecuación del primer grado como la de una recta), y este círculo no está cerrado en ninguno de sus puntos, puesto que es un círculo máximo ( sección por un plano diametral ) del esferoide indefinido cuyo despliegue comprende la integralidad de la extensión, que representa la totalidad del ser ( Ver Le Symbolisme de la Croix, cap XX ). EMS LOS CONFINES DE LO INDEFINIDO

indefinido están marcados por el círculo límite al cual algunos matemáticos han dado la denominación, por lo demás absurda, de «recta del infinito» ( Esta denominación viene de que un círculo cuyo radio crece indefinidamente tiene por límite una recta; y, en geometría analítica, la ecuación del círculo límite de que se trata, y que es el lugar de todos los puntos del plano indefinidamente alejados del centro ( origen de las coordenadas ), se reduce efectivamente a una ecuación del primer grado como la de una recta), y este círculo no está cerrado en ninguno de sus puntos, puesto que es un círculo máximo ( sección por un plano diametral ) del esferoide indefinido cuyo despliegue comprende la integralidad de la extensión, que representa la totalidad del ser ( Ver Le Symbolisme de la Croix, cap XX ). EMS LOS CONFINES DE LO INDEFINIDO

Si consideramos ahora, en su plano, las modificaciones individuales partidas de un ciclo cualquiera exterior al centro ( es decir, sin identificación con éste según el radio centrípeto ) y propagándose indefinidamente en modo vibratorio, su llegada al círculo límite ( según el radio centrífugo ) corresponde a su máximo de dispersión, pero, al mismo tiempo, es necesariamente el punto de detención de su movimiento centrífugo. EMS LOS CONFINES DE LO INDEFINIDO

Este, incluso en el sentido físico, es verdaderamente el “Corazón del Mundo” al que él ilumina y vivifica: “¡Oh tú, cuya figura es un círculo deslumbrante, que es el Corazón del Mundo!”, dice Proclo en su Himno al Sol. EMS VII: EL CORAZÓN IRRADIANTE Y EL CORAZÓN EN LLAMAS

La representación más sencilla de la idea que acabamos de formular es el punto en el centro del círculo (fig 1): el punto es el emblema del Principio, y el circulo el del Mundo. EMS VIII: LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

El punto en el centro del círculo se ha tomado también, probablemente desde una época muy antigua, como una figura del sol, porque éste es verdaderamente, en el orden físico, el Centro o el “Corazón del Mundo”, como hemos explicado recientemente (abril de 1926); y esa figura ha permanecido hasta nuestros días como signo astrológico y astronómico usual del sol. EMS VIII: LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

Aquí, la forma más sencilla es la que presenta solamente cuatro radios que dividen la circunferencia en partes iguales, es decir, dos diámetros ortogonales que forman una cruz en el interior del círculo (fig 2). EMS VIII: LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

Sobre otra cara hay todavía un símbolo que no es menos interesante: es una figura de ocho radios, circunscrita con un cuadrado, en lugar de serlo por un círculo como la rueda; luego esta figura es totalmente comparable a lo que es, en el tipo de seis radios, la que ocupa el ángulo superior del pabellón británico (véase noviembre de 1925, p 395) y que debe ser parecidamente de origen céltico. EMS X: EL OMPHALOS, SÍMBOLO DEL CENTRO

Ese Corazón, está emplazado en el centro del círculo planetario y del círculo zodiacal, que representan respectivamente la indefinidad de los espacios y la de los tiempos; ¿no hay ahí una similitud flagrante con el “Santo Palacio” de la Qabbalah, situado también en el centro de los espacios y de los tiempos, y que es efectivamente, según los términos mismos de Clemente de Alejandría, el “Corazón del Universo”? Pero eso no es todo, y hay, en esta misma figura, algo que es quizá aún más extraño, y que diremos seguidamente. EMS XI: EL CORAZÓN DEL MUNDO EN LA KÁBALA HEBREA

La división del Manvantara se efectúa pues siguiendo la fórmula 10=4+3+2+1, que es, en sentido inverso, la de la Tetraktis pitagórica: 1+2+3+4=10; esta última fórmula corresponde a lo que el lenguaje del hermetismo occidental llama la «circulatura del cuadrado», y la otra corresponde al problema inverso de la «cuadratura del círculo», que expresa precisamente la relación del fin del ciclo con su comienzo, es decir, la integración de su desarrollo total; hay ahí todo un simbolismo a la vez aritmético y geométrico, que no podemos más que indicar todavía de pasada para no alejarnos demasiado de nuestro sujeto principal. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

Si la duración del Manvantara es 4320, las de los cuatro Yugas serán respectivamente 1728, 1296, 864 y 432; pero, ¿por qué número será menester multiplicar estos para obtener la expresión de esas duraciones en años? Es fácil destacar que todos los números cíclicos están en relación directa con la división geométrica del círculo: Así, 4320 = 360 x 12; nada hay por lo demás de arbitrario o de puramente convencional en esta división, ya que, por razones que relevan de la correspondencia que existe entre la aritmética la geometría, es normal que la misma se efectúe siguiendo múltiplos de 3, 9, 12, mientras que la duración decimal es la que conviene propiamente a la línea recta. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

320 x 6; el hecho de que se reencuentren para la precesión de los equinoccios los números ligados a la división del círculo es por lo demás todavía una prueba del carácter verdaderamente natural de esta última; pero la cuestión que aquí se plantea ahora es ésta: ¿Qué múltiplo o submúltiplo del periodo astronómico en cuestión corresponde realmente a la duración del Manvantara? El periodo que aparece lo más frecuentemente en las diferentes Tradiciones, a decir verdad, es quizás menos el mismo el mismo de la precesión de los equinoccios que su mitad: Es en efecto ésta la que corresponde concretamente a lo que era el «gran año» de los Persas y de los Griegos, evaluado frecuentemente por aproximación en 12. FTCC ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA DOCTRINA DE LOS CICLOS CÓSMICOS

si se le agregan también las Tradiciones que, un poco por todas partes, asimilan simbólicamente el Sol mismo al fruto del «Árbol de la Vida» (Ver El Simbolismo de la Cruz, cap IX ), se comprenderá quizás la relación especial que tiene la influencia solar con el hermetismo, en tanto que éste, como los «misterios menores» de la antigüedad, tiene por meta esencial la restauración del «estado primordial» humano: ¿No es la «Ciudadela solar» de los Rosa-Cruz la que debe «descender del cielo a la tierra», al fin del ciclo, bajo la forma de la «Jerusalén celeste», realizando la «cuadratura del círculo» según la medida perfecta de la «caña de oro»? Lo que hemos dicho sobre algunas empresas «pseudo-iniciáticas» puede hacer comprender fácilmente las razones por las cuales estamos poco tentado a abordar cuestiones tocantes, más o menos directamente, a la antigua Tradición egipcia. FTCC HERMES

– Cosa bastante curiosa, el escudo de los Estados Unidos figura la Pirámide truncada, encima de la cual hay un triángulo radiante que, aún estando separado, e incluso aislado por el círculo de nubes que le rodea, parece en cierto modo reemplazar a la cúspide; pero hay también es ese escudo del cual algunas organizaciones «pseudo-iniciáticas» buscan por otra parte sacar partido de una manera algo sospechosa, otros detalles que son por lo menos bizarros: Así, el número de las basas de la Pirámide, que en el escudo en cuestión es de trece, se dice que corresponde al de las tribus de Israel (contando separadamente las dos semitribus de los hijos de José), y esto no carece quizás de relación del todo con los orígenes reales de ciertas divagaciones contemporáneas sobre la FTCC LA TUMBA DE HERMES

6) (NA: En esta figura, representamos el término superior (el Cielo) por un círculo y el término inferior (la Tierra) por un cuadrado, lo que es, como se verá, conforme a los datos de la tradición extremo oriental; en cuanto al término mediano (el Hombre), lo representamos por una cruz, puesto que, como lo hemos expuesto en otra parte, ésta es el símbolo del «Hombre Universal» (cf El Simbolismo de la Cruz)). RGGT DIFERENTES GÉNEROS DE TERNARIOS

en todos los grados de mayor o menor extensión en que un tal ciclo puede ser considerado), al ir desde su polo superior que es el Cielo a su polo inferior que es la Tierra (o lo que los representa desde un punto de vista relativo, si no se trata más que de un ciclo particular), puede ser considerada como partiendo de la forma menos «especificada» de todas, que es la esfera, para concluir en la que es al contrario la más «fijada», y que es el cubo (NA: En la geometría de tres dimensiones, la esfera corresponde naturalmente al círculo y el cubo al cuadrado); y se podría decir también que la primera de estas dos formas tiene un carácter eminentemente «dinámico» y que la segunda tiene un carácter eminentemente «estático», lo que corresponde todavía a lo activo y a lo pasivo. RGGT CIELO Y TIERRA

Por lo demás, se puede vincular de una cierta manera esta representación a la precedente, si se considera en ésta la línea horizontal como la huella de una superficie plana (cuya parte «medida» será un cuadrado (NA: Es menester aproximar a esto el hecho de que, en los símbolos de algunos grados masónicos, la abertura del compás, cuyos brazos corresponden a los lados laterales del triángulo de la figura 7, mide un cuarto del círculo, cuya cuerda es el lado del cuadrado inscrito)), y la línea vertical como el radio de una superficie hemisférica, que encuentra el plano terrestre según la línea del horizonte. RGGT CIELO Y TIERRA

Se dice también que el Cielo, que envuelve o abarca a todas las cosas, presenta al Cosmos una cara «ventral», es decir, interior, y la Tierra, que las soporta, presenta una cara «dorsal», es decir, exterior (NA: Esta asimilación aparecería como inmediatamente evidente en una lengua tal como el árabe, donde el vientre es el-batn, y lo interior el-baten, la espalda es ez-zahr y lo exterior ez-zaher); esto es fácil de ver con la simple inspección de la figura adjunta, donde el Cielo y la tierra, naturalmente, están representados respectivamente por un círculo y un cuadrado concéntricos (NA: Fig. RGGT CIELO Y TIERRA

9) (NA: Esta figura se coloca habitualmente en el centro de los ocho trigramas dispuestos circularmente), símbolo que ya hemos estudiado en otra parte desde el punto de vista donde representa más particularmente el «círculo del destino individual» (NA: El Simbolismo de la Cruz, cap XXII — A este respecto, la parte yin y la parte yang representan respectivamente la huella de los estados inferiores y el reflejo de los estados superiores en relación a un estado dado de la existencia, tal como el estado individual humano, lo que concuerda estrictamente con lo que indicábamos hace un momento sobre la relación del encadenamiento de los ciclos con la consideración del yin como anterior al yang). RGGT «YIN» Y «YANG»

Los dos símbolos son equivalentes, y uno puede ser considerado como una simple modificación del otro; pero la doble espiral indica además la continuidad entre los ciclos; se podría decir también que representa las cosas bajo un aspecto «dinámico», mientras que los círculos concéntricos las representan bajo un aspecto más bien «estático» (NA: Bien entendido, eso no impide que el círculo represente por sí mismo un aspecto «dinámico» relativamente al cuadrado, así como lo hemos dicho más atrás; la consideración de los dos puntos de vista «dinámico» y «estático» implica siempre, por su correlación misma, una cuestión de relaciones — Si, en lugar de considerar el conjunto de la manifestación universal, uno se limitara a un mundo, es decir, al estado que corresponde al plano de la figura supuesta horizontal, las dos mitades de éste representarían respectivamente, en todos los casos, el reflejo de los estados superiores y la huella de los estados inferiores en ese mundo, así como ya lo hemos RGGT LA DOBLE ESPIRAL

Si se consideran las figuras aquí expuestas (NA: La cruz trazada en el círculo, y de la cual habremos de volver a hablar más adelante, marca aquí la dirección de los cuatro puntos cardinales; de conformidad a lo que hemos explicado, el Norte está situado en lo alto en la primera figura y el Sur lo está en la segunda), el primer sentido es aquel en el que, mirando hacia el Norte, se ven girar las estrellas alrededor del polo (NA: Fig. RGGT CUESTIONES DE ORIENTACIÓN

Para comprender de una manera más precisa cómo se aplica esta noción de medida, es menester volver aquí a la consideración de las formas geométricas que simbolizan a los dos principios, y que son, como lo hemos visto precedentemente, el círculo para el Cielo y el cuadrado para la Tierra (NA: Es aquí donde aparecen como instrumentos de la medida, desde el punto de vista «celeste» y desde el punto de vista «terrestre» respectivamente (es decir, bajo la relación de las influencias correspondientes), el compás y la escuadra de los cuales hablaremos más adelante): las formas rectilíneas, de las que el cuadrado es el prototipo, son medidas por 5 y sus múltiplos, y, de igual modo, las formas circulares son medidas por 6 y sus múltiplos. RGGT NÚMEROS CELESTES Y NÚMEROS TERRESTRES

15): en él se ve un círculo en el interior de un cuadrado «animado», es decir, colocado sobre uno de sus ángulos para sugerir la idea del movimiento, mientras que el cuadrado que reposa sobre su base expresa al contrario la idea de estabilidad (NA: Cf El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap XX); y lo que hace a esta figura particularmente interesante desde el punto de vista donde nos colocamos al presente, es que las formas circular y cuadrada que son sus elementos tienen en ella significaciones respectivas exactamente concordantes con las que tienen en la tradición extremo oriental (NA: Al RGGT «SPIRITUS», «ANIMA», «CORPUS»

El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap XX), la vestidura de los antiguos príncipes, en China, debía tener una forma redonda por arriba (es decir en el cuello) y cuadrada por abajo, puesto que estas formas son las que representan respectivamente al Cielo y a la Tierra; y podemos notar desde ahora que este símbolo presenta una relación muy particular con otro, sobre el que volveremos un poco más adelante, que coloca al Hombre entre la escuadra y el compás, puesto que éstos son los instrumentos que sirven respectivamente para trazar el cuadrado y el círculo. RGGT EL MEDIADOR

Un punto que da lugar a una aproximación particularmente destacable entre la tradición extremo oriental y las tradiciones iniciáticas occidentales, es el que concierne al simbolismo del compás y de la escuadra: éstos, como ya lo hemos indicado, corresponden manifiestamente al círculo y al cuadrado (NA: Haremos observar que, en inglés, la misma palabra square designa a la vez la escuadra y el cuadrado; en chino igualmente, el término fang tiene las dos significaciones), es decir, a las figuras geométricas que representan respectivamente el Cielo y la Tierra (NA: La manera en que el compás y la escuadra están dispuestos uno en relación a la otra, en los tres grados de la Craft Masonry, muestra las influencias celestes dominadas primeramente por las influencias terrestres, luego desprendiéndose de ellas gradualmente y acabando por dominarlas a su vez). RGGT ENTRE LA ESCUADRA Y EL COMPÁS

En efecto, en el paso «from square to arch», o, como se decía de una manera equivalente en la Masonería francesa del siglo XVIII, «del triángulo al círculo» (NA: El triángulo ocupa aquí el lugar del cuadrado, puesto que como él es una figura rectilínea, y esto no cambia nada el simbolismo que se trata), se encuentra la oposición entre las figuras cuadradas (o más generalmente rectilíneas) y las figuras circulares, en tanto que éstas corresponden respectivamente a la Tierra y al Cielo; así pues, en eso no puede tratarse más que de un paso del estado humano, representado por la Tierra, a los estados suprahumanos, representados por el Cielo (o los Cielos) (NA: En todo rigor, no se trata aquí de los mismos términos que son designados RGGT ENTRE LA ESCUADRA Y EL COMPÁS

Para volver a la aproximación que hemos señalado al comienzo, debemos decir también que, en la tradición extremo oriental, el compás y la escuadra no solo se presupone implícitamente que sirven para trazar el círculo y el cuadrado, sino que ellos aparecen expresamente en algunos casos, y concretamente como atributos de Fo-hi y de Niu-koua, así como ya lo hemos señalado en otra ocasión (NA: El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap XX); pero entonces no tuvimos en cuenta una particularidad que, a primera vista, puede parecer una anomalía a este respecto, y que nos queda que explicar ahora. RGGT ENTRE LA ESCUADRA Y EL COMPÁS

La figura geométrica de la que se deriva la rueda es la figura del círculo con su centro; en el sentido más universal, el centro representa el Principio, simbolizado geométricamente por el punto como lo es aritméticamente por la unidad, y la circunferencia representa la manifestación, que es «medida» efectivamente por el radio emanado del Principio (NA: Cf El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap III); pero esta figura, aunque muy simple en apariencia, tiene no obstante múltiples aplicaciones desde puntos de vista diferentes y más o menos particularizados (NA: En astrología, es el signo del Sol, que es en efecto, para nosotros, el centro del mundo sensible, y que RGGT LA RUEDA CÓSMICA

Concretamente, y es esto lo que nos importa sobre todo en este momento, puesto que el Principio actúa en el Cosmos por medio del Cielo, éste podrá ser representado igualmente por el centro, y entonces la circunferencia, en la que se detienen de hecho los radios emanados de éste, representará el otro polo de la manifestación, es decir, la Tierra, correspondiendo la superficie misma del círculo, en este caso, al dominio cósmico todo entero; por lo demás, el centro es unidad y la circunferencia es multiplicidad, lo que expresa bien los caracteres respectivos de la Esencia y de la Substancia universales. RGGT LA RUEDA CÓSMICA

En la iniciación a la Tien-ti-houei, el neófito, después de haber pasado por diferentes etapas preliminares, de las que la última es designada como el «Círculo del Cielo y de la Tierra» (NA: Tien-ti-kiuen), llega finalmente a la «Ciudad de los Sauces» (NA: Mou-yang-tcheng), que es llamada también la «Casa de la Gran Paz» (NA: Tai-ping-chouang) (NA: Ver B Favre, Les Societés secrètes en Chine, cap VIII — El autor ha visto bien lo que es el simbolismo del celemín del que hablaremos enseguida, pero no ha sabido sacar las consecuencias más importantes). RGGT LA CIUDAD DE LOS SAUCES

Por lo demás, este centro puede representar, según lo que acabamos de decir, ya sea el centro del mundo humano, o ya sea el centro del Universo total; el hecho de que está más allá del «Círculo del Cielo y de la Tierra» expresa, según la primera significación, que aquel que ha llegado a él escapa por eso mismo al movimiento de la «rueda cósmica» y a las vicisitudes del yin y del yang, y, por consiguiente, a la alternancia de las vidas y de las muertes que es su consecuencia, de suerte que se le puede ser llamar verdaderamente «inmortal» (NA: No es todavía, para el «hombre verdadero», más que la inmortalidad virtual, pero que devendrá plenamente efectiva por el paso directo, a partir del estado humano, al estado supremo e incondicionado (cf El Hombre y RGGT LA CIUDAD DE LOS SAUCES

La letra iod, primera del Tetragrama, representa el Principio, de suerte que es considerada como constituyendo ella sola un nombre divino; por lo demás, por su forma, ella es en sí misma el elemento principal del que se derivan todas las demás letras del alfabeto hebraico (NA: Se sabe que el valor numérico de esta letra es 10, y, a este propósito, remitimos a lo que ha sido dicho más atrás sobre el simbolismo del punto en el centro del círculo). RGGT LA CIUDAD DE LOS SAUCES

que el número de nadis es de setenta y dos mil; no obstante, según otros textos, sería de setecientos veinte millones; pero la diferencia es aquí más aparente que real, ya que, así como ocurre siempre en parecido caso, estos números deben tomarse simbólicamente, y no literalmente; y es fácil darse cuenta de ello si se observa que están en relación evidente con los números cíclicos ( NA: Los números cíclicos fundamentales son 72 = 23 x 32; 108 = 23 x 33; 432 = 24 x 33 = 72 x 6 = 108 x 4; los mismos se aplican concretamente a la división geométrica del círculo ( 360 = 72 x 5 = 12 x 30 ) y a la duración del periodo astronómico de la precesión de los equinoccios ( 72 x 360 = 432 x 60 = 25. HDV XIII

Aquellos en quienes las preocupaciones de ese género llegan a predominar, incluso sin alcanzar este grado extremo, son manifiestamente incapaces de concebir ninguna realidad de orden profundo; hay en eso una incompatibilidad tan evidente que sería inútil insistir más en ello; y está claro también que esos mismos se encuentran desde entonces encerrados en el círculo de la «vida ordinaria», que no está hecha precisamente sino de un espeso entramado de apariencias exteriores como aquellas sobre las que han sido «dirigidos» a ejercer exclusivamente toda su actividad mental. ¡ IRE LA COSTUMBRE CONTRA LA TRADICIÓN

Es menester destacar además que, en esta «inversión» en cuanto a la situación, el círculo que corresponde al cielo más elevado debe permanecer no obstante el más grande de todos y envolver a todos los demás (como, según la tradición islámica, el «Trono» divino envuelve a todos los mundos); es menester en efecto que ello sea así, puesto que, en la realidad absoluta, es el centro el que contiene todo. IRE ¿ESTÁ EL ESPÍRITU EN EL CUERPO O EL CUERPO EN EL ESPÍRITU?

Ahora bien, existe una representación geométrica que permite hacerse una idea de ello tan clara como es posible: si se considera un círculo colocado verticalmente, el recorrido de una de las mitades de la circunferencia será «ascendente», y el de la otra mitad será «descendente», sin que el movimiento deje jamás de ser continuo; además, en el curso de este movimiento, no hay ninguna «vuelta atrás», puesto que no vuelve a pasar por la parte de la circunferencia que ya ha sido recorrida. IRE REALIZACIÓN ASCENDENTE Y DESCENDENTE

Esto es lo que se llama la circulatura del cuadrante, y es la representación geométrica del hecho aritmético que acabamos de enunciar; inversamente, el problema hermético de la cuadratura del círculo se representará mediante la división del círculo en cuatro partes iguales por medio de dos diámetros rectangulares, y se expresará numéricamente por la ecuación precedente escrita en sentido inverso: 10 = 1 + 2 + 3 + 4. RGM OBSERVACIONES SOBRE LA PRODUCCION DE LOS NUMEROS

Entonces no son ya círculos, sino espirales sucesivas de una hélice trazada sobre un cilindro, y estas espirales se encuentran en número indefinido, siendo el propio cilindro indefinido; cada una de estas espirales se proyecta sobre un plano perpendicular al eje del cilindro siguiendo un círculo, pero, en realidad, su punto de partida y su punto de llegada no están en el mismo plano. RGM OBSERVACIONES SOBRE LA PRODUCCION DE LOS NUMEROS

Lo que los matemáticos representan con el signo “infinito” no puede de ninguna manera ser el Infinito entendido en su verdadero sentido; este mismo signo es una figura cerrada, luego visiblemente finita, así como lo es el círculo del que algunos han querido hacer un símbolo de la eternidad, mientras que no puede ser sino una figuración de un ciclo temporal, indefinido solamente en su orden, es decir lo que se llama propiamente la perpetuidad; y es fácil ver que esta confusión entre eternidad y perpetuidad se emparenta estrechamente con la de lo infinito y lo indefinido. RGM OBSERVACIONES SOBRE LA NOTACION MATEMÁTICA

Se podría además hacer ver que las propiedades de la recta en el plano son análogas por completo a las de un gran círculo sobre la superficie de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande (asimilándose entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera); sin insistir más, únicamente haremos notar que aquí de alguna manera se pueden captar directamente los propios límites de la indefinitud espacial; ¿cómo se puede entonces, si se quiere guardar alguna apariencia de lógica, hablar todavía de infinito? Considerando los números positivos y negativos como acabamos de decir, la serie de los números toma la siguiente RGM OBSERVACIONES SOBRE LA NOTACION MATEMÁTICA

Se podría además hacer ver que las propiedades de la recta en el plano son análogas por completo a las de un gran círculo sobre la superficie de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande (asimilándose entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera); sin insistir más, únicamente haremos notar que aquí de alguna manera se pueden captar directamente los propios límites de la indefinitud espacial; ¿cómo se puede entonces, si se quiere guardar alguna apariencia de lógica, hablar todavía de infinito? Considerando los números positivos y negativos como acabamos de decir, la serie de los números toma la siguiente forma: — infinito… 4, 3, 2, l, 0, 1, 2, 3, 4, … + infinito, siendo el orden de estos números el mismo que el de los puntos RGM OBSERVACIONES SOBRE LA NOTACION MATEMÁTICA

algebraicas, de las cantidades llamadas “imaginarias”; éstas se presentan como raíces de los números negativos, lo que no responde de nuevo sino a un imposible; sin embargo podrían, entendiéndolas en otro sentido, corresponder a algo real; pero en todo caso, su teoría y su aplicación a la geometría analítica, tal como las exponen los matemáticos actuales, no aparecen más que como un verdadero tejido de confusiones e incluso de absurdos, y como el producto de una necesidad de generalizaciones excesivas y artificiales, que no retrocede ni siquiera ante el enunciado de propuestas manifiestamente contradictorias; ciertos teoremas sobre las “asíntotas del círculo“, por ejemplo, serían ampliamente suficientes para demostrar que no exageramos en nada. RGM OBSERVACIONES SOBRE LA NOTACION MATEMÁTICA

Hemos tenido muy últimamente un ejemplo de lo que acabamos de decir, bastante sorprendente en más de un aspecto: no es posible, en efecto, evitar cierta estupefacción viendo afirmar primero que ” se ha considerado durante largo tiempo en la India que ciertos aspectos de la enseñanza vedántica debían ser mantenidos secretos”, que “la vulgarización de ciertas verdades era reputada como peligrosa”, y que, “se había incluso prohibido hablar de ellas fuera de un pequeño círculo de iniciados”. RGM LA DIFUSIÓN DEL CONOCIMIENTO Y EL ESPÍRITU MODERNO

Se puede destacar a este propósito que el signo ?, por el que los matemáticos representan su pretendido infinito, es él mismo una figura cerrada, y por consiguiente, visiblemente finita, tanto como lo es el círculo del que algunos han querido hacer un símbolo de la eternidad, mientras que no puede ser más que una figuración de un ciclo temporal, indefinido solamente en su orden, es decir, en el orden de lo que se llama propiamente la perpetuidad (Conviene observar también que, como lo hemos explicado en otra parte, un tal ciclo no es nunca verdaderamente cerrado, sino que parece serlo solamente en tanto que uno se coloca en una perspectiva que no permite percibir la distancia que existe realmente entre sus extremidades, de igual modo que una espira de hélice según el eje vertical aparece PCI INFINITO E INDEFINIDO

algunos han querido hacer un símbolo de la eternidad, mientras que no puede ser más que una figuración de un ciclo temporal, indefinido solamente en su orden, es decir, en el orden de lo que se llama propiamente la perpetuidad (Conviene observar también que, como lo hemos explicado en otra parte, un tal ciclo no es nunca verdaderamente cerrado, sino que parece serlo solamente en tanto que uno se coloca en una perspectiva que no permite percibir la distancia que existe realmente entre sus extremidades, de igual modo que una espira de hélice según el eje vertical aparece como un círculo cuando es proyectada sobre el plano horizontal); y es fácil ver que esta confusión de la eternidad y de la perpetuidad, tan común entre los Occidentales modernos, se emparenta estrechamente a la del Infinito y de lo indefinido. PCI INFINITO E INDEFINIDO

Agregamos aún esta última cita sobre este tema, en la que encontramos un nuevo ejemplo de un género un poco diferente de los precedentes, aunque no menos contestable desde el punto de vista lógico: «Aunque no sea cierto en rigor que el reposo es una especie de movimiento, o que la igualdad es una especie de desigualdad, como tampoco es cierto que el círculo es una especie de polígono regular, no obstante se puede decir que el reposo, la igualdad y el círculo terminan los movimientos, las desigualdades y los polígonos regulares, que por cambio continuo llegan a ellos al desvanecerse. PCI CONTINUIDAD Y PASO AL LÍMITE

Y aunque estas terminaciones sean exclusivas, es decir, no comprendidas en rigor en las variedades que limitan, no obstante tienen sus propiedades, como si estuvieran comprendidas en ellas, según el lenguaje de los infinitos o infinitesimales, que toma el círculo, por ejemplo, por un polígono regular cuyo número de lados es infinito. PCI CONTINUIDAD Y PASO AL LÍMITE

De otro modo la ley de continuidad sería violada, es decir, que, puesto que se pasa de los polígonos al círculo por un cambio continuo y sin hacer saltos, es menester también que no se hagan saltos en el paso de las afecciones de los polígonos a las del círculo» (Justification du Calcul des infinitésimales par celui de l’Algèbre ordinaire, nota anexada a la carta de Varignon a Leibnitz del 23 de mayo de 1702, en la que se menciona la misma como habiendo sido enviada por Leibnitz para ser insertada en el Journal de Trévoux — Leibnitz toma la palabra «continuado» en el sentido de «continuo»). PCI CONTINUIDAD Y PASO AL LÍMITE

Christianum Wolfium, ya citada más atrás); ¿pero son ellas mismas solo eso, y no encierran más bien, en realidad, contradicciones puras y simples? Sin duda, Leibnitz reconocía que el caso extremo, o el «ultimus casus», es «exclusivus», lo que supone manifiestamente que está fuera de la serie de los casos que entran naturalmente en la ley general; ¿pero con qué derecho puede hacérsele entrar entonces a pesar de todo en esta ley y tratarle «ut inclusivum», es decir, como si no fuera más que un simple caso particular comprendido en esta serie? Es cierto que el círculo es el límite de un polígono regular cuyo número de lados crece indefinidamente, pero su definición es esencialmente otra que la de los polígonos; y se ve muy claramente, en un ejemplo como ese, la diferencia cualitativa que existe, como ya lo hemos dicho, entre el límite mismo y aquello de lo cual es el límite. PCI CONTINUIDAD Y PASO AL LÍMITE

Por lo demás, se podría mostrar que las propiedades de la recta en el plano son enteramente análogas a las de un gran círculo o círculo diametral sobre la superficie de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande, y por consecuencia de curvatura indefinidamente pequeña, siendo asimilados entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera; por lo demás, esta asimilación, para devenir rigurosa, supone un «paso al límite», ya que es evidente que, por grande que devenga el radio en su crecimiento indefinido, se tiene siempre una esfera y no un plano, y que esta esfera solo tiende a confundirse PCI LA NOTACIÓN DE LOS NÚMEROS NEGATIVOS

Por lo demás, se podría mostrar que las propiedades de la recta en el plano son enteramente análogas a las de un gran círculo o círculo diametral sobre la superficie de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande, y por consecuencia de curvatura indefinidamente pequeña, siendo asimilados entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera; por lo demás, esta asimilación, para devenir rigurosa, supone un «paso al límite», ya que es evidente que, por grande que devenga el radio en su crecimiento indefinido, se tiene siempre una esfera y no un plano, y que esta esfera solo tiende a confundirse con el PCI LA NOTACIÓN DE LOS NÚMEROS NEGATIVOS

Por lo demás, se podría mostrar que las propiedades de la recta en el plano son enteramente análogas a las de un gran círculo o círculo diametral sobre la superficie de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande, y por consecuencia de curvatura indefinidamente pequeña, siendo asimilados entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera; por lo demás, esta asimilación, para devenir rigurosa, supone un «paso al límite», ya que es evidente que, por grande que devenga el radio en su crecimiento indefinido, se tiene siempre una esfera y no un plano, y que esta esfera solo tiende a confundirse con el plano, y sus grandes círculos con rectas, de tal suerte que el plano y la recta son aquí límites, de la misma manera que el círculo PCI LA NOTACIÓN DE LOS NÚMEROS NEGATIVOS

círculo de radio indefinidamente grande, y por consecuencia de curvatura indefinidamente pequeña, siendo asimilados entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera; por lo demás, esta asimilación, para devenir rigurosa, supone un «paso al límite», ya que es evidente que, por grande que devenga el radio en su crecimiento indefinido, se tiene siempre una esfera y no un plano, y que esta esfera solo tiende a confundirse con el plano, y sus grandes círculos con rectas, de tal suerte que el plano y la recta son aquí límites, de la misma manera que el círculo es el límite de un polígono regular cuyo número de lados crece indefinidamente. PCI LA NOTACIÓN DE LOS NÚMEROS NEGATIVOS

Incluso si, dando a esas cantidades «imaginarias» otro sentido, se pudiera lograr hacerlas corresponder a algo real, lo que no examinaremos aquí, es bien cierto, en todo caso, que su teoría y su aplicación a la geometría analítica, tal como son expuestas por los matemáticos actuales, no aparecen apenas más que como un verdadero tejido de confusiones e incluso de absurdidades, y como el producto de una necesidad de generalizaciones excesivas y completamente artificiales, que no retrocede siquiera ante el enunciado de proposiciones manifiestamente contradictorias; algunos teoremas sobre las «asíntotas del círculo», por ejemplo, bastarían ampliamente para probar que no exageramos nada. PCI LA NOTACIÓN DE LOS NÚMEROS NEGATIVOS

Por lo demás, es menester destacar que no es verdad, de hecho, que un móvil se vea nunca así como ocupando una posición fija, y que incluso, antes al contrario, cuando el movimiento es bastante rápido, se llega a no ver ya distintamente el móvil mismo, sino solo una suerte de rastro de su desplazamiento continuo: así, por ejemplo, si se hace girar rápidamente un tizón encendido, ya no se ve la forma de ese tizón, sino sólo un círculo de fuego; por lo demás, ya se explique este hecho por la persistencia de las impresiones retinianas, como lo hacen los fisiólogos, o de cualquier otra manera que se quiera, eso importa poco, ya que por ello no es menos manifiesto que, en semejantes caso, se aprehende en cierto modo directamente y de una manera sensible la continuidad misma del movimiento. PCI LOS ARGUMENTOS DE ZENÓN DE ELEA

Hay todavía otra concordancia no menos destacable: Saint-Yves, al describir los diversos grados o círculos de la jerarquía iniciática, que están en relación con algunos números simbólicos, que se refieren concretamente a las divisiones del tiempo, termina diciendo que «el círculo más elevado y más cercano al centro misterioso se compone de doce miembros, que representan la iniciación suprema y que corresponden, entre otras cosas, a la «zona zodiacal». RGRM CAPÍTULO IV

Agregaremos también que los doce miembros del círculo interior del Agarttha, desde el punto de vista del orden cósmico, no representan simplemente a los doce signos del Zodiaco, sino también (y estamos tentados a decir «más bien», aunque las dos interpretaciones no se excluyen) a los doce Adityas, que son otras tantas formas del sol, en relación con esos mismos signos zodiacales (Se dice que los Adityas (salidos de Aditi o lo «Indivisible») fueron primero siete antes de ser doce, y que su jefe era entonces Varuna. RGRM CAPÍTULO IV

Ahora bien, es sorprendente que varios autores hayan afirmado precisamente, que, poco después de la guerra de los Treinta Años, los verdaderos Rosa-Cruz abandonaron Europa para retirarse a Asia; y recordaremos, a este propósito, que los Adeptos rosacrucianos eran en número de doce, como los miembros del círculo más interior del Agarttha, y conformemente a la constitución común a tantos centros espirituales formados a la imagen de ese centro supremo. RGRM CAPÍTULO VIII

La reconstitución debe operarse al final del mismo ciclo; pero entonces, en la figura de la Jerusalén celeste, el círculo está reemplazado por un cuadrado (Este reemplazo corresponde al del simbolismo vegetal por el simbolismo mineral, reemplazo cuya significación ya hemos indicado en otra parte (El Esoterismo de Dante, ed. RGRM CAPÍTULO XI

El «Arbol de la Vida», que estaba en el centro del Paraíso terrestre, está igualmente en el centro de la Jerusalén celeste, y aquí tiene doce frutos; éstos presentan una cierta similitud con los doce Adityas, como el «Árbol de la Vida» mismo la tiene con Aditi, la esencia única e indivisible de la que han salido), y esto indica la realización de lo que los hermetistas designaban simbólicamente como la «cuadratura del círculo»: la esfera, que representa el desarrollo de las posibilidades por la expansión del punto primordial y central, se transforma en un cubo cuando este desarrollo está acabado y cuando se alcanza el equilibrio final para el ciclo considerado (Se podría decir que la esfera y el cubo corresponden aquí respectivamente a los dos puntos de vista dinámico y estático; las seis caras del cubo están orientadas según las tres dimensiones del espacio, como los seis brazos de la cruz trazada a partir del centro de la esfera — En lo que concierne al cubo, será fácil hacer una aproximación con el RGRM CAPÍTULO XI

En efecto, en la correspondencia de las figuras geométricas con los números, la cruz representa naturalmente el cuaternario; más precisamente, le representa bajo un aspecto dinámico, mientras que el cuadrado le representa bajo su aspecto estático; la relación entre estos dos aspectos está expresada por el problema hermético de la “cuadratura del círculo“, o, según el simbolismo geométrico de tres dimensiones, por una relación entre la esfera y el cubo a la cual hemos tenido la ocasión de hacer alusión a propósito de las figuras del “Paraíso terrestre” y de la “Jerusalén celeste” ( ver El Rey del Mundo, cap XI ). RGSC VI

Finalmente, a propósito de esto, observaremos todavía que, en el número 10, las dos cifras 1 y 0 corresponden también respectivamente a lo activo y a lo pasivo, representados, según otro simbolismo, por el centro y la circunferencia, simbolismo que se puede vincular al de la cruz señalando que el centro es la huella del eje vertical sobre el plano horizontal, en el que, entonces, debe suponerse situada la circunferencia, que representará la expansión en este mismo plano por una de las ondas concéntricas según las cuales se efectúa; el círculo con el punto central, figura del denario, es al mismo tiempo el símbolo de la perfección cíclica, es decir, de la realización integral de las posibilidades implícitas en un estado de existencia). RGSC VI

que la “acción con deseo” ( sakama karma ) es la acción cumplida en vista de sus frutos), desapego por el que el ser escapa a las vicisitudes de la “corriente de las formas”, a la alternancia de los estados de “vida” y de “muerte”, de “condensación” y de “disipación” ( Aristóteles, en un sentido semejante, dice “generación” y “corrupción”), pasando de la circunferencia de la “rueda cósmica” a su centro, que es designado, él mismo, como “el Vacío ( lo no manifestado ) que une los rayos y hace de ellos una rueda” ( Tao-te-king, XI — La forma más simple de la rueda es el círculo dividido en cuatro partes iguales por la cruz; además de esta rueda de cuatro radios, las formas más extendidas en el simbolismo de todos los pueblos son las ruedas de seis y ocho radios; naturalmente, cada uno de estos números añade a la significación general de la rueda un matiz particular. RGSC VII

En las antiguas tradiciones de la América central, el símbolo del mundo se da siempre por el círculo en el que hay inscrita una cruz). ” RGSC VII

Recordaremos todavía la representación, en el simbolismo cristiano, del Cordero sobre el libro sellado con siete sellos, sobre la montaña desde donde descienden los cuatro ríos ( ver El Rey del Mundo, cap IX ); veremos más adelante la relación que existe entre el símbolo del “Árbol de la Vida” y el del “Libro de la Vida” — Otro simbolismo que puede dar lugar a unas aproximaciones interesantes se encuentra en algunos pueblos de la América central, que, “en la intersección de dos diámetros rectangulares trazados en un círculo, colocan el carácter sagrado, peyotl o hicouri, que simboliza la “copa de la inmortalidad”, y que tiene la reputación de encontrarse en el centro de una esfera hueca y en el centro del mundo” ( A Rouhier, La Plante qui fait les yeux émerveillés. RGSC IX

Así, en nuestro plano ( o grado de existencia ), el “círculus vital” es una verdad inmediata, y el círculo es en efecto la representación del ciclo individual humano” ( Matgioi, La Vía Metafísica, p 128). RGSC XXII

El yin-yang que, en el simbolismo tradicional del extremo oriente, figura “el círculo del destino individual”, es en efecto un círculo, por las razones precedentes. ” RGSC XXII

Es un círculo representativo de una evolución individual o específica ( La especie, en efecto, no es un principio transcendente en relación a los individuos que forman parte de ella; en sí misma es del orden de las existencias individuales y no le rebasa; se sitúa pues al mismo nivel en la Existencia universal, y se puede decir que la participación en la especie se efectúa según el sentido horizontal; quizás consagraremos algún día un estudio especial a esta cuestión de las condiciones de la especie). RGSC XXII

Pero, bien entendido, “es menester no perder jamás de vista que si, tomado aparte, el yin-yang puede considerarse como un círculo, es, en la sucesión de las modificaciones individuales ( NA: Consideradas en tanto que se corresponden ( en sucesión lógica ) en los diferentes estados del ser, que por lo demás deben considerarse en simultaneidad para que las diferentes espiras de hélice puedan compararse entre ellas), un elemento de hélice: toda modificación individual es esencialmente un vórtice de tres dimensiones ( NA: Es un elemento del vórtice esférico universal que hemos tratado precedentemente; siempre hay analogía y en cierto modo “proporcionalidad” ( sin que pueda haber ninguna medida común ) entre el todo y cada uno de sus elementos, incluso infinitesimales); no hay más que un RGSC XXII

Para la muerte, no es libre de sustraerse a ella; y, en toda justicia analógica, no debe ser libre tampoco del momento de su muerte… En todo caso, no es libre de ninguna de las condiciones de estos dos actos: el nacimiento le lanza invenciblemente sobre el círculo de una existencia que ni ha pedido ni ha escogido; la muerte le retira de este círculo y le lanza invenciblemente a otro, prescrito y previsto por la “Voluntad del Cielo”, sin que pueda modificarlo en nada ( Esto es así porque el individuo como tal no es más que un ser contingente, que no tiene en sí mismo su razón suficiente; por eso es por lo que el curso de su existencia, si se considera sin tener en cuenta la variación según el sentido vertical, aparece como el “círculo de la necesidad”). RGSC XXII

de estos dos actos: el nacimiento le lanza invenciblemente sobre el círculo de una existencia que ni ha pedido ni ha escogido; la muerte le retira de este círculo y le lanza invenciblemente a otro, prescrito y previsto por la “Voluntad del Cielo”, sin que pueda modificarlo en nada ( Esto es así porque el individuo como tal no es más que un ser contingente, que no tiene en sí mismo su razón suficiente; por eso es por lo que el curso de su existencia, si se considera sin tener en cuenta la variación según el sentido vertical, aparece como el “círculo de la necesidad”). RGSC XXII

Por consiguiente, si ha sido menester una primera integración para pasar de la línea a la superficie, que es medida por la cruz de dos dimensiones que describe el círculo indefinido que no se cierra ( o la espiral plana considerada simultáneamente en todas sus posiciones posibles ), es menester una segunda integración para pasar de la superficie al volumen, en la que la cruz de tres dimensiones, por la irradiación de su centro según todas las direcciones del espacio donde se ha situado, produce el esferoide indefinido cuya imagen nos viene dada por un movimiento vibratorio, el volumen siempre abierto en todos los sentidos que simboliza el vórtice universal de la “Vía”. RGSC XXVI

La representación más sencilla de la idea que acabamos de formular es el punto en el centro del círculo (fig 1): el punto es el emblema del Principio, y el círculo el del Mundo. SFCS LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

El punto en el centro del círculo se ha tomado también, probablemente desde una época muy antigua, como una figura del sol, porque éste es verdaderamente, en el orden físico, el Centro o el “Corazón del Mundo”; y esa figura ha permanecido hasta nuestros días como signo astrológico y astronómico usual del sol. SFCS LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

Aquí, la forma más sencilla es la que presenta solamente cuatro radios que dividen la circunferencia en partes iguales, es decir, dos diámetros ortogonales que forman una cruz en el interior del círculo (fig 2). SFCS LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

1926)) su abrirse representa, entre otras cosas (pues se trata de símbolos de significaciones múltiples), y por una similitud bien comprensible, el desarrollo de la manifestación; ese abrirse es, por lo demás, una irradiación en torno del centro, pues también en este caso se trata de figuras “centradas”, y esto es lo que justifica su asimilación a la rueda (En la figura del crisma con rosa, de época merovingia, que ha sido reproducida por L Charbonneau-Lassay (Regnabit, marzo de 1926, p 298), la rosa central tiene seis pétalos orientados según las ramas del crisma; además, éste está encerrado en un círculo, lo que hace aparecer del modo más neto posible su identidad con la rueda de seis rayos). SFCS LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

Lo más a menudo, se hace del swastika un signo “solar”; si ha podido llegar a serlo, solo pudo ocurrir accidentalmente y de un modo muy indirecto: podríamos repetir aquí lo que decíamos antes acerca de la rueda y del punto en el centro del círculo. SFCS LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

Como el punto en el centro del círculo y como la rueda, ese signo se remonta incontestablemente a las épocas prehistóricas; por nuestra parte, vemos en él, sin la menor duda, uno de los vestigios de la tradición primordial ( (Sobre el swastika, ver también infra, cap XVII)). SFCS LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

Por último, mencionaremos aún el parentesco de las flores de seis pétalos y de la rueda de seis rayos con algunos otros símbolos no menos difundidos, tales como el del “crisma”, sobre el cual nos proponernos volver en otra oportunidad (L Charbonneau-Lassay ha señalado la asociación entre la rosa y el crisma (Regnabit, número de marzo de 1926) en una figura de ese tipo que ha reproducido según un ladrillo merovingio; la rosa central tiene seis pétalos, orientados según las ramas del crisma; además, éste se halla encerrado en un círculo, lo cual muestra del modo más neto posible su identidad con la rueda de seis rayos. ( SFCS LAS FLORES SIMBOLICAS

En otra cara hay otro símbolo no menos interesante: es una figura con ocho rayos, circunscripta por un cuadrado, en vez de serlo por un círculo, como la rueda; esta figura es, pues, enteramente comparable a la bandera británica, que debe ser igualmente de origen celta. SFCS EL TRIPLE RECINTO DRUÍDICO

En efecto, hay siempre analogía y correspondencia entre el comienzo y el fin de un ciclo cualquiera; pero, en el fin, el círculo se reemplaza por el cuadrado, y esto indica la realización de lo que los hermetistas designaban simbólicamente como la “cuadratura del círculo” (Esta cuadratura no puede obtenerse en el “devenir” o en el movimiento mismo del ciclo, puesto que expresa la fijación resultante del “paso al límite”, y, siendo todo movimiento cíclico propiamente indefinido, el límite no puede alcanzarse recorriendo sucesiva y analíticamente todos los puntos correspondientes a cada momento del desarrollo de la manifestación): la esfera, que representa el desarrollo de las posibilidades por expansión del punto primordial central, se transforma en un cubo cuando ese desarrollo ha concluido SFCS EL TRIPLE RECINTO DRUÍDICO

En efecto, hay siempre analogía y correspondencia entre el comienzo y el fin de un ciclo cualquiera; pero, en el fin, el círculo se reemplaza por el cuadrado, y esto indica la realización de lo que los hermetistas designaban simbólicamente como la “cuadratura del círculo” (Esta cuadratura no puede obtenerse en el “devenir” o en el movimiento mismo del ciclo, puesto que expresa la fijación resultante del “paso al límite”, y, siendo todo movimiento cíclico propiamente indefinido, el límite no puede alcanzarse recorriendo sucesiva y analíticamente todos los puntos correspondientes a cada momento del desarrollo de la manifestación): la esfera, que representa el desarrollo de las posibilidades por expansión del punto primordial central, se transforma en un cubo cuando ese desarrollo ha concluido y el equilibrio final ha sido alcanzado por el ciclo que se considera (Sería fácil establecer aquí una relación con el símbolo SFCS EL TRIPLE RECINTO DRUÍDICO

Los Levitas formaban un círculo interior en torno del Tabernáculo, y estaban también divididos en cuatro grupos situados en los cuatro puntos cardinales, con la rama principal al este” (Números, II y III). SFCS EL ZODIACO Y LOS PUNTOS CARDINALES

Este “esquema”, en su forma geométrica, es uno de los símbolos más difundidos, uno de aquellos que son verdaderamente comunes a todas las tradiciones: el círculo dividido en cuatro partes iguales por una cruz formada de dos diámetros perpendiculares; y cabe observar inmediatamente que esta figura expresa justamente la relación entre el cuaternario y el denario, tal como la expresa, en forma numérica, la fórmula a que nos referíamos al comienzo. SFCS LA TETRAKTYS Y EL “CUADRADO DE CUATRO”

A esto se llama la “circulatura del cuadrante”, representación geométrica de lo que expresa aritméticamente la fórmula 1+2+3+4=10; inversamente, el problema hermético de la “cuadratura del círculo” (expresión por lo general mal comprendida) no es sino lo representado por la división cuaternaria del círculo, supuesto como dado previamente, por dos diámetros perpendiculares, y se expresará numéricamente con la misma fórmula, pero escrita en sentido inverso: 10=1+2+3+4, para mostrar que todo el desarrollo de la manifestación queda así reducido al cuaternario fundamental. SFCS LA TETRAKTYS Y EL “CUADRADO DE CUATRO”

Se notará que en esta disposición, pese a la diferencia de forma geométrica, se encuentra el equivalente de lo que hemos indicado acerca de la representación del denario por el círculo, puesto que también en este caso 1 corresponde al centro y 9 a la circunferencia. SFCS LA TETRAKTYS Y EL “CUADRADO DE CUATRO”

Es, pues, la misma figura colocada en sentido inverso, o, para hablar con más exactitud, son dos figuras rigurosamente complementarias entre sí; en efecto, si se las reúne, los dos puntos centrales se confunden, naturalmente, y se tiene el círculo con el punto en el centro, figura del ciclo completo, que es a la vez el símbolo del Sol en el orden astrológico y el del oro en el orden alquímico (Se podrá recordar aquí el simbolismo del “Sol espiritual” y del “Embrión de Oro” (Hiranyagarbha) en la tradición hindú; además, según ciertas correspondencias, el nun es la letra planetaria del Sol). SFCS LOS MISTERIOS DE LA LETRA NUN

La figura bíblica del Paraíso terrestre, que es también el “Centro del Mundo”, es la de un recinto circular, que puede considerarse la sección horizontal de una forma ovoide tanto como esférica; agreguemos que, de hecho, la diferencia entre estas dos formas consiste esencialmente en que la de la esfera, al extenderse igualmente en todos los sentidos a partir de su centro, es verdaderamente la forma primordial, mientras que la del huevo corresponde a un estado ya diferenciado, derivado del anterior por una especie de “polarización” o desdoblamiento del centro (Así, en geometría plana, el centro único del círculo, al desdoblarse, origina los dos focos de una elipse; el mismo desdoblamiento está también figurado con toda nitidez en el símbolo extremo-oriental del Yin-Yang, que tampoco carece de relación con el del “Huevo del Mundo”); tal “polarización” puede considerarse, por lo demás, como efectuándose desde que la esfera cumple un movimiento de rotación en torno de un eje determinado, puesto que desde ese momento ya no todas las direcciones del espacio desempeñan uniformemente un mismo papel; y esto señala, precisamente, el paso de la una a la otra de esas dos fases sucesivas del proceso cosmogónico que se simbolizan respectivamente SFCS EL CORAZON Y “EL HUEVO DEL MUNDO”

más bien, pues, suponer que el recipiendario, entrado por esa vía subterránea para recibir la iniciación en los “pequeños misterios”, permanece luego en la caverna hasta el momento de su “tercer nacimiento”, en que sale definitivamente de ella por la abertura superior; esto es admisible teóricamente, pero de toda evidencia no es posible ponerlo en práctica de modo efectivo (En cierto sentido puede decirse que los “pequeños misterios” corresponden a la tierra (estado humano), y los “grandes misterios” al cielo (estados supraindividuales); de ahí también, en ciertos casos, una correspondencia simbólica establecida con las formas geométricas del cuadrado y del círculo (o derivadas de éstas), que en particular la tradición extremo-oriental refiere, respectivamente, a la tierra y al cielo; esta distinción se encuentra, en Occidente, en la de la Square Masonry y la Arch Masonry, que acabarnos de mencionar. ( SFCS LA SALIDA DE LA CAVERNA

Aun en su forma especulativa” moderna, la masonería ha conservado siempre también, como uno de los testimonios más explícitos de su origen, las fiestas solsticiales, consagradas a los dos San Juan después de haberlo estado a los dos rostros de Jano (En el simbolismo masónico, dos tangentes paralelas a un circulo se consideran, entre otras significaciones diversas, como representación de los dos San Juan; si se ve al Círculo como una figura del ciclo anual, los puntos de contacto de las dos tangentes, diametralmente opuestos entre sí, corresponden entonces a los dos puntos solsticiales); y así la doctrina tradicional de las dos puertas solsticiales, con sus conexiones iniciáticas, se ha mantenido viva aún, por mucho que sea generalmente incomprendida, hasta en el mundo occidental actual. SFCS EL SIMBOLISMO SOLSTICIAL DE JANO

En relación con los dos San Juan y su simbolismo solsticial, es interesante también considerar un símbolo ( (Ya señalado en la última nota del capítulo anterior)) que parece peculiar de la masonería anglosajona, o que al menos no se ha conservado sino en ella: es un círculo con un punto en el centro, comprendido entre dos tangentes paralelas; y estas tangentes se dice que representan a los dos San Juan. SFCS ACERCA DE LOS DOS SAN JUAN

En efecto, el círculo es aquí la figura del ciclo anual, y su significación solar se hace, por otra parte, más manifiesta por la presencia del punto en el centro, pues la misma figura es a la vez el signo astrológico del sol; y las dos rectas paralelas son las tangentes a ese círculo en los dos puntos solsticiales, señalando así su carácter de “puntos límite”, ya que estos puntos son, en efecto, como los límites que el sol no puede jamás sobrepasar en el curso de su marcha; y porque esas líneas corresponden así a los dos solsticios puede decirse también que representan SFCS ACERCA DE LOS DOS SAN JUAN

En efecto, el círculo es aquí la figura del ciclo anual, y su significación solar se hace, por otra parte, más manifiesta por la presencia del punto en el centro, pues la misma figura es a la vez el signo astrológico del sol; y las dos rectas paralelas son las tangentes a ese círculo en los dos puntos solsticiales, señalando así su carácter de “puntos límite”, ya que estos puntos son, en efecto, como los límites que el sol no puede jamás sobrepasar en el curso de su marcha; y porque esas líneas corresponden así a los dos solsticios puede decirse también que representan por eso mismo a los dos San Juan. SFCS ACERCA DE LOS DOS SAN JUAN

Hay empero, en esta figuración una anomalía por lo menos aparente: el diámetro solsticial del ciclo anual debe considerarse, según lo hemos explicado en otras ocasiones, como relativamente vertical con respecto al diámetro equinoccial, y solo de esta manera, por otra parte, las dos mitades del ciclo, que van de un solsticio al otro, pueden aparecer real y respectivamente como ascendente y descendente, pues entonces los puntos solsticiales constituyen el punto más alto y el punto más bajo del círculo; en tales condiciones, las tangentes a los extremos del diámetro solsticial, al ser perpendiculares a éste, serán necesariamente horizontales. SFCS ACERCA DE LOS DOS SAN JUAN

ve una figuración de las columnas de Hércules unidas por una suerte de banderola en la que está inscripta la divisa “non plus ultra”; ahora bien — cosa que parece bastante poco conocida y que señalaremos aquí a título de curiosidad , de esa figuración deriva el signo usual del dólar norteamericano; pero toda la importancia fue dada a la banderola, que no era primitivamente sino un accesorio y que fue cambiada en una letra S, cuya forma aproximadamente tenía, mientras que las dos columnas, que constituían el elemento esencial, quedaron reducidas a dos trazos paralelos, verticales como las dos tangentes del círculo en el simbolismo masónico que acabarnos de explicar; y la cosa no carece de cierta ironía, pues precisamente el “descubrimiento” de América anuló de hecho la antigua aplicación geográfica del non plus ultra). SFCS ACERCA DE LOS DOS SAN JUAN

Desde cualquier punto de esta última, el “Eje del Mundo” es a la vez un radio del círculo y un rayo de sol, y pasa geométricamente a través del sol para prolongarse más allá del centro y completar el diámetro; pero esto no es todo, y el “Eje del Mundo” es también un “rayo solar” cuya prolongación no admite ninguna representación geométrica. SFCS LA PUERTA ESTRECHA

De hecho, este elemento existe también, pues el domo o la bóveda circular no puede reposar directamente sobre la base cuadrada, y para permitir el paso de uno a otra hace falta una forma de transición que sea, en cierto modo, intermedia entre el cuadrado y el círculo, forma que es generalmente la del octógono. SFCS EL OCTÓGONO

Esta forma octogonal está real y verdaderamente, desde el punto de vista geométrico, más próxima al círculo que al cuadrado, pues un polígono regular se acerca tanto más al círculo cuanto mayor es su número de lados. SFCS EL OCTÓGONO

Sabido es, en efecto, que el círculo puede considerarse como el límite hacia el cual tiende un polígono regular cuando su número de lados crece indefinidamente; y se ve netamente aquí el carácter del límite, entendido en sentido matemático: no es el último término de la serie que tiende a él, sino que está fuera de esa serie, pues, por grande que sea el número de lados de un polígono, éste nunca llegará a confundirse con el círculo, cuya definición es esencialmente otra que la de los polígonos (Cf Les Principes du calcul infinitésimal, cap XII y XIII). SFCS EL OCTÓGONO

Por otra parte, cabe señalar que, en la serie de los polígonos obtenidos partiendo del cuadrado y duplicando cada vez el número de lados, el octógono es el primer término (O el segundo, si se cuenta el cuadrado mismo como primer término; pero, si se habla de la serie de los intermedios entre el cuadrado y el círculo, como aquí lo hacemos, el octógono es el que está realmente en primer término); es, pues, el más simple de todos esos polígonos, y al mismo tiempo puede considerarse como representativo de toda esa serie de intermediarios. SFCS EL OCTÓGONO

En la construcción, la forma del octógono puede realizarse, naturalmente, de diferentes modos, y especialmente por medio de ocho pilares que soportan la bóveda; encontramos un ejemplo en China en el caso del Ming-tang (Cf La Grande Triade, cap XVI), cuyo “techo redondo está soportado por ocho columnas que reposan sobre una base cuadrada, como la tierra, pues, para realizar esta cuadratura del círculo, que va de la unidad celeste de la bóveda al cuadrado de los elementos terrestres, es menester pasar por el octógono, que se halla en relación con el mundo intermedio de las ocho direcciones, de las ocho puertas y de los ocho vientos” (Luc Benoist, Art du monde, p 90). SFCS EL OCTÓGONO

p 79) que “en el Scivias de Santa Hildegarda, el trono divino que rodea los mundos está representado por un círculo sostenido por ocho ángeles”. SFCS EL OCTÓGONO

Señalemos también que el crisma está a veces rodeado de un círculo, lo que lo asimila del modo más neto a la rueda de seis rayos). SFCS LOS SÍMBOLOS DE LA ANALOGÍA

Por otra parte, los aficionados al “folklore” podrán observar que el vulgar “mástil de cucaña” de las fiestas rurales no es sino el vestigio incomprendido de un rito similar a aquellos a que acabamos de referirnos: también en este caso, un detalle particularmente significativo es el círculo suspendido en lo alto del mástil, al cual se trata de alcanzar trepando por éste (círculo al cual el mástil atraviesa y traspasa, tal como el del navío traspasa la cofa y el del stupa traspasa el domo); ese círculo es también, manifiestamente, la representación del “ojo solar”, y se reconocerá que no es ciertamente la supuesta “alma popular” quien ha podido inventar tal simbolismo. SFCS EL SIMBOLISMO DE LA ESCALA

alguna muestra que constituyen real y verdaderamente un ciclo completo (participando a la vez el violeta del azul, del que es vecino, y del rojo, que se encuentra en el otro borde del arco iris), y que, por consiguiente, las demás radiaciones solares no visibles, como las que la física moderna llama “rayos infrarrojos” y “ultravioletas”, no pertenecen en modo alguno a la luz y son de naturaleza enteramente diferente de ésta; no hay, pues, como algunos parecen creerlo, “colores” que una imperfección de nuestros órganos nos impide ver, pues esos supuestos colores no podrían situarse en ningún lugar del círculo, y seguramente no podría sostenerse que éste sea una figura imperfecta o que presente alguna discontinuidad). SFCS LOS SIETE RAYOS Y EL ARCO IRIS

caras (También es de notar, desde el punto de vista de la doctrina de los cielos, que las designaciones de esas caras, según el número de sus puntos, son las mismas que las de los Yuga); y es igualmente el nombre de una especie de grano con que se hacen ordinariamente los rosarios, porque la perforación de las cuentas es también un “ojo” destinado precisamente a, dejar pasar el hilo “axial” (El nombre del grano rudraksha se interpreta como ‘provisto de un ojo rojo’ (en estado natural, y antes de la perforación); el rosario se llama también rudraksha-válaya, anillo o círculo de rudraksha’). SFCS LA CADENA DE LOS MUNDOS

de vista simbólico; así, en particular, el corazón lleva una herida o por lo menos lo que presenta la apariencia externa de tal, con la forma de un yod hebreo, lo que se refiere a la vez al “Ojo del corazón” y al “germen” avatárico que reside en el “centro”, ya se entienda a éste en sentido macroscómico (como es manifiestamente el caso aquí), ya en sentido microcósmico (ver Apersus sur l’Initiation, cap XLVIII)); dicha figuración es evidentemente “solar”, pero, por otra parte, el hecho de que el sol, entendido en el sentido “físico”, se encuentre situado en el círculo planetario, como debe estarlo normalmente en el simbolismo astrológico, muestra a las claras que se trata propiamente en ese caso del “Sol espiritual”. SFCS EL CORAZON IRRADIANTE Y EL CORAZÓN EN LLAMAS

Huelga recordar que la asimilación del sol y el corazón, en cuanto uno y otro tienen igualmente un significado “central”, es común a todas las doctrinas tradicionales, de Occidente tanto como de Oriente; así, por ejemplo, dice Proclo dirigiéndose al Sol: “Ocupando por sobre el éter el trono del medio, y teniendo por figura un círculo deslumbrante que es el Corazón del Mundo, tú colmas todo de una providencia apta para despertar la inteligencia” (Himno al Sol, traducción (francesa) de Mario Meunier). SFCS EL CORAZON IRRADIANTE Y EL CORAZÓN EN LLAMAS

Por otra parte, en lo que respecta a la consideración de los movimientos vertical y horizontal, hay referencia a un aspecto del simbolismo de la cruz, especialmente desarrollado en ciertas escuelas de esoterismo musulmán, sobre las cuales hablaremos quizás alguna vez ( (Cf Le Symbolisme de la Croix, cap III)); en efecto, de ese simbolismo se trata en la continuación del mismo estudio, del cual extraeremos una última cita cuyo comienzo podrá relacionarse con lo que hemos dicho, con motivo de los símbolos del centro, acerca de la cruz en el círculo y acerca del swastika ( “L’idée du Centre dans les traditions antiques” (aqui, cap VIII: “La idea del Centro en las tradiciones antiguas”)). SFCS CORAZON Y CEREBRO

Valli ha descubierto en el mismo museo de Viena, la medalla original de Dante, y el reverso de ésta presenta aún una figura muy extraña y enigmática: un corazón situado en el centro de un sistema de círculos que tiene la apariencia de una esfera celeste, pero que no lo es en realidad, y a la que no acompaña ninguna inscripción. ( RGEC EL LENGUAJE SECRETO DE DANTE Y DE LOS «FIELES DE AMOR»

NA: Este corazón situado así nos recuerda la figura no menos remarcable y misteriosa del corazón de Saint-Denis d’Orques, representado en el centro de los círculos planetario y zodiacal, figura que fue estudiada por el Sr. RGEC EL LENGUAJE SECRETO DE DANTE Y DE LOS «FIELES DE AMOR»

L Charbonneau-Lassay en la revista Regnabitabit) Hay tres círculos meridianos y cuatro círculos paralelos, que el Sr. RGEC EL LENGUAJE SECRETO DE DANTE Y DE LOS «FIELES DE AMOR»

Es Virgilio quien le conduce y le protege en los círculos del nuevo Tártaro, como si Virgilio, el tierno y melancólico profeta de los destinos del hijo Polión, fuera a los ojos del poeta florentino el padre ilegítimo, pero verdadero, de la epopeya cristiana. RGED CAPÍTULO IV

Esto es verdad en un sentido, puesto que el monte del Purgatorio se formó, en el hemisferio austral, con los materiales rechazados del seno de la tierra cuando la caída de Lucifer cavó el abismo; pero no obstante el Infierno tiene nueve círculos, que son como un reflejo inverso de los nueve cielos, mientras que el Purgatorio no tiene más que siete divisiones; la simetría no es pues exacta bajo todos los aspectos. RGED CAPÍTULO IV

«Su cielo se compone de una serie de círculos kabbalísticos divididos por una cruz como el pantáculo de Ezequiel; en el centro de esa cruz florece una rosa, y vemos aparecer por primera vez, expuesto públicamente y casi categóricamente explicado, el símbolo de los Rosa-Cruz». RGED CAPÍTULO IV

ascensión es idéntica en las dos leyendas; en los nueve cielos están dispuestas, según sus méritos respectivos, las almas bienaventuradas que, finalmente, se juntan todas en el Empíreo o última esfera… Lo mismo que Beatriz se desvanece ante San Bernardo para guiar a Dante en las últimas etapas, de igual modo Gabriel abandona a Mohammed cerca del trono de Dios a donde será atraído por una guirnalda luminosa… La apoteosis final de las dos ascensiones es la misma: los dos viajeros, elevados hasta la presencia de Dios, nos describen a Dios como un foco de luz intensa, rodeado de nueve círculos concéntricos formados por las filas cerradas de innumerables espíritus angélicos que emiten rayos luminosos; una de las filas circulares más próximas del foco es la de los Querubines; cada círculo rodea al círculo inmediatamente inferior, y los nueve giran sin tregua alrededor del centro Divino… Los pisos infernales, los cielos astronómicos, los círculos de la rosa mística, los coros angélicos que rodean el foco de la Luz divina, los tres círculos que simbolizan la trinidad de personas, están tomados palabra a palabra por el poeta florentino a Mohyiddin ibn Arabi (A Cabaton, «la Divine Comédie» et l’Islam, en la RGED CAPÍTULO V

a Mohammed cerca del trono de Dios a donde será atraído por una guirnalda luminosa… La apoteosis final de las dos ascensiones es la misma: los dos viajeros, elevados hasta la presencia de Dios, nos describen a Dios como un foco de luz intensa, rodeado de nueve círculos concéntricos formados por las filas cerradas de innumerables espíritus angélicos que emiten rayos luminosos; una de las filas circulares más próximas del foco es la de los Querubines; cada círculo rodea al círculo inmediatamente inferior, y los nueve giran sin tregua alrededor del centro Divino… Los pisos infernales, los cielos astronómicos, los círculos de la rosa mística, los coros angélicos que rodean el foco de la Luz divina, los tres círculos que simbolizan la trinidad de personas, están tomados palabra a palabra por el poeta florentino a Mohyiddin ibn Arabi (A Cabaton, «la Divine Comédie» et l’Islam, en la Revue de l’Histoire des Religions, 1920; este artículo contiene un resumen del trabajo de M Asín Palacios)». RGED CAPÍTULO V

de las dos ascensiones es la misma: los dos viajeros, elevados hasta la presencia de Dios, nos describen a Dios como un foco de luz intensa, rodeado de nueve círculos concéntricos formados por las filas cerradas de innumerables espíritus angélicos que emiten rayos luminosos; una de las filas circulares más próximas del foco es la de los Querubines; cada círculo rodea al círculo inmediatamente inferior, y los nueve giran sin tregua alrededor del centro Divino… Los pisos infernales, los cielos astronómicos, los círculos de la rosa mística, los coros angélicos que rodean el foco de la Luz divina, los tres círculos que simbolizan la trinidad de personas, están tomados palabra a palabra por el poeta florentino a Mohyiddin ibn Arabi (A Cabaton, «la Divine Comédie» et l’Islam, en la Revue de l’Histoire des Religions, 1920; este artículo contiene un resumen del trabajo de M Asín Palacios)». RGED CAPÍTULO V

Por lo demás, este número 9 está directamente vinculado al precedente, puesto que es su cuadrado, y se le podría llamar un triple ternario; es el número de las jerarquías angélicas, y por consiguiente el de los Cielos, y es también el de los círculos infernales, ya que hay una cierta relación de simetría inversa entre los Cielos y los Infiernos. RGED CAPÍTULO VII

Si el simbolismo es, en su esencia, estrictamente conforme al “plan divino”, y si el Sagrado Corazón es el “centro del plan divino”, como el corazón es el centro del ser, de modo real y simbólico al unísono, este símbolo del Corazón, por sí mismo o por sus equivalentes, debe ocupar en todas las doctrinas emanadas más o menos directamente de la Tradición primordial un lugar propiamente central, aquel que le da, en medio de los círculos planetario y zodiacal, el Cartujo que esculpió el mármol de Saint-Denis d’Orques (ver Regnabitabit, febrero de 1924); es lo que precisamente intentaremos mostrar en otros estudios. EMS IV: EL VERBO Y EL SÍMBOLO

La tercera es del mismo género, pero las iniciales A D que allí figuran están encerradas en dos círculos ocupando el lugar de las curvas que simulan las aurículas del corazón: la parte inferior de ésta lleva tres estrellas; además, el cuatro está acompañado a la vez de una barra horizontal y de una barra vertical. EMS IV: EL VERBO Y EL SÍMBOLO

A veces, el punto está rodeado de varios círculos concéntricos; que parecen representar los diferentes estados o grados de la existencia manifestada, dispuestos jerárquicamente según su mayor o menor alejamiento del Principio primordial. EMS VIII: LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

El “Yo Soy” parece ser el (aquí un signo formado por dos círculos concéntricos). ” EMS XVII: EL EMBLEMA DEL SAGRADO CORAZÓN EN UNA SOCIEDAD SECRETA AMERICANA

3) (NA: La figura así formada tiene algunas propiedades geométricas bastante notables que señalaremos de pasada: los dos triángulos equiláteros opuestos por su base se inscriben en dos circunferencias iguales de las que cada una pasa por el centro de la otra; la cuerda que une sus puntos de intersección es naturalmente la base común de los dos triángulos, y los dos arcos subtendidos por esta cuerda y que limitan la parte común a los dos círculos forman la figura llamada mandorla (almendra) o vesica piscis, bien conocida en el simbolismo arquitectónico y sigilario de la Edad Media — En la antigua Masonería operativa inglesa, el número total de los grados de estas dos circunferencias, o sea 360 x 2 = 720, proporcionaba la respuesta a la cuestión relativa a la longitud del cable-tow; no podemos traducir este término especial, primero porque no hay ningún equivalente exacto en español, y después porque presenta fonéticamente un doble sentido que evoca (por asimilación al árabe qabeltu) el compromiso iniciático, de suerte que expresa, se podría decir, un «lazo» en todos los RGGT DIFERENTES GÉNEROS DE TERNARIOS

En los símbolos antiguos, esta doble espiral es reemplazada a veces por dos conjuntos de círculos concéntricos, trazados alrededor de dos puntos que representan también los polos: éstos son, al menos en una de sus significaciones más generales, los círculos celestes e infernales, de los que los segundos son como un reflejo inverso de los primeros (NA: Ya hemos señalado esta relación en el Esoterismo de Dante), y a los que corresponden precisamente los Devas y los Asuras. RGGT LA DOBLE ESPIRAL

Los dos símbolos son equivalentes, y uno puede ser considerado como una simple modificación del otro; pero la doble espiral indica además la continuidad entre los ciclos; se podría decir también que representa las cosas bajo un aspecto «dinámico», mientras que los círculos concéntricos las representan bajo un aspecto más bien «estático» (NA: Bien entendido, eso no impide que el círculo represente por sí mismo un aspecto «dinámico» relativamente al cuadrado, así como lo hemos dicho más atrás; la consideración de los dos puntos de vista «dinámico» y «estático» implica siempre, por su correlación misma, una cuestión de relaciones — Si, en lugar de considerar el conjunto de la manifestación universal, uno se limitara a un mundo, es decir, al estado que corresponde al plano de la figura supuesta horizontal, las dos mitades de éste representarían respectivamente, en todos los casos, el reflejo de RGGT LA DOBLE ESPIRAL

Una de las mejores «ilustraciones» de la aplicación del sentido inverso se da en la representación de los diferentes cielos, que corresponden a los estados superiores del ser, por otros tantos círculos o esferas concéntricas, tal y como se encuentra por ejemplo en Dante. IRE ¿ESTÁ EL ESPÍRITU EN EL CUERPO O EL CUERPO EN EL ESPÍRITU?

Cada uno de estos ciclos se puede considerar como reproduciendo al primero, pero en otro estadio, o, si se prefiere, en otra modalidad; se los simbolizará entonces por otros tantos círculos situados paralelamente unos a otros, en planos diferentes; pero, como en realidad no hay ninguna discontinuidad entre ellos, es preciso que estos círculos no sean cerrados, de modo que el final de cada uno sea al mismo tiempo el comienzo del siguiente. RGM OBSERVACIONES SOBRE LA PRODUCCION DE LOS NUMEROS

Se podría además hacer ver que las propiedades de la recta en el plano son análogas por completo a las de un gran círculo sobre la superficie de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande (asimilándose entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera); sin insistir más, únicamente haremos notar que aquí de alguna manera se pueden captar directamente los propios límites de la indefinitud espacial; ¿cómo se puede entonces, si se quiere guardar alguna apariencia de lógica, hablar todavía de infinito? Considerando los números positivos y negativos como acabamos de decir, la serie de los números toma la siguiente forma: — infinito… 4, 3, 2, l, 0, 1, 2, 3, 4, … + infinito, siendo el orden de estos números el mismo que el de los puntos correspondientes sobre la recta, es decir, de los RGM OBSERVACIONES SOBRE LA NOTACION MATEMÁTICA

Se podría además hacer ver que las propiedades de la recta en el plano son análogas por completo a las de un gran círculo sobre la superficie de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande (asimilándose entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera); sin insistir más, únicamente haremos notar que aquí de alguna manera se pueden captar directamente los propios límites de la indefinitud espacial; ¿cómo se puede entonces, si se quiere guardar alguna apariencia de lógica, hablar todavía de infinito? Considerando los números positivos y negativos como acabamos de decir, la serie de los números toma la siguiente forma: — infinito… 4, 3, 2, l, 0, 1, 2, 3, 4, … + infinito, siendo el orden de estos números el mismo que el de los puntos correspondientes sobre la recta, es decir, de los puntos que tienen estos mismos números RGM OBSERVACIONES SOBRE LA NOTACION MATEMÁTICA

Por lo demás, se podría mostrar que las propiedades de la recta en el plano son enteramente análogas a las de un gran círculo o círculo diametral sobre la superficie de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande, y por consecuencia de curvatura indefinidamente pequeña, siendo asimilados entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera; por lo demás, esta asimilación, para devenir rigurosa, supone un «paso al límite», ya que es evidente que, por grande que devenga el radio en su crecimiento indefinido, se tiene siempre una esfera y no un plano, y que esta esfera solo tiende a confundirse con el plano, y sus grandes círculos con rectas, de tal suerte que el plano y la recta son aquí límites, de la misma manera que el círculo es el límite de un polígono regular cuyo número de lados crece indefinidamente. PCI LA NOTACIÓN DE LOS NÚMEROS NEGATIVOS

de una esfera, y que así el plano y la recta pueden ser asimilados a una esfera y a un gran círculo de radio indefinidamente grande, y por consecuencia de curvatura indefinidamente pequeña, siendo asimilados entonces los círculos ordinarios del plano a los círculos pequeños de esta misma esfera; por lo demás, esta asimilación, para devenir rigurosa, supone un «paso al límite», ya que es evidente que, por grande que devenga el radio en su crecimiento indefinido, se tiene siempre una esfera y no un plano, y que esta esfera solo tiende a confundirse con el plano, y sus grandes círculos con rectas, de tal suerte que el plano y la recta son aquí límites, de la misma manera que el círculo es el límite de un polígono regular cuyo número de lados crece indefinidamente. PCI LA NOTACIÓN DE LOS NÚMEROS NEGATIVOS

Otra contradicción todavía, no menos manifiesta que las precedentes, es la que se presenta en el caso de una superficie cerrada, y por consiguiente, evidente y visiblemente finita, y que debería contener no obstante una infinitud de líneas, como, por ejemplo, una esfera que contiene una infinitud de círculos; se tendría aquí un continente finito, cuyo contenido sería infinito, lo que tiene lugar igualmente, por lo demás, cuando se sostiene, como lo hace Leibnitz, la «infinitud efectiva» de los elementos de un conjunto continuo. PCI DIFERENTES ÓRDENES DE INDEFINIDAD

Si el simbolismo es, en su esencia, estrictamente conforme al “plan divino”, y si el Sagrado Corazón es el centro del ser, de modo real y simbólico juntamente, este símbolo del Corazón, por sí mismo o por sus equivalentes, debe ocupar en todas las doctrinas emanadas más o menos directamente de la tradición primordial un lugar propiamente central ( (El autor agregaba aquí una referencia al lugar efectivamente central que ocupa el corazón, en medio de los círculos planetario y zodiacal, en un mármol astronómico de Saint-Denis-d’Orques (Sarthe), esculpido por un cartujo hacia fines del siglo XV La figura había sido reproducida primeramente por L Charbonneau-Lassay en Regnabit, febrero de 1924; cf, del mismo, Le Béstiaire du Christ, p 102. SFCS EL VERBO Y EL SIMBOLO

A veces, el punto está rodeado de varios círculos concéntricos, que parecen representar los diferentes estados o grados de la existencia manifestada, dispuestos jerárquicamente según su mayor o menor alejamiento del Principio primordial. SFCS LA IDEA DEL CENTRO EN LAS TRADICIONES ANTIGUAS

Debe tenerse bien presente que la explicación así propuesta no es en absoluto incompatible con algunas otras, como la de P Le Cour, quien referiría los tres recintos a los tres círculos de la existencia reconocidos por la tradición céltica; esos tres círculos, que con otra forma se encuentran también en el cristianismo, son, por otra parte, lo mismo que los “tres mundos” de la tradición hindú. SFCS EL TRIPLE RECINTO DRUÍDICO

En ésta, además, los círculos celestes se representan a veces como otros tantos recintos concéntricos que rodean al Meru, o sea a la Montaña sagrada que simboliza al “Polo” o al “Eje del Mundo”, y es ésta también una concordancia de lo más notable. SFCS EL TRIPLE RECINTO DRUÍDICO

Otro ejemplo notable, desde el punto de vista del simbolismo de los “encuadres”, está dado por ciertos caracteres chinos que se referían primitivamente a ritos de fijación o estabilización (Estos ritos corresponden evidentemente a un caso particular de lo que en el lenguaje hermético se designa como “coagulación” (ver La Grande Triade, cap VI)) consistentes en trazar círculos concéntricos o una espiral en torno de los objetos; el carácter heng, que designa tal rito, estaba formado en la escritura antigua por una espiral o dos círculos concéntricos entre dos rectas. SFCS ENCUADRES Y LABERINTOS

En todo el mundo antiguo, las nuevas fundaciones, ya se tratara de campamentos, de ciudades o de aldeas, eran “estabilizadas” trazando espirales o círculos en torno de ellas (A Waley, “The Book of Changes” en Bulletin of the Museum of Far Eastern Antiquities, n 5, Estocolmo, 1934), y agregaremos que en ello puede verse también la identidad real de los “encuadres” con los laberintos. SFCS ENCUADRES Y LABERINTOS

Este corazón irradiante se sitúa en el centro de dos círculos en los que se encuentran, respectivamente, los planetas y los signos del Zodíaco, lo que lo caracteriza expresamente como “Centro del Mundo”, según la doble relación del simbolismo espacial y del temporal (Hay también, en la misma figuración, otros detalles de gran interés desde el punto de vista simbólico; así, en particular, el corazón lleva una herida o por lo menos lo que presenta la apariencia externa de tal, con la forma de un yod hebreo, lo que se refiere a la vez al “Ojo del corazón” y al “germen” avatárico que reside en el “centro”, ya se entienda a SFCS EL CORAZON IRRADIANTE Y EL CORAZÓN EN LLAMAS

El “Yo Soy” parece ser el (aquí un signo formado por dos círculos concéntricos). ” SFCS EL EMBLEMA DEL SAGRADO CORAZON